Inflación alta, inversión baja y endeudamiento preocupante

Esta semana el Presidente afirmó que en el país estuvo a punto de estallar una crisis como la de diciembre 2001. Se acordó tarde en ponerlo sobre la mesa. ¿Por qué no lo hizo antes?

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infobae

Aunque en el gobierno insisten con que los peor ya pasó, nadie, ni siquiera el Presidente, Mauricio Macri, está realmente satisfecho con la marcha de la macroeconomía.

La inflación que no termina de bajar, una tasa de inversión muy baja comparada a cualquier país de los denominados emergentes y un endeudamiento creciente, cuyos intereses se deben sumar al déficit primario que también disminuye, pero muy lentamente, es el triángulo donde se asientan las preocupación oficiales.

Esta semana, el jefe de Estado afirmó que en el país estuvo a punto de estallar una crisis como la de diciembre 2001. Se acordó tarde en ponerlo sobre la mesa. ¿Por qué no lo hizo antes, por ejemplo, apenas asumió? Porque su equipo de comunicación estratégica le dijo que era inconveniente agitar los fantasmas del pasado. Que provocaría mala onda y no haría más que retardar la ola de inversiones y el posterior crecimiento.

Pero lo que hubo en realidad un error de diagnóstico. Una excesiva confianza en que con el mero cambio de gobierno las acciones de las empresas de servicios iban a multiplicar su valor por cuatro o por cinco y la inversión extranjera se iba a incrementar como los panes y los peces de La Biblia.

Pero la inversión directa correspondiente al último trimestre del año pasado, según apuntó Marcelo Zlotogwiazda hoy en INFOBAE, apena supera el 10 por ciento, un porcentaje muy bajo, comparado con los países de la región.

Y los precios mayoristas de enero y febrero, preanuncian una inflación todavía demasiada alta para el mes de marzo, y también para el mes de abril, muy lejos de las metas de inflación del 15 por ciento anual.

Si la administración nacional no hubiera arrojado sobre la agenda pública la habilitación del Poder Ejecutivo para empezar a discutir en el Congreso el tema del derecho al aborto y no hubiese presentado un paquete de proyectos como la equiparación salarial para varones y mujeres o la ampliación de licencia por paternidad, hoy las economía de bolsillo estaría en el centro de la discusión nacional.

Además, la caída de las expectativas sobre el futuro económico sería más pronunciada.

( Foto: Analía Garelli/DDC)
( Foto: Analía Garelli/DDC)

En el gobierno dicen que hay una brecha entre las respuestas a la preguntas de cómo ve el futuro de la economía y cómo cree que le va a ir a usted en un futuro próximo. Sostiene que existe una distancia "alentadora" de entre el 20 y el 30 por ciento entre una y otra. Que los argentinos consultados parecen ser más pesimistas cuando responden sobre la economía en general que cuando se refieren a su propio futuro. Se lo adjudican a "la mala onda" que tiraría el denominado "círculo rojo".

Lo cierto es que, aún en el medio de semejante panorama, y según la mayoría de las encuestadoras, si las elecciones fueran hoy, y el Presidente se postulara para la reelección, ganaría con cierta comodidad. Sin embargo eso no sería producto del buen momento económico, sino de la dispersión y la fragmentación de la oposición.

En efecto, por ahora Macri "corre solo". O gana los puntos porque el equipo rival, todavía, no se presenta, según el reglamento estipulado. Esto ya le sucedió a Cristina Fernández, cuando ganó en 2007, y le volvió a pasar en 2001, cuando Macri, aconsejado por Jaime Durán Barba, se bajó de la competencia cuerpo a cuerpo.

De cualquier manera, esta percepción oficial, peligrosamente cercana al triunfalismo, podría jugarle a Cambiemos en contra. Al punto de minimizar todas las malas noticias: desde los cantitos en la cancha hasta los tarifazos que tanto mal humor y desazón provocan.

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