Los residuos no son basura: gestionados estratégicamente, son recursos

Sergio Bergman

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El compromiso de ser sustentables también implica que nos encarguemos de nuestros residuos. Es nuestro deber concientizar sobre el impacto que produce nuestro descarte y las consecuencias que puede tener para las generaciones futuras.

Debemos ir hacia prácticas más sostenibles de gestión integral de residuos sólidos urbanos, para lo cual las acciones prioritarias son reducir el consumo irresponsable, aumentar la cantidad de materiales recuperados y minimizar la de residuos enviada a disposición final. A través de mejores tecnologías y tratamientos, los residuos que hoy impactan en la calidad de vida y en la salud en un futuro pueden ser transformados en recursos, por ejemplo, en insumos de nuevas cadenas productivas.

Somos conscientes de que la ley de gestión de envases y embalajes es una deuda pendiente para dar una solución integral a la problemática de los residuos sólidos urbanos. Nuestro ideal es el desarrollo de un packaging de productos reutilizables, materiales biodegradables, reciclables o, en su defecto, de bajo impacto.

Una inadecuada gestión de residuos produce basurales que no solamente contaminan el suelo y las napas de agua, sino que, además de llevar consigo sustancias químicas tóxicas, emanan gases de efecto invernadero. De allí que, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, trabajamos en todo el país apoyando a provincias y municipios en la disposición final adecuada de los residuos sólidos urbanos en rellenos sanitarios con tratamiento de gases y líquidos, y en el cierre de basurales a cielo abierto.

El objetivo último de los equipos técnicos del Ministerio es mejorar las prácticas de tratamiento de los residuos y, al mismo tiempo, valorizar la fracción orgánica de estos para generar energía. En esta tarea, nos proponemos que los rellenos sanitarios cuenten con mecanismos de captación de líquidos y gases controlados y seguros.

El metano es un gas conocido por su uso en el hogar, pero no tanto por su efecto de gas invernadero. Se trata de uno de los causantes principales del agujero de la capa de ozono y del calentamiento global, ya que tiene la capacidad de retener 20 veces más el calor que el dióxido de carbono. La principal fuente de emisión de metano del sector de residuos son los basurales y los rellenos sanitarios mal gestionados. Si embargo, como muchas sustancias, según cómo se los gestione, pueden resultar un recurso energético estratégico.

A través del proyecto ProBiogás apuntamos a generar un modelo de negocio sostenible por el que se genere energía de una fuente renovable, se reduzca la cantidad de residuos que van a disposición final (extendiendo la vida útil de los rellenos sanitarios), se aproveche la materia orgánica de los residuos para mejorar la calidad de los suelos y se minimice la emisión de gases de efecto invernadero.

En la misma línea, este año muchos argentinos han demostrado que están dispuestos a cambiar y mejorar sus fuentes de energía. El Ministerio de Energía recibió cientos de proyectos para producir energías de fuentes alternativas, entre ellas de biogás de relleno sanitario.

Avanzar en la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables permitirá mejorar los parámetros ambientales en muchos aspectos, por ejemplo, reducir los niveles de emisión por uso de gas en las centrales eléctricas. Este cambio de paradigma es posible, la buena noticia es que ya comenzamos.

El autor es rabino y ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.