Singapur: un acuerdo de servicios y financiero

Felipe Frydman

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El ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, al término de la reunión Cumbre de Mercosur, anunció que el año próximo se iniciaron las negociaciones de libre comercio con Canadá, Corea del Sur y Singapur. Las relaciones con este último país, miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean, por sus siglas en inglés), tuvieron un resuelto acercamiento con las visitas del ministro de Relaciones Exteriores Vivian Balakrishnan, en abril, del primer ministro adjunto Tharman Shanmugaratnam, en septiembre, y del ministro Jorge Faurie, en ocasión de la reapertura de la Embajada Argentina en septiembre y el nombramiento de Nicolás Caputo como cónsul honorario en Buenos Aires. No es la primera vez que el Mercosur manifiesta su intención de embarcarse en negociaciones con Singapur. El 24 de septiembre de 2007 ambas partes firmaron en Nueva York un memorándum de entendimiento para promover el intercambio de información y promover el comercio y las inversiones. Por la Argentina firmó el viceministro Roberto García Moritán. El escaso interés de Brasil y la Argentina por avanzar en este tipo de acuerdos dificultó la implementación del memorándum.

Singapur, con una población de 5,6 millones en 770 km2, tiene un ingreso per cápita de 53 mil dólares. El comercio exterior de productos y servicios representó 318% del PBI en 2016, mostró la alta dependencia de los mercados externos. Las exportaciones de mercancías fueron 329 mil y las de servicios, 149 mil. Las importaciones de productos sumaron 282 mil y las de servicios, 149 mil millones, lo que deja un superávit de 41 mil millones. Las cifras del comercio exterior de productos indican una fuerte disminución: de 787 mil en 2012 a 61l mil el año pasado año, compensado en parte por un incremento del comercio de servicios que pasó de 256 mil a 304 mil en el mismo período. El PBI agrícola es cero; la industria manufacturera, 20% y 76% para servicios. El 99% del universo arancelario es cero por ciento. Las cifras indican el bajo valor agregado local a las importaciones para su posterior exportación.

Las facilidades para la radicación de empresas multinacionales, las zonas francas, un comercio exterior abierto y un impuesto a las ganancias del 22% crearon las condiciones para la expansión económica de Singapur. Este país fue uno de los miembros fundadores de Asean en 1967; en 1992 los miembros acordaron la formación de una Zona Libre Comercio para crear un mercado único y en el 2003 iniciaron la conformación de la Comunidad Económica para profundizar las políticas de integración. Desde ese entonces Singapur ha firmado 15 acuerdos de libre comercio (ALC) bilaterales, incluyendo el acuerdo con Taiwán denominado "Territorios aduaneros separados de Taiwán, Penghu, Kinmen y Matsu sobre cooperación económica", y seis regionales como integrante de Asean. Los aspectos más difíciles de estos acuerdos son el contenido de valor agregado para calificar como originario, el capítulo referido a las áreas de servicios, la seguridad para los inversores, la extensión de las ventajas impositivas a las empresas y los residentes de terceros países y el mecanismo de solución de controversias. Singapur puja en las negociaciones por un contenido local inferior al 45% por las características de su comercio exterior.

Desde los inicios, el Gobierno de Singapur tuvo una decidida intervención en el desarrollo económico al participar de empresas en sectores prioritarios y en los últimos años promoviendo la formación de empresas incipientes. El Gobierno cuenta con Government Investment Co. (GIC), conocida también como fondo soberano para el manejo de las reservas y Temasek Holdings. Esta última tiene recursos estimados en 206 mil millones; ambas dependen del Ministerio de Finanzas. La interacción entre recursos públicos y empresas privadas forma la base de una economía mixta y en ocasiones ha originado suspicacias sobre las posibilidades de competir en sectores elegidos por las autoridades.

Singapur no ha mostrado interés en incorporarse a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos por sus políticas heterodoxas. Las diferentes prácticas impositivas y la falta de controles para el ingreso de fondos de otros países asiáticos impulsaron la radicación de entidades financieras y sedes de empresas multinacionales. Singapur recién adhirió a la convención multilateral para implementar los tratados impositivos y prevenir la erosión o el desvío de ganancias a países con impuestos menores el año pasado. También en ese año firmó el BEPS que insta a las empresas a pagar los impuestos donde se generan las ganancias. En abril de este año el Gobierno organizó la Comisión de Lavado de Dinero conocida por sus siglas ACIP, con la participación del Ministerio de Hacienda, el Departamento de Asuntos Comerciales y bancos privados. El rápido crecimiento de Singapur como plaza financiera en momentos en que Europa y los Estados Unidos endurecían los controles había arrojado un manto de sospechas sobre la voluntad de cumplir con los compromisos internacionales.

El Mercosur enfrenta un desafío en las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Singapur. La muletilla de que Singapur sea la puerta de entrada al Asean no tiene en cuenta que también puede ser la puerta de salida de los productos provenientes de los países asiáticos, y no sólo de Asean y circunvalar las medidas antidumping. La incógnita está en el interés de empresas regionales y en especial de fondos de inversión para instalarse en ese país y beneficiarse de las bajas tasas impositivas. Queda abierta la posibilidad de que los abundantes recursos de Temasek Holdings y GIC puedan interesarse en la región para aportar a su desarrollo una incógnita difícil de develar por las características conservadoras del manejo de esos recursos.

El autor es diplomático.