Transformando las políticas de drogas

Roberto Moro

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En casi dos años al frente de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), hemos logrado plasmar profundos cambios en la política nacional de drogas, amparados en la priorización de la temática que el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, realizó desde el comienzo de su gestión.

En función de ejecutar con coherencia y eficientemente estos lineamientos políticos, hemos reorganizado a la Sedronar poniendo el acento en la reducción de la demanda y transfiriendo el área de Precursores Químicos al Ministerio de Seguridad de la Nación, para agilizar y facilitar el alcance del objetivo de lucha contra el narcotráfico planteado por el Presidente. De este modo, la política nacional de drogas se ha visto robustecida en sus dos áreas fundamentales, centrando la reducción de la demanda en la Sedronar y el control de la oferta en la cartera a cargo de Patricia Bullrich, integrando y complementando los enfoques.

En estos casi dos años, diseñamos e implementamos un Plan Nacional de Drogas basado en seis ejes, cada uno de ellos discutido y consensuado con los gobiernos provinciales, a través del Consejo Federal de Drogas, las organizaciones de la sociedad civil e instituciones académicas y científicas, además de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Estos ejes se apoyan en seis objetivos transversales: fortalecer la evidencia y diseñar políticas basadas en evidencia; promover políticas integrales; fortalecer la intersectorialidad; garantizar la accesibilidad al tratamiento; mejorar la calidad de los servicios; e incluir enfoque de género en las prácticas.

Como parte de este proceso fuimos desarrollando diferentes mesas de diálogo con los distintos actores que participaron en la elaboración del plan: con las organizaciones sociales y las instituciones civiles y religiosas, los grupos de madres, los gobiernos provinciales y otras áreas del Estado nacional. Estas instancias de diálogo resultan centrales, ya que al estar trabajando sobre una problemática tan compleja y atravesada por múltiples dimensiones, es indispensable abordarla de manera integral. En una cuestión como las adicciones nadie puede solo.

Por eso, es imprescindible dimensionar la complejidad de la temática, ya que generalmente, cuando hablamos de adicciones, existen algunos sesgos muy frecuentes.

En primer lugar, debemos tener presente siempre que esta problemática no es sólo un problema de drogas, sino que incluye a las personas, sus familias y sus comunidades.

En segundo lugar, que en muchas ocasiones la sociedad pide que un determinado organismo resuelva el problema; y no debemos perder de vista que este es un tema de todos, donde todos tenemos responsabilidades. Obviamente, el papel principal es del Estado, pero la sociedad también debe asumir que todos tenemos algo para hacer en este tema.

Por último, debemos tener presente que el problema de las drogas no es sólo de sustancias ilegales, como la marihuana, el paco o la cocaína, sino que el abuso de alcohol es el problema de mayor prevalencia, mayor invisibilidad y que mayor impacto tiene en las situaciones de violencia y en la accidentología.

Por eso decidimos fortalecer los sistemas de información y de registro de datos: recuperamos, reestructuramos y potenciamos el Observatorio Argentino de Drogas, en el seno del cual se creó el sistema de alertas tempranas (SAT); restablecimos el Consejo Científico Asesor y realizamos un estudio sobre consumo de sustancias en población general después de siete años de ausencia de datos oficiales, que permitió tener información tanto a nivel nacional como segmentada por provincia.

En estos casi dos años se han puesto en marcha 24 Observatorios Provinciales de Drogas, y estamos acompañando el desarrollo de estrategias locales basadas en evidencia y planes sobre un diagnóstico territorial en cada una de las más de cuatrocientas intendencias que ya se adhirieron al Programa Nacional de Municipios en Acción.

Por otra parte, por primera vez en la historia del organismo tuvimos un presupuesto específico para la prevención. De esta manera, desde Sedronar elaboramos distintos materiales preventivos, acordado con el Ministerio de Educación de la Nación, para las casi 60 mil escuelas del país. En ese sentido, todas las provincias se comprometieron a trabajar en su implementación. Asimismo, en articulación con el Ministerio de Trabajo de la Nación, implementamos un programa de prevención en el ámbito laboral. Además, trabajamos estrategias conjuntas con el servicio penitenciario federal y con los gobiernos provinciales hemos definido lineamientos para intervenir en contextos de nocturnidad.

Otro gran compromiso asumido fue fortalecer la accesibilidad a los tratamientos. Para eso hemos conformando 85 nuevas casas de atención y acompañamiento comunitario (CAAC), ubicadas en las zonas de mayor vulnerabilidad social y fortalecimos los 73 dispositivos integrales de abordaje territorial (DIAT) distribuidos en el territorio nacional. A su vez, reformulamos el servicio de ayuda de la línea 141, de orientación y contención en adicciones, cancelando su tercerización y haciendo que sea un servicio que facilita la accesibilidad a los tratamiento a través de llamadas gratuitas y trabajando en red con todos los servicios telefónicos de asistencia en adicciones del país. Mejoramos la calidad de los servicios, iniciamos un proceso de certificación de calidad en todas las instituciones conveniadas con la Sedronar.

Estamos convencidos de que vamos por el camino correcto. Se han dado grandes pasos en la lucha contra el narcotráfico y también se ha avanzado mucho en los ejes de prevención y tratamiento. Hoy tenemos un Plan Nacional de Drogas y tenemos un Cofedro, donde todas las provincias van mostrando un recorrido hacia respuestas cada vez más integrales.

Igualmente, también sabemos que falta mucho por hacer. Debemos generar un cambio sostenido y progresivo, pensando en el mediano y largo plazo. En un tema donde generalmente nada es suficiente, hoy más que nunca es necesario el compromiso de todos los sectores y actores.

El autor es secretario de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar).