El compromiso democrático con la verdad

Iván Petrella

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En los últimos meses, diversos políticos y medios de comunicación centraron su agenda en lo que llamaron "tarifazo" y "avalancha de importaciones". En ambos casos, sin embargo, los números muestran una realidad que se aleja del discurso alarmista. El aumento original del gas habría afectado sólo a la mitad del país con acceso al servicio en red. Más aún, el proceso de sinceramiento de tarifas desarma el esquema injusto heredado del Gobierno anterior, por el que, en 2015, el 44% de los subsidios fue al 20% más rico del país.

Las contradicciones entre lo que se dice y la realidad surgen también con las importaciones, que, entre enero y julio de 2016, cayeron un ocho por ciento. Incluso la importación de bienes de consumo, la categoría que más preocupa, es actualmente el 1% del PBI y la mitad de lo que era hace un año y medio.

Estos casos son síntomas de un problema mayor: hoy gran parte de la discusión pública se realiza ignorando o directamente contradiciendo lo que dicen las investigaciones y muestran los datos. Pero hay que ser justos y reconocer que no se trata de un fenómeno local sino mundial. Alcanza con observar la cantidad de enunciados falsos que hay en las declaraciones de la campaña presidencial de Estados Unidos o en los argumentos contra la inmigración con los que se defendió el Brexit. Rara vez el objetivo es convencer al otro con argumentos basados en evidencias concretas. El esfuerzo, en cambio, parece enfocado en reforzar prejuicios que ya existen a nivel social.

En este contexto, la apuesta del Gobierno por gobernar diciendo la verdad y fortalecer la búsqueda de la verdad es enormemente desafiante y puede, además, parecer idealista, hasta ingenua o romántica. Es desafiante porque el Gobierno anterior fue muy lejos en su desapego institucional: destruyó el terreno común de la verdad sobre el que se puede construir la discusión pública. Y es romántica porque hacer política desde la verdad tiene que ser un compromiso de todos, que requiere de la colaboración de un amplio espectro de actores. Necesita que el periodismo, los empresarios, los sindicatos y la dirigencia política se comprometan también con este fortalecimiento que es, en el fondo, el fortalecimiento del ejercicio de nuestra democracia. Estoy a favor del idealismo y de la ingenuidad: somos una democracia demasiado joven como para ser cínicos con la posibilidad de cambio.

Alcanzar un compromiso por la búsqueda de la verdad no es una tarea fácil. Pero el esfuerzo tenemos que hacerlo todos. Desde el periodista que menciona un dato hasta el opositor que presenta un proyecto de ley, pasando por todos los funcionarios y los políticos oficialistas, que tendrán que comprometerse con la verdad, aun cuando les diga algo que no quieren oír. Profundizar la democracia y apostar por una política mejor es eso.

 

@ipetrella

 

El autor es secretario de Integración Federal y Cooperación Internacional del Ministerio de Cultura de la Nación.