Crece la preocupación por el futuro del SOMU

A casi 8 meses de la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y con su ex secretario general Omar “Caballo” Suarez detenido, crece la preocupación en la comunidad marítima por la situación del principal gremio de los navegantes

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"Esta chica va a terminar borrando con el codo lo que escribió con la mano. Si sigue con su raid mediático mezclando su cruzada contra el ´caballo´ con temas sobre los que nada conoce, va a terminar peor que (Omar) Suárez". Con estas palabras, uno de los máximos referentes del empresariado naviero nacional manifestó su preocupación por el súbito crecimiento en la grilla de los medios de comunicación de la problemática del transporte marítimo y fluvial del país.

A pocos días de producida la intervención del SOMU, Infobae detalló el desmesurado crecimiento de un sindicato que se transformó en una verdadera corporación empresaria. Campos, buques, remolcadores, complejos hoteleros, una fundación dedicada a la ecología marina, y hasta un centro de entrenamiento donde la Prefectura Naval brindaba capacitación a sus oficiales transformaron a un sindicato tradicional de marinos en una verdadera usina de negocios.

Pero en la misma crónica, se daba cuenta que nada de lo que la hoy interventora Gladys González anuncia como descubrimiento era desconocido por el sector marítimo. Cada emprendimiento, inauguración, adquisición o creación que llevó adelante Suárez fue anunciada con bombos y platillos, banda musical de fondo, y delante de empresarios ministros del gobierno kirchnerista.

Tal vez el éxtasis para el ex dirigente gremial detenido llegó el día que "bautizó" al buque escuela "Manuel Belgrano" en la terminal de pasajeros de Buquebus y ante un marco imponente. Entre los asistentes estuvieron presentes la madrina de la nave, Cristina Kirchner, su gabinete en pleno, la plana mayor de la Armada Argentina y la Prefectura Naval y los máximos dirigentes de la CGT.

El "Belgrano" se convirtió en el segundo buque escuela luego de la Fragata Libertad y pretendió suplir una carencia del Estado Nacional: hace más de 20 años que no hay en el país buques para el entrenamiento de marinos mercantes luego de la desaparición de la naviera estatal ELMA.

 

El Caso Maruba

La naviera Maruba  es uno de los casos emblemáticos que hoy tienen a Suárez en el banquillo de los acusados. No obstante, este emprendimiento involucra a casi la totalidad de los gremios marítimos y fluviales del sector.

La empresa naviera nacional fue la única sobreviviente del proceso de desregulación del sector naviero encarado por Carlos Menem en los 90, pero su situación financiera la colocó varias veces en situaciones delicadas.

El gobierno de Cristina Kirchner ideó un plan de rescate mediante un crédito de $400.000.000 que sería otorgado a los gremios marítimos para que adquieran hasta el 35% de las acciones de la empresa. La hasta entonces "patronal" conservaría el gerenciamiento y los antes empleados y a partir de allí "socios" cubrirían posiciones en el directorio. A tal punto llegó esta fusión que en forma inmediata un dirigente gremial del "Centro de Capitanes de Ultramar" pasó sin escalas de la lucha sindical a la gerencia de personal de la firma.

Para incursionar en el negocio naviero, varios gremios debieron constituir empresas, donde se mezclaron (y mucho) las cosas, al punto de que son varias las pseudo empresas navieras constituidas por gremios en los que los cargos directivos coinciden con los puestos gremiales.

Curiosamente el único gremio que se mantuvo al margen de esta operatoria, el Centro de Maquinistas Navales, sufrió varias presiones gubernamentales para "no quedar afuera del brillante negocio". Cerca del entorno de Suárez hoy sostienen: "Nos tentó la idea de finalmente ser empresarios de nuestro sector, pero la idea no fue nuestra, no obstante el plan fracasó y hace mucho que ya no estamos metidos en Maruba".

 

Los buques regasificadores y el caso de la doble tripulación 

A partir del colapso energético nacional, la gestión "K" debió echar mano de un recurso desesperado y económicamente desastroso, pero que suponía una solución casi inmediata a la emergencia: la contratación de dos buques regasificadores ubicados uno en Escobar y otro en Bahía Blanca. Estos barcos reciben regularmente de otros buques (llamados gaseros) gas metano en estado líquido, llenan sus tanques y luego lo vuelven a transformar en gas y lo inyectan a la red domiciliaria. La operación es costosísima y hace poco más de un mes la empresa propietaria de las naves festejó la llegada del gasero número 1000, lo que transformó a la Argentina en su mejor cliente a nivel mundial.

Estas complejas naves llegaron al país tripuladas por oficiales y marineros belgas. Pero por imperio de la ley de cabotaje nacional, ningún barco puede operar en aguas nacionales con tripulación extranjera. Dada la premura y la falta de capacitación de los marinos locales en la operación de este tipo de buques, el Ministerio de Planificación, con la anuencia del  Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Energía, convino con la totalidad de los gremios marítimos la existencia de una doble tripulación.

Para el caso de los oficiales, éstos se presentaban a bordo a efectos de cumplir con la formalidad de cubrir los cargos jerárquicos, pero cada uno tenía un "gemelo" belga que en la práctica operaba la nave.

Para el SOMU, el acuerdo incluía el pago de una suma de pesos en concepto de compensación por la falta de empleo a los nacionales, hasta tanto la marinería se capacitara para integrar las dotaciones respectivas.  "Todo lo hice con acuerdo del Gobierno y están los comprobantes de cada uno de los pagos recibidos", le dijo a Infobae el propio Suárez un par de días antes de ser detenido.

En la actualidad y a pesar de que según la interventora González el dinero se esfumó, toda la tripulación de los regasificadores es nacional y parecería ser que finalmente el SOMU capacitó a su gente de acuerdo a la normativa exigida.

 

El SOMU a la deriva

Nadie duda por estas horas de que Suárez deberá dar explicaciones a la justicia. Él sostiene que tiene respuestas para todo. Muchos temen que en esas respuestas comiencen a salir a la luz nombres de empresarios, gremialistas y funcionarios que fueron parte necesaria en cada uno de los emprendimientos, pero, puertas adentro del centenario sindicato, las cosas no marchan muy bien.

González es cuestionada por varios motivos. Su doble condición de diputada nacional e interventora judicial hace ruido. Muchos especialistas dicen que un legislador no puede aceptar empleos ni comisiones de otro poder del Estado; ella se defiende diciendo que sus honorarios los paga el SOMU, lo que a su vez causa estupor entre los afiliados. "Llegaron 3 interventores con una enorme cantidad de gente, cesantearon a empleados administrativos, montaron una fenomenal estructura de prensa que sólo sirve para que la interventora en lugar de llevar sus descubrimientos al juez circule por canales y radios alabando su propia labor", dicen.

Alejandro, un marinero del SOMU, explica además que la entidad ha dejado de tener participación en las organizaciones gremiales superiores, como la CGT y la ITF (Federación Internacional de Trabajadores del Transporte).

"Muchos marineros se encuentran con graves problemas para conseguir trabajo ya que la intervención sólo parece ocupada en poner a Suaárez tras las rejas, pero no entendemos por qué seguimos intervenidos". Ése es el sentimiento de un grupo de marineros entrevistados por Infobae.

Juan José Zanola y José Pedraza terminaron presos por temas gravísimos y sus gremios no estuvieron intervenidos ni un día, aclaran. El temor es que en realidad se esté buscando dividir al gremio en cuatro estructuras sindicales más chicas, según suena cada vez con más fuerza en varios sectores de la actividad.

Ajenos, pero no del todo, a la suerte que corra Suárez, los empresarios navieros y otros expertos en el tema comienzan a preocuparse por las temerarias declaraciones que la interventora y otros funcionarios del gobierno realizan en torno a la marina mercante nacional.

Lejos de "navegar en aguas tranquilas", el gobierno de Mauricio Macri tiene en el frente marítimo y fluvial varias tormentas que superar. No son pocos los que sugieren que la diputada González debería al menos ser más discreta en sus declaraciones y tal vez más eficiente en su investigación para llegar a encontrar "el carro que realmente arrastraba el Caballo".