Pasos fundamentales para darle estabilidad y eficiencia a las cadenas de suministro y la importancia de evitar errores para no sumar sobrecostos en los procesos logísticos, son algunos de los temas abordados por Agustín en esta entrevista brindada a Movant Connection.
¿Qué implica coordinar la compra internacional y la logística de insumos productivos?
Primero, es clave planificar con suficiente antelación, ya que hoy en día enfrentamos congestiones portuarias, condiciones climáticas adversas y transbordos que pueden afectar el cronograma de entrega. Esto nos obliga a coordinar las cargas con al menos cuatro meses de anticipación.
En ese momento previo se comienza a cotizar con diferentes proveedores que ofrecen el mismo producto, evaluando el precio de mercado, las tendencias de ese valor, y el estado del flete internacional.
Por otra parte, aunque el precio del flete es un factor clave, no es el único aspecto que se considera. La confianza en el agente de carga también es fundamental, sobre todo si es una relación de largo plazo.
La criticidad del producto o material a importar también influye mucho en esta decisión y, en función de ello, se determina cómo y cuándo iniciar el proceso de coordinación logística para asegurar que todo transcurra de manera fluida y confiable.
También es esencial estar al tanto de posibles modificaciones en los impuestos aduaneros y los derechos de importación. Durante el último año, hemos visto numerosos cambios en los métodos de pago, que varían según el tipo de mercancía que se importe y el momento en que se pueda concretar el pago al proveedor.
La coordinación eficiente de todas estas partes es fundamental para asegurar el éxito en las operaciones de comercio exterior.
¿Cómo es el proceso de selección de proveedores de estos insumos?
Busco proveedores en todo el mundo realizando análisis exhaustivos y pruebas en cada caso, especialmente cuando se trata de nuevos proveedores.
El proceso de evaluación comienza con una comparación detallada de documentos y certificados de análisis entre ambas partes. Si los requisitos previos coinciden, se avanza con una muestra. Esta muestra se analiza y se prueba en el producto final. Sólo si todos los resultados son positivos, se inicia la fase de negociación para establecer una relación comercial.
Desarrollar nuevos proveedores lleva tiempo y es fundamental contar con una estructura regulatoria clara y sólida. Podés tener un producto excelente y demanda, pero si el proveedor, por ejemplo, no acepta los plazos de pago o considera que el riesgo en Argentina es alto, las negociaciones se complican.
¿Cómo impacta tu labor en el precio de compra que le llega a los consumidores?
Con cada paso que damos, aunque sea de manera indirecta, estamos protegiendo el bolsillo de los consumidores, porque cuanto más bajo sea el costo de nuestros productos al llegar a la empresa, más competitivos podemos ser en el mercado y, en consecuencia, las personas tendrán más probabilidades de conseguir mejores precios.
En este sentido, un error en un certificado o una corrección en un documento que requiera hacer una modificación en origen, puede generar demoras de cuatro días o más, que pueden hacerte perder el “forzoso” (plazo para retirar un contenedor del puerto sin pagar costos adicionales) y asumir diversos extracostos.
Es fundamental evitar todos esos problemas asociados a la logística, donde la clave es reducir los costos lo máximo posible para poder ser competitivo, sobre todo en un contexto económico como el actual, donde se observa una restricción del consumo que ha afectado incluso a las industrias de primera necesidad.
¿Qué impacto tiene la logística en los precios finales?
La logística tiene un impacto considerable en los costos, desde algo mínimo como son los peajes que fluctúan constantemente, hasta la no disponibilidad de camiones que en ocasiones puede generar demoras, ya que la falta de transporte en el momento adecuado puede llevar a la pérdida de turnos en la Aduana, generando retrasos y gastos adicionales.
Por otra parte, los transbordos que se generan cuando la mercadería sale de otros países y va realizando paradas en diferentes puertos alrededor del mundo, reflejan una realidad innegable: estamos al final de la cadena logística global.
A menudo, el barco recorre numerosas rutas antes de llegar a su destino en Argentina. De hecho, me ha sucedido tener mercadería retenida durante 35 días en Brasil, cambiándose de barco en barco. Incluso, a veces baja en Montevideo y puede estar allí otros 10 días más. Estos retrasos afectan la producción y, al posponer las entregas, el cliente busca proveedores en otros lugares. De esta manera, la logística internacional tiene un impacto directo en nuestras operaciones.
¿Cómo impactaría en tu trabajo una baja de las cargas impositivas y mejores condiciones para pagar al exterior?
Si las condiciones fueran más favorables, tendría una mayor flexibilidad para negociar y añadir nuevos proveedores a la cartera de la empresa. Ya no estaría limitado por las restricciones de pago, lo que haría crecer a todas las empresas del país.
Con una reducción de la carga impositiva y mayor estabilidad en los precios de los fletes -variable externa que no podemos controlar-, la competitividad de Argentina aumentaría significativamente. Al tener costos más bajos, las empresas podrían competir mejor entre ellas en el mercado, lo que a su vez beneficiaría al consumidor final con precios más accesibles.
¿Qué proyección hacés para los próximos meses en relación a la industria argentina?
Es posible que el próximo año la economía repunte cuando los precios se estabilicen, ya que la inflación actual no es tan severa como la del inicio, y con esta desaceleración podríamos ver un impacto favorable en los precios.
Es importante que las exportaciones comiencen a generar mayores beneficios. Para eso, dependemos en gran medida del sector agroindustrial y de la obtención de buenas cosechas. Esto tendría una influencia considerable en el próximo año, ya que las deudas contraídas por las importaciones deberán ser saldadas principalmente con los dólares que ingresan a través de las ventas al exterior.
Por otra parte, entiendo que, a medida que la economía se vaya recuperando y los consumidores tengan mayor capacidad de compra, el primer sector en ver un repunte será el alimenticio. El aumento de ganancias que registrarán las empresas a partir de un mayor nivel de consumo, a su vez, beneficiará a los empleados y al país en general.
Para lograr todo eso, es fundamental que las políticas nacionales se mantengan coherentes y que se sostenga una misma línea de acción hasta obtener resultados concretos. Esto permitirá evaluar si lo que se está implementando realmente funciona o no. Durante esta transición, debemos enfocarnos en superarla de la mejor manera para poder ver los efectos a largo plazo.