En las costas de San Nicolás, dónde se libró hace 210 años el Primer Combate Naval Argentino

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Sobre la barranca, dónde inicia una de las calles principales del centro de la ciudad, se levanta el monumento en honor al comandante Juan Bautista Azopardo. La columna de travertino de 26 metros de altura que se alza en su honor recuerda que a pocos metros de allí, en aguas del Paraná se libró el 2 de marzo de 1811 el Primer Combate Naval Argentino.

Lo que hoy es una de las paradas obligadas de los visitantes que costean la ciudad, fue hace 210 años el lugar estratégico que el comandante Azopardo eligió para desplegar su escasa tropa y librar la primera batalla contra una flota extranjera.

A bordo de la goleta Invencible, contado con el bergantín 25 de Mayo, la balandra Americana y tripulantes inexpertos, el militar de origen maltés, encabezó una flota que contaba con más coraje que armamento.

Durante la madrugada de ese 2 de marzo, ante un violento cambio en el viento que perjudicó sus naves, Azopardo izó a tope la bandera roja de guerra a muerte. Dio la orden de respetar la estrategia que había planificado los días previos, repartiendo funciones entre las tres embarcaciones y la tropa que permanecía en tierra con el propósito de sorprender al enemigo.

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Libró una batalla que inevitablemente terminó en derrota, pero fue tal el daño que provocó en la flota enemiga que los obligó poco después a desestimar el intento de golpe y emprender la retirada. Esa defensa heroica de nuestra soberanía nacional quedó en la historia como el bautismo de fuego de la armada argentina.

Fue un militar reconocido, que dejó de muy joven la isla de Malta para formase en Francia donde también sirvió a las Fuerzas militares. Lo mismo hizo para Inglaterra y Holanda, pero adoptó la Argentina como su patria. Murió en su casa porteña de calle Corrientes el 23 de octubre de 1848.

Al cumplirse el centenario de su muerte, sus restos fueron traslados con honores hacia el puerto de Buenos Aires y desde allí, embarcados hacia la ciudad de San Nicolás de los Arroyos. Hoy descansan en la cripta del monumento que lleva su nombre y se alza en custodia de las costas.

Recorriendo la costa de la ciudad, resulta difícil imaginar el movimiento de tropas y una estrategia militar desplegada en esa zona neurálgica. A pocos metros del Palacio Municipal, a pasos de uno de los espacios verde más concurridos como es el Parque San Martín, en medio de la cotidianeidad de los nicoleños.

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El combate terminó adoptando también el nombre de la ciudad y la ciudad a su comandante. La batalla de San Nicolás se mantiene viva en la historia de nuestra nación, y San Nicolás mantiene en alto el nombre de Juan Bautista Azopardo.