Por @vivibattan
Vivir en Milan no deja de sorprenderme. Es la cuna de la moda y eso lo sabemos, los italianos son reconocidos en todo el mundo por su estilo pero se están abriendo más a las tendencias globales. Así lo demostró Gucci, realizando ya una colección cápsula con Dapper Dan, “il Coutier del Hip Hop”, en 2008.
Dapper Dan fue el precursor de la moda urbana de lujo, vivió su gran auge en la década de los ochenta cuando llevó a barrios marginados, como el Harlem neoyorquino, los logos de las grandes firmas estampados sobre buzos y remeras en proporciones gigantescas. Así se comenzaron a ver por doquier remeras firmadas por casas como Louis Vuitton o Gucci. A pesar de que esa actividad estaba al borde de lo legal, ya que no tenía la autorización de las marcas, su éxito no tardó en llegar: grandes figuras del hip hop y el rap empezaron a vestir sus creaciones haciendo de su nombre un hito.
Este año Gucci lo homenajeó con un libro en edición limitada (solo mil copias, de las cuales yo tengo dos). Y realizó, un día antes de su polémico desfile, un evento exclusivo al que no faltó nadie, donde el mismísimo Dan firmaba y dedicaba su libro. Yo no me lo podía perder, así que acompañada por mi marido y amigos, invitados por la famosa pierre Emanuela Schmaidler, entre un desfile y otro me hice tiempo para pasar por la boutique. Y tuve el honor de saludarlo. Fue difícil hacerle entender mi nombre y muy graciosamente lo pronuncio “alla italiana”, no le pude decir en ese momento que yo soy orgullosamente argentina.
Más allá del lujo y la excentricidad, Dapper Dan y Gucci dejaron un mensaje claro. Él, como yo, como muchos, provenía de una familia humilde, sus padres no sabían leer y eran marginados por su color de piel; hoy está acá, creando y diseñando para el mundo. Todo un ejemplo de inclusión.