Luis Alfredo González Hernández fue detenido por asesinar y devorar parte de los restos de un hombre en la ciudad de Barlovento, en el Estado de Miranda, situada a dos horas de Caracas, Venezuela. Los agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) han apodado al joven homicida como el "artista antropófago" porque había utilizado la sangre y las cenizas del propietario de una quinta que estuvo desaparecido durante días, para pintar en un lienzo.
González -un moreno con ojos desorbitados- admitió el crimen en los interrogatorios policiales. Tras confirmar que descuartizó y comió gran parte del dueño de la quinta, el asesino argumentó que su víctima lo había "contratado" para ejecutar un extraño "servicio funerario" que consistía en "darle muerte, comer parte del mismo y con su sangre y cenizas hacer pinturas en lienzo", explicó Douglas Rico, director del CICPC.
En la quinta de la víctima, en la calurosa localidad de Llanura de Barlovento se hallaron restos óseos, documentos pertenecientes a personas ajenas a la propiedad y otras pinturas. Rico informó que se está investigando si estos papeles coinciden con la identidad de ciudadanos reportados como desaparecidos en Venezuela. La policía científica también practicará exámenes de antropología forense a las "obras de arte" halladas en el sitio. No se descarta que se trate de un asesino en serie.
El arresto del caníbal evoca a otro ocurrido en el Estado fronterizo de Táchira, en 1999. Se trata de Dorancel Vargas Gómez, un mendigo desquiciado que asesinó y se comió los restos de, al menos, diez hombres. Hasta su apariencia física es semejante a la de González. Es una escalofriante historia que se repite 19 años después.