Esta es la razón por la que no debes besar a tu bebé; podría ser peligroso

Ante cualquier complicación sobre la salud del menor es recomendable asistir con un especialista

Guardar
Esta práctica podría contagiar múltiples
Esta práctica podría contagiar múltiples enfermedades a tu bebé. Diseño: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

Una infección herpética diseminada puede ser devastadora para un bebé, incluso si el virus que la causa resulta leve para un adulto. Según información publicada por Mi cuenta médica en Facebook, este tipo de infecciones pueden derivar en complicaciones graves debido a la inmadurez del sistema inmunológico de los recién nacidos, quienes carecen de las defensas necesarias para enfrentar enfermedades de este tipo.

Un simple beso, aunque parezca un gesto inofensivo, puede ser el origen de estas infecciones, lo que ha llevado a expertos a emitir advertencias claras sobre los riesgos de besar a los bebés en la cara, las manos o incluso la boca.

Los bebés menores de seis meses son especialmente vulnerables porque su sistema inmunológico aún no está completamente desarrollado y no han completado su calendario de vacunación.

Esto los deja expuestos a una variedad de virus y bacterias que pueden transmitirse fácilmente a través de la saliva o el contacto cercano.

Los recién nacidos podrían sufrir
Los recién nacidos podrían sufrir diversas enfermedades al ser besados por adultos. Foto: (Archivo)

Entre las enfermedades más preocupantes que pueden transmitirse de esta manera se encuentra el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1), que es altamente contagioso incluso en ausencia de lesiones visibles.

Este virus puede causar herpes neonatal, una condición que puede afectar órganos vitales como el cerebro, el hígado y los pulmones, y que en casos graves puede ser mortal. Estudios clínicos, como los documentados en BMJ Case Reports han registrado casos de bebés hospitalizados por encefalitis herpética tras haber sido besados.

Otro virus de alto riesgo para los lactantes es el virus sincicial respiratorio (VSR), identificado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades como una de las principales causas de hospitalización en bebés menores de un año.

Este virus puede provocar bronquitis y neumonía, y se transmite a través de gotitas respiratorias o contacto cercano, como los besos.

En los bebés el sistema
En los bebés el sistema inmunitario no está desarrollado como el de los adultos, por lo que son más vulnerables a enfermedades. Foto: (Getty Images)

Además, el citomegalovirus (CMV), que puede ser transmitido por adultos asintomáticos mediante la saliva, representa otro peligro significativo. Este virus puede causar pérdida auditiva, retrasos en el desarrollo y problemas neurológicos en los primeros meses de vida, según estudios publicados en Clinical Infectious Diseases.

Enfermedades más comunes, como la gripe y otras infecciones respiratorias causadas por rinovirus o adenovirus, también pueden tener consecuencias graves en los bebés. Aunque en adultos suelen ser leves, en lactantes pueden provocar fiebre alta, dificultad para respirar e incluso convulsiones febriles, según la Academia Americana de Pediatría.

Asimismo, la mononucleosis infecciosa, conocida como la “enfermedad del beso” y causada por el virus Epstein-Barr, puede transmitirse por la saliva y generar fiebre prolongada, inflamación hepática y fatiga intensa en los más pequeños.

Es fundamental tomar ciertas medidas
Es fundamental tomar ciertas medidas para evitar propagar enfermedades que podrían ser peligrosas para los bebés. Foto: (AdobeStock)

Ante estos riesgos, las recomendaciones médicas son claras. Se aconseja evitar besar a los bebés en la cara, la boca o las manos, especialmente si el adulto presenta síntomas como fiebre, resfriado o heridas bucales.

También se recomienda lavarse las manos antes de tocar al bebé, sobre todo después de actividades como toser, estornudar o manipular dispositivos electrónicos. Limitar el contacto cercano de personas enfermas o no vacunadas con el bebé es otra medida preventiva fundamental.

Estas precauciones, aunque puedan parecer estrictas, están respaldadas por la ciencia y buscan proteger la salud de los recién nacidos durante sus primeros meses de vida.