Francine se fortalece a huracán categoría 1; SMN prevé lluvias fuertes en Tamaulipas

El Centro Nacional de Huracanes prevé que el huracán Francine toque tierra el próximo miércoles en costas de Louisiana

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Una imagen compuesta de satélite muestra la tormenta tropical Francine intensificándose. CIRA/NOAA/vía REUTERS.
Una imagen compuesta de satélite muestra la tormenta tropical Francine intensificándose. CIRA/NOAA/vía REUTERS.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que la tarde de este martes Francine se fortaleció a huracán categoría 1, con vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora, rachas de 150 km/h, y se prevé que pueda evolucionar a categoría 2 mientras se desplaza a una velocidad de 15 km/h hacia al noroeste del Golfo de México.

El centro del ciclón se ubica a 240 kilómetros al este de la desembocadura de Río Grande, en la frontera entre México y Estados Unidos, y a 270 km al este-noreste de Barra El Mezquital, en Tamaulipas.

Aunque el centro de la tormenta se encuentra frente a las costas de Texas, las bandas nubosas de Francine continúan generando lluvias puntuales muy fuertes (de 50 a 75 milímetros) en la región norte de Tamaulipas, además de rachas de viento de 60 a 80 km/h, oleaje de 1 a 3 metros de altura y condiciones para la formación de trombas marinas en el litoral de la entidad.

Por su parte, el Centro Nacional de Huracanes prevé que el huracán Francine toque tierra el próximo miércoles en costas del estado de Louisiana.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) llamó a la población a extremar precauciones en las zonas de la costa tamaulipeca por lluvias, viento y oleaje (incluyendo la navegación marítima) y atender las recomendaciones emitidas por las autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil.

Se prevé que Francine toque tierra el próximo miércoles 11 de septiembre. FOTO: Conagua
Se prevé que Francine toque tierra el próximo miércoles 11 de septiembre. FOTO: Conagua

Francine no alcanzará la categoría 2, según nuevos pronósticos

A pesar de que inicialmente se proyectaba que Francine alcanzaría la categoría 2 en la escala Saffir-Simpson, las nuevas proyecciones de expertos meteorológicos indican que será un huracán de categoría 1, con vientos máximos de hasta 145 km/h.

Estos cambios no eliminan el peligro, ya que la tormenta podría provocar daños y pérdidas valoradas en 2 mil 700 millones.

Si Francine se debilita al llegar a tierra, estas pérdidas podrían reducirse a unos mil millones. En cualquier caso, la tormenta se perfila como el tercer huracán en golpear el territorio continental de EEUU este año.

Uno de los principales desafíos asociados con la llegada de Francine son las inundaciones costeras que podrían generarse debido a una marejada ciclónica que alcanzaría alturas de hasta 3 metros en algunas zonas de Luisiana, incluida Nueva Orleans, indicó el Centro de Predicción Meteorológica de EEUU.

Además, la región sureste de Luisiana enfrenta una probabilidad moderada de inundaciones repentinas, afectando áreas como Lafayette, Morgan City y Baton Rouge en su trayecto hacia el norte a Misisipi.

Por otro lado, aunque la tormenta evitaría las grandes instalaciones de exportación de gas natural licuado ubicadas en la frontera entre Texas y Luisiana, incluyendo la terminal Sabine Pass de Cheniere Energy Inc., la preocupación por los efectos en la producción energética es significativa. De hecho, el suministro de gas a las plantas de exportación de GNL disminuyó un 3.2% el martes en comparación con el día anterior.

A nivel logístico, las empresas han implementado estrategias para mitigar los riesgos derivados de la tormenta. Aunque los vientos de Francine se han mantenido estables, lo que podría limitar su intensificación, todavía debe atravesar aguas cálidas que podrían fortalecerla, mientras que las condiciones de viento variable podrían perjudicar la estructura de la tormenta, limitando su potencia.

Si bien Francine representa una amenaza significativa para la región, también podría traer algunas lluvias beneficiosas al río Misisipi, donde los bajos niveles de agua han amenazado con interrumpir los envíos de productos como maíz y gasolina. No obstante, las precipitaciones también podrían dificultar las labores en los campos, retrasando las cosechas y disminuyendo la calidad del grano.

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