¿Cuál es la elección más recordada del Edomex y de Coahuila?

Las elecciones del Estado de México (Edomex) y Coahuila de 2023 reunieron a 14.5 millones de ciudadanos y con ellos aumentan las expectativas de saber quiénes serán los triunfadores en ambas entidades. El Edomex mantiene la atención de los partidos políticos involucrados porque podría ofrecer un adelanto de lo que pasaría en la contienda presidencial de 2024 debido a la fuerte influencia que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha tenido a lo largo de la historia.

En el Edomex, hay dos mujeres que aspiran a convertirse en gobernadoras: Delfina Gómez, candidata de la colación Morena, Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Partido del Trabajo (PT), y Alejandra del Moral, abanderada del Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Nueva Alianza. En Coahuila son cuatro hombres: Armando Guadiana, de Morena; Manolo Jiménez del PRI, PAN y PRD; Lenin Pérez, del PVEM; y Ricardo Mejía, del PT.

Son rostros en los que se refleja un proyecto de gobierno, también una tradición política que se aferra al control de ambas entidades. En particular, el PRI se juega dos bastiones que ha dominado desde hace décadas por medio de procesos electorales polémicos. A lo largo de la historia, los comicios han estado ensombrecidos entre la violencia en las urnas y las dinastías poderosas alrededor de las gubernatura. Estas son las elecciones más recordadas.

Los comicios del Edomex 2005 pasaron a la historia por introducir a Enrique Peña Nieto, quien llegó a ser presidente de la República en 2012. Sin embargo, el entonces candidato a gobernador aparecía como el sucesor de una familia poderosa dentro del PRI e incluso en el control de la entidad, donde por décadas se había consolidado la fuerza política priísta. Aunque Peña ganó con una amplia diferencia, con el 47.59% de los votos de acuerdo con los registros del Instituto Nacional Electoral (INE), el inicio de esta historia podría situarse en 1999.

El entramado familiar fue lo que causó polémica durante estas elecciones. Arturo Montiel fue quien asesoró a Peña desde 1999, pues ya contaba con sobrino, Peña Nieto, en su gabinete. Durante esta administración, Montiel fue acusado de enriquecerse con recursos públicos y haber aprovechado su poder para coartar la carrera política de sus opositores. Mientras tanto, su sucesor forjaba un camino propio hacia el control del Edomex.

La estrategia del Montiel para Peña se basó en la carrera que su tío y parientes, el actual gobernador Alferdo del Mazo es su primo, tenían en las entrañas del PRI. Además, fue presentado como “El nuevo rostro” del partido político, con promesas de cambio para la región, pero la verdadera finalidad para apoyar a este candidato fue conservar el poder en el Edomex y saltar hacia la presidencia, lo que logró en 2012.

Un aspecto clave para ganar votantes en el Edomex fue el aspecto de Peña, a quien solían presentar como el candidato guapo con un respaldo familiar poderoso. De esta forma, logró vencer en las urnas a Rubén Mendoza, abanderado del Partido Acción Nacional (PAN) y a Yeidckol Polevnsky, del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Durante su mandato en ese estado, los niveles de violencia llegaron a su máximo histórico hasta 2012 y fue acusado de mantener contratos ilícitos con la constructora OHL, de acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR).

Al igual que el Edomex, Coahuila ha sido gobernado por candidatos del PRI. En la actualidad, Miguel Requielme presiden el cargo y pertenece a este partido; sin embargo es apenas la primera pieza de una trama similar a que Peña Nieto mostró en sus días como aprendiz de su tío Aturo Montiel. Esta vez el lazo es más cercano al tratarse de un par de hermanos, quienes han sido señalados por intentar retener el poder en la región.

El origen de la trama de poder comienza en 2005. Huberto Moreira era el entonces gobernador de Coahuila. Durante su mandato, al igual que el tío de Peña, fue acusado de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, según una corte de Texas en Estados Unidos. Al terminar su mandato en 2011, él ya tenía a su remplazo para continuar con lo que algunos opositores llaman el “Moreirato”.

Luego de que Huberto concluyera su periodo de gobernador con una mala reputación en el estado, comenzaron una elecciones en las que su hermano, Rubén Moreira resultó ganador en una sucesión predeterminada, como denunció la oposición. La victoria fue casi absoluta: se llevó el 58.71% de los votos en la contienda, de acuerdo con los registros del INE. Las elecciones fueron acusadas de estar amañadas por los opositores de los otros partidos políticos.

Al finalizar su periodo en 2017, apoyó la postulación del actual gobernador Miguel Ángel Riquelme. Debido a lo anterior, los miembros del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) han acusado a los hermanos de intentar establecer un orden de control en Coahuila, donde los presuntos nexos de protección a otros miembros del PRI también han sido señalados por otros políticos adversarios.

En la actualidad, Huberto Moreira fue favorecido por las autoridades del estado que gobernó, ha sido investigado por presuntos crímenes como lavado de dinero y corrupción, pero las pruebas fueron insuficientes e incluso salió libre de los cargos por los que había sido acusado en la Fiscalía de Coahuila. Además, en su mandato, hizo un uso incorrecto de los recursos públicos lo que provocó una deuda de 33 mil millones de pesos.

Lo anterior ha dejado en tela de juicio el desempeño de los Moreira, quienes lograron sucederse uno al otro al frente de Coahuila. En especial, las elecciones de 2011 y 2017 son recordadas por haber intentado establecer un poder político como solo la familia de Peña Nieto había demostrado ser capaz de consolidar a través de un cargo público. Debido a esto, el PRI tiene altas expectativas en ese estado y en Edomex, los últimos dos bastiones de su poder político hasta las elecciones de 2023.