Cómo quedarían los días y horas que trabajarías en caso de que se apruebe la reforma laboral

En la actualidad, los trabajadores en México, por ley, debe trabajar como máximo 48 horas, es decir, una jornada diaria de ocho horas y un día completo de descanso con salario completo. Sin embargo, es común que existan relaciones laborales en empresas privadas, servicios gubernamentales y el sector financiero con una semana laboral de 40 horas, es decir, cinco días con jornada completa y dos días de descanso.

También hay modelos de trabajo de cinco días completos, medio día de trabajo el sábado y descanso los domingos.

A pesar de lo que establece la ley, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en 2019, reveló que existen más de 10.3 millones de personas que exceden este límite de 48 horas por semana. De ellos, 5.1 millones de personas superan las 11.2 horas diarias de jornada laboral.

Por ello, se han realizado propuestas para reformar la situación laboral en el país, que es atractiva para los millones de trabajadores formales en México.

Y es que de las varias propuestas que se han realizado, existe la de reducir las horas laborales a la semana, ya sea recortar a seis horas diarias la jornada laboral, o bien, modificar los días laborales a fin de que en vez de cinco, sean sólo cuatro por semana.

De lo anterior, según varias iniciativas realizadas por el partido Movimiento Ciudadano (MC), se analiza la propuesta para que se labore de lunes a jueves, con descansos de viernes a domingos por los mismos salarios y que esto no afecte la asistencia de los empleados.

La senadora Patricia Mercado, de Movimiento Ciudadano, señaló, respecto a las posibles reformas laborales, que “hay seis iniciativas de diferentes bancadas (...) espero que, en las próximas semanas, terminemos de organizar dos foros antes de que termine abril, uno sobre trabajadores de plataformas y otro sobre reducción de jornada”.

Además, el pasado mes de noviembre, el Partido del Trabajo (PT) también había presentado una iniciativa para reducir la jornada laboral a seis horas, con derecho a dos días de descanso. Por otra parte, Bertha Alicia Caraveo, senadora de Morena, en septiembre de 2022 propuso que la jornada laboral se redujera de 8 a 7 horas de trabajo diario.

Encuestas de 2023 refieren la prevalencia del síndrome de burnout, también llamado trabajador “quemado” del estrés laboral o desgaste ocupacional, toda vez que una parte importante de empleados en el mundo están más agotados que nunca, dijo la UNAM en un texto publicado en su portal.

La incertidumbre económica y el miedo a los recortes de empleos, se suman al malestar en el lugar de trabajo. Y es que más del 40 por ciento de quienes realizan labores de escritorio se sienten exhaustos.

Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), desde antes de la pandemia, México ya era uno de los países con más fatiga por estrés laboral, pues al menos 75 por ciento de sus trabajadores sufría esta condición, superando los niveles de China, que son de 73 por ciento, y de Estados Unidos, del 59 por ciento. Las investigaciones confirmaron que el personal de salud es uno de los sectores más afectados.

En diversos países de América Latina, incluyendo México, se registran bajos salarios, falta de pago y prestaciones, necesidad de contar con más de un empleo, trabajar en algo que no le gusta a las personas, recorrer grandes distancias entre el trabajo y el hogar, la falta de equidad de género, además de abuso y acoso en el trabajo.

El síndrome de bournout es considerado una enfermedad psicosocial, en el que influyen factores laborales u organizacionales, y personales o individuales. Este síndrome tiene tres componentes: cansancio o agotamiento emocional (sin ganas, desmotivado); despersonalización (construcción inconsciente de una defensa para protegerse de la impotencia, indefinición, frustración y conflictos, que se manifiesta en una desconexión o robotización en el trabajo); y el abandono de la realización personal, cuando se pierde el valor que el propio trabajo tenía para la persona, lo cual lleva a la ley del mínimo esfuerzo, es decir, “hacen como que me pagan, y yo hago como que trabajo”, por ejemplo, y esto afecta a las instituciones.