Familia de Rosa María exige justicia a ocho meses de su feminicidio y acusan deficiencias de la Fiscalía

Rosa María Bello, una abogada y maestra, fue asesinada el 11 de junio, en su departamento, ubicado en la alcaldía Azcapotzalco; a más de ocho meses del suceso, su familia denuncia que no hay grandes avances en el caso

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(Jovanni Pérez/Infobae)
(Jovanni Pérez/Infobae)

Rosa María Bello García era una mujer de 53 años. Era maestra y abogada que acostumbraba visitar a sus padres durante los fines de semana al norte de la Ciudad de México. Sin embargo, un fin de semana no asistió ni se comunicó con ellos, por lo que sus padres se preocuparon. Su madre decidió ir a su casa a buscarla, pero la encontró sin vida, rodeada de una gran mancha de sangre, con fuertes señales de violencia. Desde ese día, la madre de Rosa María vive en depresión y no se le ha quitado un temblor que invade todo su cuerpo.

Bello García murió por estrangulación, al parecer con el cable de su computadora, pues no se encontró el del ordenador de su casa.

Fue el sábado 11 de junio del 2022, que Rosa María Bello fue asesinada en su departamento, ubicada en la alcaldía Azcapotzalco. A más de ocho meses, el caso no se ha resuelto, y existe una gran cantidad de inconsistencias.

En entrevista para Infobae, Juan Bello, hermano de la Rosa María, cuenta que la Fiscalía de Feminicidios y la Policía de Investigación no han hecho gran cosa desde el asesinato de su hermana. “No veo la razón de que exista una Fiscalía, si investigan todo mal”, dice Juan.

“No hay una coordinación entre ambas instituciones, ni la Fiscalía ni la Policía de Investigación, no saben, no tienen idea de cómo investigar, se supone que investigan, pero los que investigamos somos nosotros, la familia”, comenta.

Rosa María era abogada y profesora. (Cortesía)
Rosa María era abogada y profesora. (Cortesía)

Juan dice que, por obvias razones, él y sus familiares no están pasando por un buen momento ni emocional ni económico, pues tienen que pagar por su cuenta abogados, ya que aunque intentaron ocupar el servicio de los defensores de oficio para ahorrar dinero, cada vez que había una audiencia lo cambiaban, por lo que el nuevo no estaba contextualizado con lo que había pasado anteriormente y tenía que revisar la carpeta. “Es una carpeta de más de mil hojas, ¿Tú crees que en una hora van a alcanzar a revisar la carpeta? Y siempre es uno diferente”.

A pesar de todo el tiempo que ha pasado, no se sabe con exactitud quién asesinó a Rosa María, pues la mañana en la que ocurrió el crimen se encontraba sola en su departamento. Existen sospechosos, pero no hay nada concreto. Rosa María no tenía esposo, hijos, ni una pareja estable.

Malos peritajes

Juan Bello comenta que las autoridades no hicieron bien su trabajo, incluyendo los peritajes. “Cómo no se han hecho bien los peritajes, no hay huellas dactilares, no hay rastros genéticos, no hay cabello de alguien más, hasta ahorita todo lo que se ha investigado, que se ha hecho mal, no han arrojado nada, y el problema es que lo que hemos investigado nosotros (su familia) desde el primer día”.

Juan llegó a la conclusión, por investigaciones propias, de que el principal sospechoso del homicidio de su hermana fue un vecino que vivía en un departamento que está enfrente del de ella, porque le permitieron revisar el teléfono de Rosa María para ver quién le había llamado, o si alguien le había avisado que iba a llegar a su casa, posiblemente sería persona hubiera estado involucrada en el asesinato, pero no tenía nada. “En su teléfono no había llamadas recientes, mensajes, que se iba a ver con alguien, o que vio a alguien en la noche, no había nada, solo llamadas de la familia, mensajes de la misma, de su trabajo, y ninguno decía: te veo a tal hora, o te veo mañana, nada, a menos que lo hubieran borrado, el problema es que ni la policía cibernética ni la de investigación hizo el trabajo, no buscaron nada”, cuenta.

Dice que las autoridades se quedaron por cuatro meses con el teléfono de su hermana, sin buscar alguna evidencia.

La mujer fue asesinada el pasado 11 de junio. (Cortesía)
La mujer fue asesinada el pasado 11 de junio. (Cortesía)

Explica que el primer Ministerio Público (MP) que estuvo encargado de la investigación, no hizo nada los primeros tres meses, y el problema es que Juan y su familia no sabían que tenían derecho a revisar la carpeta, a leerla, a sacarle copias, y fue hasta que supieron que podían hacerlo, que sacaron fotocopias y fue que ellos comenzaron a proponer cosas, pues de otra forma no avanzó la investigación.

Un sospechoso

“Ellos no tenían idea de nada, yo deduje que fue el vecino porque, primeramente no nos abrió la puerta; todos los vecinos abrieron, ni siquiera sabíamos que vivía alguien ahí, nos dijeron que estaba vacío ese departamento, entonces por eso no nos abrió nadie, pero luego fui a hablar con uno de los vigilantes de la unidad y me dijo que sí vivía alguien ahí, que era reciente, que tenía como dos meses, pues ya empieza a sonar raro, o sea, nunca había pasado nada, llega alguien nuevo y pasa”. Dice que comenzó a investigar al hombre que vivía en ese departamento, que se encuentra enfrente del que vivía su hermana, y le dijeron que era una persona extraña, solía salir en la madrugada a la tienda, a comprar cosas como galletas.

Luego, solicitó la entrevista con el dueño de ese departamento, que es el padre del hombre que vivía ahí, que es una persona de la tercera edad, y él les dijo que era drogadicto. “A mí se me hace que salía por droga”.

El día en el que Rosa María fue asesinada, los vecinos de los demás departamentos escucharon gritos, sin embargo, para ellos estaba normalizado, pues siempre había peleas domésticas y no salieron a revisar ni se asomaron. Juan cuenta que justamente, un día después del homicidio, el hombre huyó a escondidas, pues nadie vio el momento en el que se retiró, además de que fue el único que no abrió cuando estaban entrevistando a los demás vecinos. Cuenta que se enteró de que el hombre se fue a Tamaulipas, pero no han dado con él, pues la Fiscalía les dijo que no iban a marcarle ni a buscarlo para no alertarlo. “En el caso de que él no lo hubiera hecho, escuchó o vio algo, ¿Por qué no rinde su declaración?”.

Juan, desde el primer día, le dijo a las autoridades que citaran a ese hombre como testigo, sin embargo, le dijeron que iban a esperar y después irían con una orden de aprehensión, y a más de ocho meses del asesinato de su hermana, no hay ni orden de aprehensión ni su entrevista como testigo.

La familia de Rosa María pide justicia. (Cortesía)
La familia de Rosa María pide justicia. (Cortesía)

Comenta que los videos de una de las entradas de la unidad, que se queda abierta las 24 horas, no fueron solicitados por las autoridades, algo que fue clave para verificar si alguien había entrado o salido el día que su hermana fue brutalmente asesinada. Él, por su parte, pidió revisar los videos y notó que nadie entró ni salió, y que esa fue otra de las razones por las que comenzó a sospechar que el crimen se había llevado a cabo por alguno de los vecinos del lugar.

“Ni salió nadie a prisa, ni entró nadie a prisa, no se saltó nadie”, explica. Narra que su hermana era una persona muy tranquila, y no tenía problemas con nadie ni se relacionaba con sus vecinos. “Era muy tranquila, muy cuidadosa, no tenía vicios, no tenía pareja estable, no tenía esposo, no tenía hijos, no tenía deudas, entonces es todavía más extraño, y cuál es el único cabo suelto de todo eso; hay tres sospechosos, el principal es su vecino, que es el que está prófugo, luego está otro hombre que era su pareja, pero era una relación abierta y tenía llave del portón de la entrada de la unidad en la que vivía Rosa María, a él lo entrevistaron hace dos meses apenas, eso debió haber sido la primera semana, y hay una expareja, pero que tenía como tres años que no lo veía, con él aún no se revisa nada porque todavía no tenemos nada sólido, alguien nos dijo que él la llamó como una semana antes de que pasara esto, mi hermana le dijo a alguien, pero no le contestó, y tenía años que no lo veía”.

Sin embargo, mencionó los perfiles de los tres. El principal, el vecino de su hermana, es un hombre de 50 años, desempleado, drogadicto y está prófugo. El segundo, su actual pareja no formal, es un ingeniero de 40 años, y es una persona tranquila, y llevaba 10 años de relación abierta con su hermana. El tercero, su expareja, es una persona de 60 años que vive en el Estado de México y no lo veía desde hace tres años.

“Al primero, como el vecino más cercano, hasta hace unos días, porque yo estuve moleste y moleste que lo entrevistaran, que le mandaran citatorios como testigo, y que aparte eso servía como un antecedente, obvio no se va a presentar, entonces al tercer citatorio ya se emite una orden de presentación, hasta hace unos días me hicieron caso”, cuenta Juan.

La Policía de Investigación le dijo al hermano de la víctima que ya habían investigado al hombre que ahora está prófugo, y que no habían encontrado redes sociales de él. “Eso me lo dijeron la primera semana, yo confié en ellos, porque sí, al parecer estaban trabajando, entonces se me ocurrió buscarlo en Twitter, y encontré seis cuentas de Twitter de él, es el mismo, luego lo encontré en Facebook, me dijeron que no tenía WhastApp, agrego su número y ahí estaba su cuenta, con su foto, porque no teníamos ni foto, yo les tuve que entregar la foto impresa”.

A más de ocho meses de su asesinato, las autoridades solo han mostrado deficiencias. (Cortesía)
A más de ocho meses de su asesinato, las autoridades solo han mostrado deficiencias. (Cortesía)

Dice que la estrategia de las autoridades para sacar la foto del sospechoso, fue solicitar a Sedena que les dieran su cartilla. La Sedena se tardó un mes en responderles. “Para ellos resultaba útil una foto de hace 35 años (…) eso hicieron en tres meses, un oficio a Sedena”.

Juan Bello se dio cuenta de que la Fiscalía no estaba haciendo su trabajo cuando revisó la carpeta del caso de su hermana, tres meses después, cuando se la dejaron ver. “Cuando busqué las redes de ese tipo, vi que sí tenía, y en ellas, fotos”.

Personal de la misma Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, que pudo revisar la carpeta, explicó a Infobae México que este, como muchos otros casos, no fue investigado de manera correcta, pues no se solicitó un cateo a tiempo del sospechoso ni de la búsqueda adecuada y oportuna de indicios necesarios, como un rastreo hemático por peritos de la fiscalía en el lugar idóneo y en caso de resultar positivo la obtención de grupo sanguíneo y factor Rh, para una posterior confronta.

También comentó que la Policía de Investigación no realizó una indagatoria correcta sobre la calidad de todo el entorno social de la víctima, del lugar de hechos y de posibles imputados. Otra inconsistencia que se encontró, fue que no se solicitó a peritos en Trabajo Social el estudio del entorno social de la víctima, provocando, con estas inconsistencias, una pérdida de tiempo importante, la perdida de indicios necesarios para acreditar un delito cometido y poder atribuirlo a un imputado. Además, explicó, los peritos no realizaron una búsqueda idónea de indicios que permitieran la obtención de ADN para posteriores confrontas en el lugar de los hechos.

Indiferencia de la Fiscalía

Cuenta que la titular de la Fiscalía para la Investigación del Delito de Feminicidio, Brenda Celina Bazán Barrera, que ascendió al puesto el pasado mes de agosto, no los ha recibido ni les ha dado la cara ni a él ni a su familia, pues siempre manda a su particular en su representación. Cree que esto es porque su caso es uno difícil, y les podría traer problemas. “Representamos un caso difícil, y a ella solo le gusta estar en problemas que se van a resolver (…) yo creo es eso, nunca nos ha recibido, no emite opinión, no omite propuesta”.

Rosa María fue encontrada, sin vida, en su departamento. (Cortesía)
Rosa María fue encontrada, sin vida, en su departamento. (Cortesía)

Menciona que la Fiscalía no ha seguido el protocolo de un feminicidio, que señala que se tiene que investigar el contexto de la víctima: quién era, dónde trabajaba, quiénes son sus amigos, antecedentes de violencia, algo que no se ha hecho en el caso de Rosa María. “Hasta hace dos meses entrevistaron a su mejor amiga, hasta hace un mes comenzaron a entrevistar a los vecinos, eso se debió haber hecho en la primer semana, y solo porque estamos moleste y moleste”.

Dice que los primeros tres meses, iban a revisar el caso, pero no les mostraban la carpeta. “Yo pensé que era algo como protección emocional por las fotos de mi hermana, su autopsia, tampoco es como que yo lo quiera ver, entonces no nos dábamos cuenta que no se estaba haciendo nada, tres meses, y en ese periodo de tiempo, era un MP que se llama Héctor Ortiz, nos engañó porque nos decía que sí estaban haciendo algo, y cuando nos dimos cuenta, no habían hecho nada”.

Otro error de la Fiscalía y de la Policía de Investigación

Juan cuenta que cuando revisó el teléfono de su hermana, no había mucha información. “Era muy tranquila, no tenía como una vida íntima muy relevante, entonces me metí a su cuenta de Uber y estaba programado un viaje, por lo que yo vi, iba de salida”.

Dice que a ella la encontraron tirada en su sala, y piensa que iba saliendo porque estaban sus cosas, su bolsa, sus lentes ahí. También, dice, no se trató de un robo, pues sus cosas estaban completas, “no se robaron nada”.

Explica que ese día, su hermana tenía una cita médica entre 7 y 7:30 de la mañana, cerca de su casa. Menciona que él vio en el celular de su hermana, en su cuenta de Uber, un viaje programado, que según él, iba a llegar por ella taxi de la plataforma, y en su reconstrucción, ella iba saliendo para tomar el taxi, y ahí fue cuando la interceptaron.

El principal sospechoso del asesinato de Rosa María está prófugo. (Cortesía)
El principal sospechoso del asesinato de Rosa María está prófugo. (Cortesía)

Sin embargo, la Fiscalía entrevistó al chofer del Uber, quien declaró que el viaje estaba programado no en la dirección de su hermana, sino a unas calles de ahí. “Él nunca llegó ahí, porque el Uber lo pidieron para otra calle que está cerca, yo no me di cuenta, mi hermana usaba diario Uber, ¿Por qué se equivocaría? El origen estaba en esa calle para que llegaran a su casa, dice el chofer de Uber que canceló el viaje porque nadie salió, llamó a mi hermana, no le contestó y se fue, nadie se había dado cuenta de eso, pero lo del Uber lo tuvieron que haber hecho el primer día, de hecho mandaron el oficio, pero la empresa no contestó porque hicieron mal el oficio, pues tenían que haber metido el oficio en una plataforma, no siguieron el procedimiento adecuado para que Uber les contestara, hasta que lo hicieron bien, que fue siete meses después, les respondió”.

Cuenta que a partir de este hecho, cambió todo el panorama, pues se pregunta ¿A quién estaba esperando su hermana? Dice que el lugar para el que estaba el viaje, es una casa normal, y no sabe de alguien que viva ahí que conozca a su hermana.

También, cuenta, lo más probable es que ella estuviera sola en su departamento, pues al parecer desayunó. “Había una taza, su cama solamente estaba destendida de su lado, a menos que alguien haya arreglado todo”.

Explica que el pasado 14 de diciembre, él y su familia tuvieron que ir con un juez de control para que presionara a la Fiscalía, pues no hacían lo que les pedían. “Desde la primera cita con la Fiscalía, solicitamos que investigaran las cuentas bancarias de mi hermana, para ver si no había sido el móvil el robo, o algo que tuviera que ver con finanzas, el primer MP nunca lo hizo, que porque no se podía, (y nos pedía) que lo hiciéramos nosotros, lo intentamos hacer, no se podía, el problema es que mi mamá, que era la beneficiaría de las cuenta de mi hermana, no tenía en orden sus papeles, porque mi mamá tiene tres nombres y mi hermana solo la registró con uno, por eso no nos podían dar informes. Hasta que mi mamá pudo, ya lo arregló, y con el primer MP, no lo hizo, estuvo a cargo tres meses, no lo hizo nunca, el segundo MP, duró como 15 días, ni nos dio tiempo de pedirle nada, aunque sí trabajó, mandó oficios a muchas instituciones para pedir información del sospechoso, se avanzó, no se logró nada tampoco, luego la última MP, que se llama Verónica Domínguez, se lo estuvimos solicitando, ese mismo oficio, a la Comisión Nacional Bancaria, se lo solicitamos como dos meses, y siempre había un pretexto, un oficio, nos hartamos, metimos una audiencia con el juez de control y determinó que había muchas inconsistencias en la investigación”.

A partir de eso, la Fiscalía comenzó por fin a trabajar. “El problema es que esa información no arrojó nada, el móvil no fue robo, y eso es importante y se supo hasta varios meses después, cuando pudimos haberlo sabido desde el principio”.

Otro de los errores de la Fiscalía es que solicitaron un peritaje para el departamento de enfrente de donde vivía su hermana, donde vivía el principal sospechoso, sin embargo lo hicieron mal. “Solicitó intervención, recabaron y encontraron sangre, muestras hemáticas, y el papá dijo que esa sangre era porque su hijo tenía hemorragias constantes, por ser drogadicto, y apenas nos dimos cuenta que en su departamento había una mancha (de sangre) de un metro; el problema es que resultaron insuficientes las muestras, o sea no tomaron bien las muestras, habiendo tanto material resultó insuficiente”.

Para Juan y su familia, este tiempo ha sido difícil, pues contó que, primero, tienes que lidiar con el problema emocional, psicológico, social, económico, “y luego todavía tienes que estar investigando tú, y peleándote con las instituciones, buscando otras formas”. Juan afirmó que las instancias de justicia, desde su experiencia, están llenas de gente ineficiente, ya que no saben hacer su trabajo ni dar órdenes, además, se comportan de una manera inhumana.