
Quién no se ha preguntado cómo son las dinámicas de una pareja citadina y, sobre todo, las historias que se esconden en las torres de apartamentos que llenan las urbes. Eso es lo que el escritor Gabriel Rodríguez Liceaga (Ciudad de México, 1980) narra en su más reciente novela.
En este texto titulado “La sombra de los planetas”, el autor reconstruye lo que sucede al interior de una relación, entre momentos absurdos, divertidos y duros, pero alejados del drama casi habitual en este tipo de historias.
En entrevista con Leamos, el escritor mexicano explicó qué lo llevó a centrar su relato en la relación de Damiana y Santiago. Ella, una mujer que acaba de perder el trabajo, y él en la rutina de la oficina o, como dice Liceaga, “un hombre que cubre horas nalga”, que en las noches se dedica a escribir sobre sus insatisfacciones amorosas.
La novela se encarga de revelar las debilidades, fortalezas y vínculos entre sus protagonistas.
“Yo no sé cuántas novelas haya en la literatura mexicana de mujeres caminando por las calles de la Ciudad de México; de alguna manera, mi intención era dotar a la ciudad de un punto de vista femenino desde mis posibilidades narradoras de poder escribir a una mujer. La ciudad me inspira mucho y todos mis libros de alguna manera son aquí, pero esta vez sí creo que es diferente y creo que eso tiene una importancia distinta”.

Esta es la tercera obra que pública Rodríguez Liceaga bajo el sello editorial Penguin Random House. El autor explica que desde el primer momento su intención fue crear una trama a dos voces y asegura sentirse entusiasmado con Damiana, por ser una mujer que no recorre los espacios habituales de la Ciudad de México, pero sí los sectores populares de la ciudad, donde viven personas de a pie, como Anáhuac, Chimalistac y la Pensil.
De otro lado está Santiago, un hombre sumamente influenciado por sus amores, que asegura estar satisfecho con todas las cosas que los unen, pero asegura que las cosas que se han callado para no lastimar al otro se convierten en “una traición de pareja, minúscula y doméstica y cotidiana”.
“Lo que me gusta de cómo se construyó esta novela es que ellos no se dan cuenta de algo que el lector sí. Creo que así funcionan las relaciones hoy en día, dentro de una especie de vida pública que si vivimos. Pero todo lo que hay en la intimidad de la pareja, pues queda como atrapado y entonces, estas ideas de relaciones que funcionan, en su vida diaria, están podridas”, expresa Liceaga en entrevista con Infobae.

¿Damiana se identifica como una mujer actual?
Me puse como reto y responsabilidad escribir desde el punto de vista de una mujer de 2023. En ese sentido soy muy dichoso porque estoy escribiendo personajes que viven ayer. La novela se desarrolla en el mundo post pandémico es muy, muy actual, llega y se desarrolla justamente en noviembre del año pasado.
¿En “La sombra de los planetas” todo es ficción?
Definitivamente, no es auto ficción. Para escribir a Santiago, desde que pierde la virginidad hasta su última pareja antes de Damiana, hay una serie de mujeres que le van enseñando a vivir. No es que esté basado en mi vida, definitivamente no es una novela autobiográfica, pero sí tuve que madurar, conocerme amando en diferentes etapas de mi vida para poder plasmarlo. Es una historia de un crecimiento emocional y eso sí está basado un poco en mí.
Al calor de la charla, y en la comodidad de su comedor en el apartamento en que pasó un largo periodo escribiendo “La sombra de los planetas”, tras abandonar su trabajo, Gabriel se muestra como un autor interesado en los relatos que suceden hoy, los que transcurren en la cotidianeidad, es por eso que adelanta que se ha llegado a sentir más identificado con Damiana, “Me he dado cuenta de que mi forma de buscar el amor pues ha cambiado”.

¿Se podría decir que es una novela en tono de tragicomedia?
“De inició, parece que es muy seria, que es un dramón y, no sé... básicamente es una novela de cogedera, es muy lúdica en ese sentido, me parece que se puede volver muy divertida. A mí me gusta acceder a la sabiduría a partir de la carcajada, me gusta empezar a provocar que el lector se la esté pasando muy bien y de pronto “boom”, acabar haciendo una crítica a la especie humana”.
Liceaga sostiene que la literatura mexicana se ha vuelto un poco sería o cuadrada, es por eso que a él le gusta salirse del molde y explorar el lado más divertido e irreverente de la mexicanidad. “Somos muy divertidos, nos encanta la fiesta y nada nos lo tomamos en serio, pero hay muy pocos autores que escriben desde el humor”.
En “La sombra de los planetas” presenta una narrativa lejos de los escenarios de la gentrificación, pero al tiempo hace de Damiana una guía por estos sitios que tarde o temprano serán consumidos por este fenómeno inmobiliario.
Liceaga, en entrevista con Infobae, adelantó que está escribiendo su siguiente novela desde el sentido “anti-turistas”, pero, regresando a su actual trabajo, expresa la importancia de su protagonista como “una mujer que está haciendo vida en la Ciudad de México y la está haciendo suya”.

“Estoy muy sorprendido de la novela, en el sentido de que no la acabo y no la entiendo del todo, la estoy conociendo conforme la reviso en las noches. Ha sido un proceso muy emocionante”, expresa. Reconoce que su relato disecciona y, a la vez, retrata la capital mexicana. Recuerda el ataque a Damiana por una jauría de perros abandonados por los feligreses guadalupanos, y hace de esto uno de los momentos de carga citadina.
Espera que la presencia del espíritu femenino haya quedado impregnada en la novela, muy a pesar de la existencia de aquel pensamiento de siglo pasado sobre que los hombres no pueden escribir relatos de mujeres o viceversa. Se reconoce como un ferviente lector de autoras como Verónica Murguía, Socorro Venegas, y expresa “Yo creo que en mi novela hay mucho, inconscientemente, de Lucia Berlin”.
Liceaga asegura que “Manual para mujeres de la limpieza” es un texto excepcional, por todo lo que traduce del mundo femenino y sostiene que, de alguna forma, este gusto por Berlin lo influyó a la hora de crear a Damiana, como una figura valiente que permanente pone a prueba su sensatez, corazón, estómago y cerebro.

“Estoy convencido de que ella solo está hablándose a sí misma, porque es una mujer que no le habla a otro hombre en su vida interior, no le habla a la sociedad, no le habla a su familia, solamente se está hablando a sí misma y un poco a pasar umbrales de miedo superando los obstáculos diarios de un dolor permanente. No sé si yo consiguí una voz femenina, pero desde el cariño traté de escribir un personaje femenino”.
El autor, un personaje muy activo en las redes sociales, explica que fue en esos espacios digitales que se documentó sobre muchas realidades femeninas, que se consolidan en muchos de los pensamientos propios y compartidos de Damiana. “Internet y las redes sociales son una fayuca inmensa, no nos dieron, nos vendieron la posibilidad mágica de comunicarnos con todos”, expresa Liceaga.
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