La historia de la empresa de ciencia y tecnología que atravesó 14 pandemias y hoy lucha contra el COVID-19

Pese a los diferentes contextos complejos, Merck Argentina logra imponer su liderazgo en el mercado, sin perder el sello y la calidad de sus productos

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La primera circunstancia que afectó fue la Gran Guerra entre 1914 y 1918. La segunda, la Segunda Guerra Mundial entre 1939 y 1945. En el medio hubo bloqueos, denuncias y nuevos nacimientos del otro lado de los mares. Casi un siglo después, la historia de Merck es una historia única donde la resiliencia y el buen ojo de los negocios marcaron la diferencia entre sobrevivir o desaparecer. Hoy, más vigente que nunca, la compañía de origen alemán apuntala a la humanidad en su nueva batalla contra el coronavirus, participando en la investigación y el desarrollo de las vacunas y los tratamientos que podrían contribuir a lograr una solución.

La historia comienza en Argentina a finales del siglo XIX, cuando un grupo de representantes de la firma visita el país con el fin de establecer contactos comerciales. Allí, se designan representantes locales abocados al negocio de sustancias químicas y productos farmacéuticos.

Años más tarde, llegaría el primer tropiezo. Los contactos empiezan a perderse como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Tras una larga batalla por las ventas de productos y comunicaciones en el país, en 1917, Merck recibe autorizaciones especiales para registrar sus marcas y patentes en la Argentina. Dos años después, la empresa comienza a liderar el negocio de superóxido de hidrógeno a través del “Agua Oxigenada Doble Merck” en su presentación concentrada de 20 volúmenes.

La celebración esperada. En mayo de 1930, Hugo Jäger es autorizado legalmente para representar los intereses de la compañía en el país, lo cual había sido solicitado por el mismo Emanuel Merck. De esta manera, nace la empresa bajo el nombre Merck Química Argentina S.A., cuando formalmente en octubre de ese año se registran los estatutos en el Registro Público de Comercio.

El objetivo de la firma reside en la importación, venta y fabricación de productos químicos y farmacéuticos de todo tipo, junto a la adquisición de materias primas

El avance en el mercado es inminente, pero la Segunda Guerra Mundial golpea por segunda vez y comienzan a surgir graves problemas de abastecimiento. Sumado a esto, Merck Química Argentina es colocada dentro una lista junto a otras compañías alemanas. Tras el ingreso de Estados Unidos en la guerra y el endurecimiento del bloqueo, se instaura un sistema de asistencia mutua por parte de todas las subsidiarias de Merck en Sudamérica y América Central. El objetivo es ayudar a los países que enfrentan escasez de suministros para mantener sus depósitos de ventas a través del intercambio de materias primas y productos semiterminados.

 Depósito para entregas internacionales desde donde se enviaban los productos a Buenos Aires (1927)
Depósito para entregas internacionales desde donde se enviaban los productos a Buenos Aires (1927)

En marzo de 1945, la situación cambia repentinamente. La “Junta de Vigilancia de las entidades enemigas” toma el control de Merck Química Argentina y los responsables de la empresa son reemplazados por empleados designados por el gobierno. La compañía está en el ojo del huracán. Pero sobrevivirá porque en su ADN ya llevaba incorporada la resiliencia.

Recién en 1958, la familia Merck vuelve a adquirir la subsidiaria argentina en una subasta pública. El comprador es Emanuel Merck y el vendedor, el gobierno argentino. En ese momento, la compañía tenía 358 empleados. Una condición para la readquisición es que no se hicieran despidos de personal sin fundamentos.

Los 2000 y aires de renovación

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En 2004, Merck Química Argentina fue por más: logró que 4 de cada 8 posiciones ejecutivas fueran ocupadas por mujeres. En 2015 siguió apostando a crecer y renovó su identidad corporativa estructurando sus negocios en tres divisiones: healthcare (cuidado de la salud), life science (ciencias de la vida) y performance materials (materiales de alto rendimiento).

En 2019, la organización fue distinguida por tercer año consecutivo como Top Employer (certificación internacional que reconoce la excelencia en las políticas de recursos humanos). Mientras tanto, la alianza Merck-Pfizer lanza en la Argentina -primer país en Latinoamérica y segundo a nivel mundial- una nueva indicación para un tratamiento innovador para tratar el carcinoma avanzado de células renales.

Actualmente, la empresa se encuentra en la ardua tarea de formar parte del desarrollo de estudios para la detección del coronavirus a través de insumos esenciales para los kits de diagnóstico y reactivos para PCR. Además, participa en 45 programas globales de investigación y desarrollo de vacunas, y en varios estudios de investigación de tratamientos para el COVID-19.

Le ganó a la adversidad que presentó cada época. Y, con flexibilidad y la curiosidad necesaria para hacer las preguntas que permiten ir más allá y buscar nuevas respuestas, superó el desafío de acompañar los cambios, que fueron surgiendo con la biotecnología y los descubrimientos científicos sucesivos. Sus 90 años de historia son el mejor certificado de que la edad y la experiencia, cuando van de la mano, son invencibles. Tal como afirma su Director General en Argentina, Cristian von Schulz-Hausmann, “en Merck somos mentes curiosas trabajando para el progreso humano”.