Cómo la “tragedia de los Andes” inspira a superar la “nueva normalidad” impuesta por el coronavirus

La cuarentena, en la mayoría de los países y ciudades, cambió la forma de relacionarse, pasando por momentos de mayor energía, esperanza o aburrimiento. El covid-19 aún no tiene cura, no hay vacuna e impone una “nueva normalidad”: cambiaron las costumbres, los vínculos, las dinámicas de trabajo, la vida cotidiana.

Cuando el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en el que viajaba un grupo de jugadores de rugby se estrelló en la Cordillera de los Andes en octubre de 1972, el panorama para ellos cambió por completo, su cotidianidad tal como la conocían dejó de existir. No sólo porque para sobrevivir de aquella situación inhóspita tuvieron que hacer sacrificios que nunca creyeron realizar, sino porque a partir de entonces sus vidas tampoco volvieron a ser las mismas.

Hacía mucho frío, estaban perdidos, sin comida ni agua, sin mayor refugio que un avión despedazado y habiendo perdido a muchos de sus compañeros. Carlos Páez, uno de los sobrevivientes del recordado accidente aéreo echó luz sobre la situación en una charla privada para F5 Latam (que se puede ver en el siguiente enlace): “Es una historia de 70 largos días”, caracterizó. 

“Recién a partir del día 10 salimos a buscar la vida. Después de esta cuarentena tenemos que salir mejor, fortalecidos, es nuestra obligación porque a pesar que no lo sabemos, el ser humano tiene los recursos para salir adelante”, aseguró el sobreviviente ante un auditorio virtual.

Esta historia comenzó cuando la búsqueda había sido suspendida y tuvieron que pasar de la inacción a la acción. ¿Cómo lo hicieron? Juntos, como equipo. Y este es el aprendizaje que Páez compartió en este momento de miedo, sacrificio e incertidumbre: “El miedo debe transformarse en motor, motivar y potenciar a resolver los problemas. Pero además necesitamos de los demás para trabajar coordinadamente, porque tenemos que salir todos juntos”.

Y agregó: “Lo más importante que transmite esta historia sorprendente es que fue protagonizada por gente común, cualquier persona de la audiencia pudo haberla protagonizado, pues desmontamos la tesis de que nos salvamos porque éramos ‘deportistas’. El ser humano está capacitado para adaptarse, transformarse y evolucionar para salir adelante. Instintivamente nos trasformamos en una ‘empresa perfecta’ para sobrevivir: hubo toma de decisiones, adaptación al cambio, un ejemplo notable de trabajo en equipo, liderazgo a través del trabajo, creatividad y, sobre todo, actitud”.

Páez encontró puntos de contacto entre este contexto inédito y el vivido por aquel grupo de jóvenes de entre 19 y 26 años: “Naturalmente, nosotros vivimos una cuarentena obligada de 72 días con sus noches, ante un enemigo natural, incomparable, llegó sin avisar, nos dejó sin recursos, sin abrigo, sin alimento, sin entrenamiento, pero con humildad, creatividad, pasión y actitud, pudimos salir airosos. Para esta nueva amenaza, poniendo en perspectiva lo vivido por nosotros, no tenemos dudas de que, con lo aprendido, podremos salir adelante. Y que hay que ponerle acción, esperando que la solución venga desde afuera nunca hubiésemos sobrevivido”.

En los negocios

Como explicó Carlos Páez, “estas charlas nos dan la oportunidad de motivar desde la emoción; pues es esa interacción que caracteriza a los grupos -como lo que se vivió en Los Andes- de cómo lo que hago por ti hoy, me puede salvar mañana; de cómo reconocer el trabajo y los logros de los demás nos hace más grandes. Hay muchas lecciones en el ámbito profesional pero también en lo personal”.

Por su parte Roberto Ricossa, VP de F5 para Latam, destacó la importancia de contar estas historias positivas para la vida porque evidencian “la capacidad del trabajo en equipo, y la resolución de los problemas a través la unión como grupo”.

En un paralelismo con la pandemia actual, Ricossa llamó a que “sigamos conectados, trabajando en equipo para que este momento sea de cercanía en la distancia”. Esta es también la idea que sostiene la campaña de F5 titulada “Primero humanos”, que hace referencia a que el código de programación es vital para la empresa porque a través de él se generan soluciones tecnológicas que impactan positivamente en millones de personas alrededor del mundo. Como el ADN, el código muestra de qué estamos hechos y cómo eso conecta a todos.

Para poder ver y escuchar el webinar ofrecido por Carlos Páez, se puede ingresar al siguiente link.