"Mi próxima gira es a Punta del Este, total es lo mismo que ir a Argentina"

Según una encuesta realizada por una consultora internacional muy prestigiosa, el 99,99% de los argentinos toma como una afrenta que el Papa Francisco esquive su país de origen como si tuviera un brote de lepra. "La palabra que más se repitió en los focus groups realizados durante la primera quincena de enero en Capital Federal, Gran Buenos Aires y varias provincias del interior fue peronista", nos cuenta Renzo Rossi, fundador de la encuestadora con sede en Roma, oficinas en 194 países y un margen de error del 1,3% en sus 5 décadas de historia. "La segunda palabra que resume el malestar del país es Cristina. Y la tercera palabra, en realidad es una frase: pero a mí qué ca..jo me importa. Obviamente preferimos omitir esto último en el paper para no generar un mayor malestar del que ya existe en la Iglesia", confiesa off the record el experto.

"Pero me tienen podrido con esto de que Francisco viene o no viene a la Argentina. Como si el verdadero problema que tenemos fuera una visita del Santo Padre mientras el hambre azota los barrios y la gente humilde no tiene esperanzas. Por una vez salgamos del ombliguismo que nos caracteriza y entendamos que Jorge Bergoglio se transformó en representante de Dios en la tierra y debemos rezar para que su misión llegue a quienes más lo necesitan" grita a quien quiera escucharlo un cura villero que jura conocer de primera mano el pensamiento del Papa del fin del mundo. Sin bajar un decibel, la emprende nuevamente: "Si al Gobierno le preocupa tanto, hubiese aprovechado que Macri se pasó todo el mes en Villa La Angostura y lo hacía cruzar la cordillera en alguno de sus aviones privados". Una mujer que toma mate en la puerta de su humilde casilla, lo frena en seco "No sabía que había resucitado el Padre Mujica. Ya que es tan amigo del Papa por qué no nos consigue unos bizcochos de grasa que acá no nos alimentamos con palabras".

Si este cura villero está que trina, imaginen lo que significa para la propia Conferencia Episcopal Argentina. La desazón es tal, que su vocero Jorge Oesterheld tuvo que reconocer públicamente "lo doloroso que pase por arriba nuestro y aterrice en otro lado". Todo un mensaje viniendo del sector más institucional de la Iglesia. Pero salgamos un minuto de las pujas políticas, de las risas cómplices con Cristina y la cara de póker que le puso al Presidente. Salgamos de los rosarios bendecidos para Milagro Sala, de las fotos con cada uno de funcionarios que hoy están tras las rejas, con aquellos sindicalistas sospechados de robarse hasta la dignidad de los trabajadores, con los muchachos de La Cámpora y con cuanto impresentable esté en Roma comprando cualquier cosa que tenga el logo gigante de Gucci. Está claro que cuesta una enormidad olvidarse de todo eso y volver a sentirse orgulloso, como aquel 13 de Marzo de 2013 cuando lo vimos asomarse en el balcón que da a Piazza San Pedro.

"Ese fue el día más feliz de mi vida" nos comenta un médico oriundo de Salta que recorrió 1004 kms en auto junto a su mujer para ver de cerca a Francisco en Iquique. "Más que de cerca casi me tomo un mate con él porque no había nadie en la misa", dice medio en serio, medio en broma quien reconoce que "al principio era un orgullo tener un Papa argentino, pero con el correr del tiempo es como si el Vaticano se hubiera transformado en una unidad básica" se embala, mientras su mujer le recuerda que vinieron a reconciliarse con la palabra de Dios. "Yo la entiendo porque es una verdadera devota, pero lo que no se da cuenta es que en nuestro país aún existe una gran masa que ve al peronismo como una religión cuando se trata de un movimiento que, en nombre de los más humildes, creó un ejército de ignorantes conscientes de que el voto vale lo mismo, venga de quien venga".

Ya en Perú, nos encontramos con una familia de Wilde que agradece al cielo vivir en Lima. "Nos vinimos hace unos años escapando del kirchnerismo. Argentina iba derecho a estrellarse de frente contra Venezuela y reconozco que, a partir de la asunción de Bergoglio, Cristina tuvo que tirar 3 cambios" acota el jefe del clan. "Lo irónico del asunto es que, después de tantos años de ninguneo de parte de los Kirchner, uno hubiera pensado que Francisco se llevaría mejor con Macri. Pero no. Ahí lo vemos de lo más sonriente con cuanto peroncho aterriza en un vuelo de Alitalia", remata, mientras nos pide mantener el anonimato "porque soy Gerente General de una importante empresa alimenticia acá en Perú y no entienden que se cuestione tanto al Papa en nuestro país". El que se suma es su hijo mayor y aclara que están felices con el cambio: "Buenos Aires se transformó en un lugar imposible para vivir. Nos vinimos acá peleados con amigos de toda la vida, con familiares, con vecinos, todo gracias a la política. Y por lo que leemos en los diarios, no cambió nada. La gente está cada día más desquiciada".

Un anciano jesuita argentino, reconocido por su labor descomunal en los pueblos del Norte de Perú, se acercó a la explanada costera de Huanchaco, en Trujillo, para saludar a su querido amigo. "A Jorge lo conozco hace más de 60 años, desde que estudiábamos juntos en el Seminario Metropolitano de Villa Devoto. Es una persona austera, fiel con sus afectos, querible e incapaz de hacer algo que pueda herir a su país. Por eso le duele tanto que especulen con cada movimiento que hace. Tuve la suerte de verlo un rato, hablamos de San Francisco de Asís, de las urgencias de nuestro continente y del rol de la mujer en la Iglesia. Si bien fue menos tiempo del que me hubiera gustado por su ajustada agenda, pudimos recordar nuestra infancia en Flores y el Campeonato de Primera División que ganó San Lorenzo en 1959 con el nene Sanfilippo a la cabeza. Lo noté muy entristecido con el cierre de la revista El Gráfico".

Como ya es costumbre, Francisco comparte algunas impresiones con los periodistas acreditados en el avión que lo lleva y lo trae de Roma. Pero la polémica esta vez se dio en tierra, cuando el cronista más temido por el sector conservador de la Santa Sede lo interceptó para preguntarle lo que nadie se animó hasta ahora: "El mundo entero quiere saber cuándo visitaremos su hermoso país, su excelencia". Dicen que Francisco improvisó una respuesta que desconcertó hasta a su propio entorno. "Quiero confirmarles que mi próximo viaje será a Punta del Este, total es lo mismo que ir a Argentina. Y si tengo un tiempo libre, nos podemos encontrar con Mauricio en Terrazas de Manantiales, el complejo que es de su propiedad". Las risas no se hicieron esperar, aunque el joven cronista -no conforme con la respuesta- volvió a la carga. "Pero tengo entendido que Punta del Este es una ciudad de clase media alta, que ahí no hay peronistas".

A lo que el Papa le respondió "Yo no estaría tan seguro, pibe. Te sorprendería saber quiénes son los dueños de las mansiones más ostentosas". Amen.