La Habana: libros y literatura para celebrar a la ciudad invitada en la Feria del Libro 2022

Dos años después de lo previsto, La Habana será la ciudad invitada a la 46º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, a desarrollarse entre el 26 de abril y el 16 de mayo de 2022. Una selección de libros para anticipar el festejo que nos reunirá con esa ciudad, sus libros y su literatura.

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Durante 2020, el cubano Leonardo Padura formó parte del ciclo Experiencia Leamos, en una conversación con Patricio Zunini.
Durante 2020, el cubano Leonardo Padura formó parte del ciclo Experiencia Leamos, en una conversación con Patricio Zunini.

Como todas las grandes ferias literarias del mundo, la de Buenos Aires también tiene, cada año, una ciudad invitada, que es motivo de homenaje, encuentros, visitas y, fundamentalmente, una excusa para la difusión e intercambio con la literatura y cultura del país homenajeado. Después de dos años de postergación, debido a la pandemia, las autoridades de la Fundación El Libro confirmaron esta semana, en el marco de la presentación de la Feria 2022, la continuidad de La Habana como ciudad invitada del esperado evento. Para comenzar a “saborear” la visita, realizamos una selección de libros disponibles en Leamos.com para adentrarnos en su historia, cultura y disfrutar de sus plumas destacadas.<epígrafe 1>

La Habana será la Ciudad invitada en la 46º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

En 1980, un inexperto Leonardo Padura ingresaba a la redacción de El caimán Barbudo, publicación de los jóvenes creadores cubanos financiada por el Estado. Junto a un grupo de colegas insinuaron una renovación, que tres años después motivó la expulsión de estos inquietos “intelectualoides”. El destino de Padura fue el periódico Juventud Rebelde, donde debería encauzarse ideológicamente. Pero un mecanismo no previsto arruinó la lógica reeducadora y la experimentación narrativa volvió a plantearse, surgiendo así una de las mejores muestras de Periodismo Literario. Las crónicas que presentamos en El viaje más largo fueron escritas por Leonardo Padura en aquella etapa de inquietud intelectual. La tensión entre el periodismo, la literatura y la política son el sello de su particular estilo y aquí se palpan a flor de piel. Padura intenta una exploración novedosa en los pliegues de la cultura nacional, a contrapelo de los cánones propuestos por la historia oficial de la Revolución cubana. El viaje más largo esquiva los términos de la polarización que impuso el siglo XX. Y es este proyecto crítico el que inspira aún hoy sus filosas intervenciones periodísticas y sus ambiciosas aventuras literarias.

Éste es el testimonio de un habanero descreído. Un hombre que regresa extenuado de un largo camino que finalmente no lo condujo a sitio alguno. Pero no es pesimista. Pedro Juan sabe que tiene que seguir adelante. Y lo mejor es hacerlo sonriendo, a golpe de ron, música y sexo. Pedro Juan Gutiérrez hace catarsis en este libro, duro y en gran medida autobiográfico, que reúne tres libros de cuentos: Anclado en tierra de nadie, Nada que hacer y Sabor a mí. Un lenguaje fuerte y apretado es el único capaz de expresar la rabia de quien habita en el vórtice del huracán. Pedro Juan vive al borde del precipicio. Marginal, aunque su covacha está en el corazón de La Habana de hoy. Disecciona sus alrededores con habilidad de cirujano experto. Sin temor hinca su bisturí afilado, escarba en las entrañas, y lo revuelca todo, irrespetuosamente: sexo, hambre, política, erotismo, desencanto, anhelos, ron y buen humor. Éste es el testimonio de un habanero descreído. Un hombre que regresa extenuado de un largo camino que finalmente no lo condujo a sitio alguno. Pero no es pesimista. Pedro Juan sabe que tiene que seguir adelante. Y lo mejor es hacerlo sonriendo, a golpe de ron, música y sexo. Pedro Juan Gutiérrez hace catarsis en este libro, duro y en gran medida autobiográfico, que reúne tres libros de cuentos: Anclado en tierra de nadie, Nada que hacer y Sabor a mí. Un lenguaje fuerte y apretado es el único capaz de expresar la rabia de quien habita en el vórtice del huracán. Pedro Juan vive al borde del precipicio. Marginal, aunque su covacha está en el corazón de La Habana de hoy. Disecciona sus alrededores con habilidad de cirujano experto. Sin temor hinca su bisturí afilado, escarba en las entrañas, y lo revuelca todo, irrespetuosamente: sexo, hambre, política, erotismo, desencanto, anhelos, ron y buen humor. Escrita con un ritmo implacable, a medio camino entre la exuberancia tropical y la negra desolación de un Bukowski, la Trilogía sucia de La Habana es un deslumbrante conjunto de relatos orquestados como una novela.

Tras la muerte de su querida abuela, una escritora estadounidense viaja a La Habana, donde descubre las raíces de su identidad y desentierra un secreto familiar oculto desde la Revolución. La Habana, 1958. Elisa Pérez, hija de un barón del azúcar, pertenece a la alta sociedad cubana y vive protegida de la creciente inestabilidad del país, hasta que se embarca en un romance clandestino con un apasionado revolucionario. Después del triunfo de la Revolución encabezada por el Che Guevara y Fidel Castro, su familia debe abandonar el país e instalarse en Miami.Miami, 2017. La joven escritora Marisol Ferrera creció escuchando las historias nostálgicas sobre Cuba que le contaba su difunta abuela Elisa, por lo que conoce a la perfección las canciones, los platos típicos y los lugares más bonitos sin haber estado nunca. Tras la muerte de Elisa, cuyo último deseo era que Marisol esparciera sus cenizas en el lugar que la vio nacer, viaja a La Habana, donde se da cuenta de que la ciudad que recordaba su abuela ya no existe.

Francisco de Miranda (Caracas, 1750-España, 1816). Venezuela.Hijo de Sebastián de Miranda, comerciante canario, y Francisca Antonia Rodríguez, caraqueña. Nació el 28 de marzo de 1750.Estuvo involucrado en la Revolución Francesa, la Independencia de los Estados Unidos, y de Hispanoamérica.Estudió en la Universidad de Caracas y fue uno de los hombres más cultos de su época. Tenía conocimientos de matemáticas y geografía y dominó el francés, el inglés, el latín y el griego. En 1781 combatió junto a tropas españolas, a favor de las fuerzas independentistas, en Pensacola (colonia inglesa en la Florida).Poco después se fue al Reino Unido en busca de apoyo en su pretensión de independizar Hispanoamérica. También con ese propósito fue, en plena Revolución Francesa (1792), a París. En Londres vivió con su ama de llaves, la inglesa Sarah Andrews, con quien tuvo dos hijos. En 1805 viajó a Nueva York y en 1806 marchó en una expedición revolucionaria a Haití. Y más tarde se dirigió al puerto de Ocumare, en Venezuela, donde fue derrotado por los españoles.Miranda fue arrestado el 31 de julio de 1812 por un grupo de civiles y militares, entre ellos Simón Bolívar. En 1813 fue conducido a España, a la cárcel del arsenal de La Carraca (Andalucía). Allí murió el 14 de julio de 1816.

Es verdad que una vez mordí al amo, no me caía tan bien: los dos queríamos mandar. De perro viene el morder y ladrar y atacar si me atacan; de perro valiente y bravo; y no puedo volar ni ser paloma, porque cada cual es lo que es. Lo siento, amo, pero vivo y actúo como lo que soy. Nací perro. No pidas milagros.