Por qué disfrutar del ocio puede hacerte más productivo en el trabajo

Martina Rúa y Pablo Fernández plantean en La fábrica del tiempo (Conecta) diferentes estrategias para equilibrar el tiempo de las obligaciones y del esparcimiento.

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Martina Rua y Pablo Fernández
Martina Rua y Pablo Fernández

Los dos son periodistas de una vastísima trayectoria y tienen ocupaciones a las que les dedican muchas horas. Martina Rua es columnista en el programa "No somos nadie" de Radio Metro y escribe para La Nación, en el diario y en la revista de los domingos. Pablo Fernández es docente, investigador y está a cargo de la dirección de Innovación Editorial de Chequeado, además de sostener otros emprendimientos como "Jomofis", sitio imprescindible para quien trabaja en forma independiente o hace trabajo a distancia desde su casa. Y, sumado a eso, dan charlas y conferencias.

Hay hijos, parejas, amigos. ¿Cuánto tiempo les dedican a ellos? La vida de Rua y Fernández no es tan distinta de la de muchos de nosotros. Pero un día, uno de ellos, tal vez cansado, tal vez buscando un cambio o un sentido, se preguntó y le preguntó al otro: ¿es posible llevar una vida equilibrada entre las obligaciones y el esparcimiento, entre el trabajo y los afectos?

Así nació La fábrica del tiempo (publicado recientemente por el sello Conecta), libro en el que fueron volcando métodos y técnicas para alcanzar un estilo de vida más armónico y ordenado: "Trabajar mejor y con un mayor dominio de las horas", dice Fernández en diálogo con Grandes Libros, "pero también con un equilibrio con el ocio, el deporte, el tiempo con la familia y los amigos, para hacer un hobby o tener otros proyectos".

El libro, entonces, plantea un objetivo primordial: lograr hacer eso que hay que hacer para tener el tiempo libre para hacer lo que se quiere hacer. La fábrica del tiempo trae ejemplos concretos, análisis y una serie de entrevistas a diferentes personalidades —Matías Martin, Manu Ginóbili, Carolina Aguirre, Miguel Espeche, incluso algunas históricas como Warhol y Darwin— en las que revelan cómo administran su tiempo.

La fábrica del tiempo. Técnicas para optimizar el tesoro más preciado de la vida moderna
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Hackear tu vida

"No somos gurúes ni mucho menos", dice Rua; "La fábrica del tiempo está escrito desde la trinchera", completa Fernández. A diferencia de otros autores, que venden soluciones mágicas y milagrosas, ellos se limitan a desarrollar un amplio catálogo de posibles líneas de acción: la más eficaz será aquella que se ajuste mejor a nuestras necesidades.

La idea no es trabajar más, sino trabajar de una manera más inteligente. Y, para ello, proponen comenzar por un punto clave: desarrollar hábitos y rutinas. "Adquirir un buen hábito", dice Martina Rua, "lleva entre 30 y 90 días de trabajo y perseverancia, pero después trae una cadena de buenos hábitos. Nosotros fuimos adquiriendo esos hábitos y por eso lo podemos contar."

Entre la procrastinación —postergar las tareas— y el multitasking —hacer más de una cosa a la vez: léase responder un mail, elaborar un plan de negocios y responder varios mensajes de WhatsApp— se balancea el malestar de la actualidad. La posible solución está, de nuevo, en los hábitos de conducta: hackear la vida con herramientas, no siempre tecnológicas, que te permitan adueñarte de tu tiempo; cambiar el multitasking por el flow: hacer foco en una tarea y luego pasar a la siguiente.

¿Cuál es el primer paso? Prestarle menos atención al smartphone, ese black mirror omnipresente. "En Argentina somos muy ávidos de la tecnología", dice Rua, "y a veces es la tecnología la que no está manejando a nosotros". "Lo que intentamos es domar a la tecnología", sigue Fernández, "para que la manejemos nosotros. Es muy difícil porque detrás de WhatsApp y las redes sociales hay un montón de ingenieros y diseñadores que se dedican a que sea muy adictivo. Pero apagá algunas notificaciones, que mal no te va a venir."

Manu Ginobili junto a su mujer
Manu Ginobili junto a su mujer

El grito de Manu

Uno de los capítulos de La fábrica del tiempo está dedicado a los trabajadores independientes. En un contexto político y económico complicado, como es siempre el de la Argentina, el freelancer suele tomar todos los trabajos que se le presentan ya que no es seguro que al mes siguiente tenga otros nuevos. El problema es que eso impacta directamente en la calidad de vida, con largas jornadas de 14 horas sin sábados y domingos. Pero ¿cómo administrar la ansiedad y saber decir "No"?

"Realmente no es algo fácil", dice Rua. "Todos necesitamos una seguridad económica, pero si tenés una base que te permite elegir, hemos comprobado que, siendo freelancer, decir que sí a muchas cosas mella las previamente adquiridas. Manu Ginóbili nos contó un método que se llama Hell, yeah!, algo así como 'Eso sí que lo quiero hacer'. Él nos decía que si hay algo te saca el sí desde adentro, hacelo, pero si no, ponelo en duda. No le digas que sí a todo porque lo vas a padecer."

En el libro no hay una mención explícita, pero una de las críticas que se puede interpretar en la lectura es sobre cómo la escuela —y la educación en general— no enseña a administrar los tiempos:

"No se nos enseña a administrar los tiempos y tampoco se nos enseña a valorar el ocio", dice Martina Rua. "El descanso no está bien visto. Pero está bueno darse momentos de fiaca, porque también son momentos de productividad. Cuando uno descansa y se anima a ordenar su tiempo, después vuelve más productivo al trabajo. Eso es algo que descubrimos en el libro."

"Nos enseñan que el trabajo es un valor", amplía Fernandez, "pero es necesario que haya un equilibrio. No puede ser que lo único que se vea bien sea el 'Estoy a mil'. El 'Estoy a mil' es una trampa. Por eso la búsqueda del libro es cómo hacer el balance entre la vida personal y la laboral, que ese no sea el único termómetro de éxito."

Así, una de las técnicas que proponen es la de preguntarse qué tres o cuatro cosas querrías hacer en el día para que esté ganado. "No sobrevivido ni zafado ni laburado", dice Martina Rua, "sino ganado: por ahí son 15 minutos de lectura, 15 minutos con tu hijo, 15 de ejercicios. Cada uno tiene sus parámetros. Son estas pequeñas propuestas diarias lo que hace que uno llegue el final del día con más cosas adentro."

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