Miguel Wiñazki: "La esperanza es una insensatez que nos hace caminar hacia otra parte"

Por Miguel Wiñaski

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En el ensayo La Posmodernidad (Sudamericana), el periodista y filósofo Miguel Wiñazki -autor de Crítica de la razón populista y La Dueña, entre otros títulos- analiza algunos de los dilemas éticos que afectan a la sociedad argentina: el escrache, los cortes de calles, el fanatismo, el "barrabravismo" que sustituyó a la política. En este artículo, el autor cuenta en primera persona cómo surgió la idea de La Posmodernidad y cómo, mientras escribía, derramaba lágrimas existenciales.

Miguel Wiñazki vuelve a publicar luego de dos años, cuando publicó “Crítica de la razón populista”
Miguel Wiñazki vuelve a publicar luego de dos años, cuando publicó “Crítica de la razón populista”

Yo escribí La Posmoralidad en el Parque Lezama.

No.

Miento.

Lo escribí en un bar muy triste de la calle Ángel Gallardo, abarrotado de jubilados. Escribía y se me caían las lágrimas. No es que llorara literalmente, aunque sí existencialmente.

Pero si hago memoria, no miento cuando digo que lo escribí también en el Parque Lezama. Porque una vez, caminando por esos senderos arbolados me senté sobre el pasto mismo, y con una lapicera marca Rotring escribí en una libretita que llevaba en el bolsillo lo siguiente: "Gol con la mano no vale. Excepto si es con la mano de Dios."

Estaba mirando un partidito entre pibes y se armó una trifulca porque uno había la había metido con la mano, y entonces discutieron minutos eternos sobre si valía o no. Y claro, pensé en el gran dilema ético del gol de Maradona a los ingleses, pensé en el primer gol de aquel partido, el de la Mano de Dios. Porque para los Argentinos eso fue precisamente Justicia Divina, y para los ingleses trampa. Y pensé, y escribí esa tarde en una libretita en el Parque Lezama que en "En ese gol se juega el gran dilema del relativismo moral". Fue la primera línea de La Posmoralidad. No es la primera línea del libro tal como está hoy editado, pero fue la primera línea que escribí.

“En ese gol se juega el gran dilema del relativismo moral”, dice Wiñazki (Eduardo Longoni)
“En ese gol se juega el gran dilema del relativismo moral”, dice Wiñazki (Eduardo Longoni)

Volvía al Parque todos los días por la tarde para pensar, y a la mañana a ese bar que lleva el alma al piso, pero en el que escribí este libro, y aún hoy me pregunto por qué habré elegido ese bar moribundo para construir un texto que yo quise que fuera esperanzado, luminoso.

Porque La Posmoralidad creía y quería yo que fuera un libro para alimentar esperanzas morales: ¿Qué es la esperanza? La fe que tuvo Quinquela Martín para pintar el alma de los trabajadores de la Boca. La esperanza no es esperar, es desear mirar mas profundo, vivir mas alla de las codicias, y de la esclavitud de nuestra biología, la esperanza es crear y es creer.

A la vez todo el asunto de la esperanza me parecía una superficialidad que detestaría un pensador que yo apreció con el corazón, como Ciorán, un rumano con el alma oscura y la mente como un silicio.

La esperanza es una insensatez que nos hace caminar hacia otra parte, porque la vida está en otra parte, esa es la esperanza que Milán Kundera toma de Hegel, porque fue Hegel quien primero enunció esa quimera, o los primeros profetas, la vida no es ésta, la verdadera vida está en otra parte.

La posmoralidad, reflexiones éticas para la esperanza
La posmoralidad, reflexiones éticas para la esperanza

Todo eso pensaba cuando escribía La Posmoralidad.  Y la vida estaba aquí, es esto.  Y nada más. ¿O sí hay mas?

Escribí La Posmoralidad con todas las inseguridades del mundo. Porque dudo de cada palabra que escribo y sospecho de la ética y detesto los manuales de ética.

Escribí: "La ética es la administración inteligente de la hipocresía"

Es mostrarnos complacidos de la cara para afuera cuando le damos el asiento en un colectivo a una persona mayor, aunque por dentro no se lo hubiéramos dado si no fuera por la mirada del resto; inquisitorial.

También pienso que prevalece lo opuesto; que queremos hacer el bien, y que lo hacemos sin aguardar el soborno del cielo.

No lo se.

La Posmoralidad es un libro de preguntas.

Son reflexiones como en gotas de lluvia que llegan en las caminatas o en los bares, porque así se cocina un libro creo yo, dudando, borroneando, caminando con las palabras.

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