Priscila Crivocapich se mete en la polémica de Wanda Nara y el photoshop

Con su 1,76 de altura e impactantes ojos celestes, Priscila hizo modelaje en Nueva York y Milán. Con respecto a las fotos con retoques "No me gusta que me cambien la cara o me la “plastifiquen” con cero arrugas."

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Priscila Crivocapich (Foto Christian Beliera/GENTE)
Priscila Crivocapich (Foto Christian Beliera/GENTE)

Hace diecisiete años que esta hermosa morocha de ojos celestes y estilizados 88-61-90 hizo su debut en las pasarelas. Entonces pensaba que sería algo pasajero. Sin embargo, Priscila Crivocapich (35), descendiente de yugoslavos y oriunda de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, fue consolidando una carrera que traspasó fronteras: vivió y trabajó en distintos países de América y Europa.

E incluso fue por más: la actual modelo del staff de Multitalent Agency estudió Periodismo Deportivo y tras recibirse en DeporTea, se convirtió en cronista y panelista de varios programas en ESPN, Fox Sports y Canal 9. Conclusión: como modelo y como periodista, Priscila es una palabra autorizada para hablar de un tema que –a partir de Wanda– desató debate:

–¿Photoshop o cuerpo natural?

–No soy muy amante del Photoshop. Prefiero que el fotógrafo juegue con las luces y las sombras. No me gusta que me cambien la cara o me la "plastifiquen" con cero arrugas.

–Vos, que fuiste panelista, ¿qué pensás de las que en televisión o en las redes critican a otras por su físico?
–Se suele opinar con mucha liviandad de la vida de los otros. Cuando yo estaba en Confrontados tratábamos todo con mucho respeto. Además, siempre pienso en cómo me sentiría si alguien estuviera hablando de mí de esa forma.

Priscila Crivocapich (Foto Christian Beliera/GENTE)
Priscila Crivocapich (Foto Christian Beliera/GENTE)
No me gusta que me cambien la cara o me la “plastifiquen” con cero arrugas.

–No hace mucho se ensañaron con vos diciendo que estabas muy flaca, al punto de la anorexia…
–Por suerte nunca tuve problemas alimentarios. Estaba mal por temas personales y bajé ocho kilos, pero nunca sufrí de anorexia. Como de todo, no me privo de nada y me doy todos los gustos. Aunque en mi dieta de la semana no hay carne, los asados de los domingos son sagrados. Y si bien no tomo gaseosas, me gusta disfrutar de una buena copa de vino.

–¿Te preocupa el paso del tiempo?

–No, porque veo a mi mamá (Felisa) y, con lo bien que se cuida, parece mi hermana mayor. Eso sí, después de los 30 años empecé a tomar conciencia de que el cuerpo me iba cambiando, y comencé a hacer más actividad física.

–¿De dónde viene tu interés por los deportes?

–Mi papá (Daniel) nos hacía ver mucho por TV el fin de semana, desde Turismo Carretera hasta fútbol –¡soy fanática de Racing!–. Me hubiera gustado ser tenista, pero no pude porque me rompí un hombro.

–¿En la intimidad sos tan provocadora como cuando hacés fotos?

–No, en una nota me gusta interpretar un personaje, me quito todos los prejuicios y juego a hacer de femme fatale. Después, en la intimidad, soy súper tímida. Nada de concretar fantasías sexuales: soy muy romanticona.

–¿Estás en pareja?

–Estoy empezando una relación con una persona de Misiones que parece muy buena. Pero por ahora todo es reciente. Aunque no me creas, son bastante reservada y casera. Me cuesta asistir a los eventos sociales y no voy sola a ningún lugar.

–Insisto con la intimidad: ¿te gusta que te dominen?

–Prefiero dominar, pero pienso que debemos ser inteligentes y hacerles creer a los hombres que ellos nos terminan dominando. ¡Jajajaja!

–Con tantos años de profesión, ¿tenés amigas en el ambiente?

–No, mis amigas son las de la infancia. Siempre separé el trabajo de mi vida personal. Aunque hay muchas modelos a las que les tengo mucho cariño, como Yésica Toscanini, mis verdaderas amigas son aquellas con las que compartí las calles de San Nicolás.

–¿Qué es lo mejor que te dio esta profesión?

–¡Viajar! Tengo alma gitana, soy muy desarraigada y me adapto rápido a los nuevos lugares.

–¿Pensaste qué vas a hacer el día en que dejes las pasarelas?

–No, pero soy una mujer muy emprendedora. Por eso, con mi mamá Felisa y mi hermana Eliana (tiene dos más, Micaela y Lucila) creamos una marca de accesorios, Alma Gitana. Te juro que haciendo esto encontré un camino que me permite disfrutar un montón el día. Pero además me despeja y me conecta con mi interior.

Por Pablo Procopio.

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