Gisela Marziotta presenta su nuevo trabajo: "Este libro me permitió investigar y emocionarme al mismo tiempo"

La periodista y escritora acaba de editar Amores bajo fuego (Planeta) donde, gracias a un exhaustivo trabajo de investigación, logró reconstruir cinco historias de hombres y mujeres que se enamoraron durante la década del setenta, en plena dictadura militar. Cuenta qué la motivó a profundizar sobre ese tema y opina acerca de la despenalización del aborto y el machismo.

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Durante el mes de junio presentará su libro en distintos bares y librerías de Buenos Aires. “Nada en esta obra es ficción. Cada una de las historias es real, verídica, única e irrepetible”, asegura.
Durante el mes de junio presentará su libro en distintos bares y librerías de Buenos Aires. “Nada en esta obra es ficción. Cada una de las historias es real, verídica, única e irrepetible”, asegura.

El ABC para ser un buen escritor, según el estadounidense Stephen King, es leer mucho y escribir. Gisela Marziotta (43) cumple con ambos requisitos. "Me encanta leer. Lo hago muy desordenadamente; a veces dos o tres libros al mismo tiempo", asegura la flamante autora de Amores bajo fuego desde uno de los sillones de Falena Libros, donde el jueves 24 de mayo presentó su cuarto trabajo.

La obra –editada por Planeta y dedicada a sus hijos, Rafael (7) y Alfonsina (3)– le llevó un año de intensa tarea. Por su prosa y rigor periodístico promete convertirse en best seller. A lo largo de sus 245 páginas, Marziotta retrata la oscuridad en la que vivió la Argentina durante la década del setenta, a través de cinco historias de amor, que transcurren entre la clandestinidad y la represión de aquella época. "Está construido a partir de hechos verídicos. Un recordatorio de cómo se hace periodismo de investigación", apunta la periodista de Infobae y Página/12, y conductora del programa de radio La primera página (AM 750).


–Contanos cómo nació Amores bajo fuego..
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–Tenía ganas de escribir otro libro y me di cuenta de que los setenta eran un período de la Argentina que me interesaba muchísimo. En su transcurso se habían desarrollado un montón de historias de amor, traspasadas por la militancia política, que no se habían contado. Empecé a investigar y encontré miles. Detrás de cada nieto por recuperar hay una historia de ésas para contar.

A días de que comience el debate por el proyecto de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, la periodista explica: “Las políticas públicas no deben discutirse desde creencias personales, sino desde una lectura de la realidad”.
A días de que comience el debate por el proyecto de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, la periodista explica: “Las políticas públicas no deben discutirse desde creencias personales, sino desde una lectura de la realidad”.

–¿Qué desafíos te planteó la investigación periodística?

–La parte más difícil fue contactar a aquellas personas que pudieran brindar detalles de cada pareja: dónde se conocieron, de qué manera, cómo eran sus personalidades… Hablé con familiares y amigos. En algunos casos, con los protagonistas de los romances que, además de remover muchísimos recuerdos, confiaron plenamente en el tratamiento que iba a darle al libro. Siempre se asocia al amor con algo más frívolo… En este caso estamos hablando de personas comprometidas, que no querían que las historias quedaran como algo superficial.

–En el prólogo decís: "Revivir esos años nos hizo llorar a todos durante las entrevistas".

–Reconstruir historias de amor está bueno: tuve que preguntar, repreguntar y meterme en lugares incómodos. A veces, cuando llegábamos a esos sitios, teníamos que cortar y seguir otro día. Como periodista, uno trata de despegarse para ser un profesional, pero cuando te atraviesan la muerte, la apropiación y la desaparición de menores, es imposible que no se te haga un nudo en la garganta. Por eso digo que lloramos todos. Incluso, durante el proceso de escritura también me angustié y tuve que parar. Es un libro que requirió de mucha rigurosidad periodística y, al mismo tiempo, fue muy emocional.

–Naciste en 1975. ¿Tenés algún recuerdo de tus primeros años en el contexto de la dictadura?

–No. Vivíamos en Bahía Blanca, una ciudad donde se la pasó mal, pero no guardo registro. Además, a los dos años y medio nos vinimos a Buenos Aires.

El jueves 24 de mayo en la presentación en Falena junto a Teté Coustarot.
El jueves 24 de mayo en la presentación en Falena junto a Teté Coustarot.

–El próximo 13 de junio se tratará la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el Congreso de la Nación. ¿Cuál es tu postura con respecto al proyecto de ley?
–Pienso que el aborto tiene que legalizarse, pero sostengo que las políticas públicas no deben discutirse desde creencias personales sino desde una lectura de la realidad. Y esta indica que muchas mujeres de bajos recursos mueren por no poder pagar un aborto seguro. Es una cuestión de salud pública. La prioridad es que se cumpla la Ley Nacional de Educación Sexual Integral (ESI). Si se lo hace desde el jardín de infantes, probablemente el aborto sea la última instancia. Ninguna mujer quiere abortar y está probado que en países en donde se ha legalizado, la tasa de mortalidad materna se redujo considerablemente.

–¿Como mamá les inculcás a tus hijos Rafael (7) y Alfonsina (3) valores con respecto a la igualdad de género y el feminismo?
–Sí. Me cuesta un montón, porque fui educada en otro contexto y arrastro un montón de cuestiones machistas. Lo bueno de tener hijos es que te obligan a revisarte todo el tiempo. Siempre pienso: "¿Soy coherente si les muestro una cosa y digo otra?". Esa revisión permanente me hace mejor persona.

–¿Por qué el título 'Amores bajo fuego?

–Me lo regaló María Seoane. Un día estábamos hablando por teléfono tarde a la noche y le dije: "Ya entregué el libro. Ahora estoy pensando el título. Tengo una lista enorme de opciones, pero ninguna me cierra". Me contestó: "Si tuvieras que hacer un resumen, ¿de qué trata?". Le expliqué, y al toque me dijo: "Amores bajo fuego". Me pareció perfecto. La foto de tapa es de una de las parejas. No digo cuál de las cinco, para que el lector la descubra. ¿Vos ya descubriste quiénes son?

Por Flor Illbele

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