Por qué el mindfulness puede ser clave en el regreso a clases

¿Quien alguna vez se ha estado frente a un libro sin siquiera comprender lo que se leía? Esto es un caso clásico de estar pero "no estar en el momento", y puede superarse con la práctica regular de mindfulness.

Muchas familias están facilitando la transición de las vacaciones a las rutinas escolares mediante la práctica de la atención plena, la técnica de meditación moderna de calmar la mente y llamar la atención sobre el presente.

Craig Hassed, profesor y coordinador de mindfulness en la Universidad de Monash, aseguró que la técnica es básicamente concientizarse y prestar atención a "estar en el momento".

El experto aseguró que vivir sin conciencia es como vivir con las luces apagadas y no poder ver lo que está por delante de uno -lo que él llama un estado de insensatez en oposición a la atención plena.

"Uno está allí en persona, pero su mente está en otra parte. Nos tropezamos y es difícil planear y moverse con un propósito", dijo Hassed. Los beneficios del mindfulness incluyen una mejor atención y memoria, reducción del estrés y una mejor salud. Puede incluso reducir el comportamiento perturbador y de intimidación en las escuelas.

Cómo ayudar a los niños a estar "en el momento"

El doctor Hassed dijo que hay dos razones clave por la que la atención es tan importante para los niños.

"En primer lugar, cuando no estamos conscientes de que es muy fácil pasar a un modo de preocupación y ponernos ansiosos por el futuro o el pasado, nuestro pensamiento se vuelve vulnerable a la preocupación", dijo.

La otra razón clave para que los niños practiquen esta técnica es si un niño no puede involucrar su atención de manera efectiva, ya que no aprenderá bien.

"Los niños que tienen una mala capacidad para comprometerse y mantener la atención a los cuatro años son un 50 por ciento menos propensos a graduarse de la universidad a los 25".

El experto destacó además que los estudiantes que tienen unos pocos minutos de esta práctica antes de una clase entenderán más y conservarán más información, y serán más propensos a involucrarse con su estudio en todos los ámbitos.

Ponerlo en práctica

Hay dos maneras principales de practicarlo.

La práctica formal requiere tomar el tiempo para sentarse y meditar en un espacio tranquilo, cerrar los ojos y utilizar técnicas para centrarse en la respiración y el cuerpo.

Y la práctica informal a través de lo que se hace a lo largo del día como desayunar, lavar los platos, comer o caminar de un lado a otro, pero al mismo tiempo estar pensando cada una de las acciones, prestando atención y no realizarlas en "piloto automático".

Hassed dijo que lo mejor que los padres pueden hacer con los niños es ayudarlos comprometerse con cada práctica. "Cuanto más presentes y atentos estén, más felices, conscientes y resistentes serán".

Por último, señaló que la clave está en hacerlo divertido y que se practique lo más regularmente posible hasta que se convierta en parte de la rutina de una familia.