El ciclista ‘aficionado’ que batió el récord de Nibali en el Mortirolo destroza ahora el de Sepp Kuss en Alpe d’Huez, pero su sueño es otro

Quien de niño o ya mayor practica modestamente el ciclismo no perdona las sobremesas frente al televisor admirando a los héroes, y sueña cuando menos poder algún día conocer los puertos más emblemáticos del Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta a España. La tecnología permite asomarse a su exigencia sin salir de casa, las aplicaciones Zwift o Bkool como paradigma; hasta compartir la experiencia con amigos, pero nada comparable con afrontar las rampas en el entorno y ponerse en el lugar de Tadej Pogačar o Katarzyna Niewiadoma. Solo en el lugar, porque el rendimiento puede ser comparable al del aficionado que afronta el Maratón de Berlín con Eliud Kipchoge o Ruth Chepngetich en la línea de salida. Con alguna excepción. Un ‘tal’ Jack Burke, canadiense, 29 años, está empezando a derribar a gigantes en sus propios templos.

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Burke no es en absoluto desconocido, y llamarlo ciclista aficionado se acerca a la ofensa o directamente lo es, pero lo cierto es que no forma parte de ningún equipo profesional. Hace apenas unos días que pudieron saber de él también ajenos al mundillo, gracias a que nada menos que pulverizó el récord en la escalada del Mortirolo, la mítica y exigente ascensión del Giro. Lo ostentaba el italiano Vincenzo Nibali, uno de los siete que ha ganado las tres grandes rondas y cuenta con un maillot amarillo, otro rosa y otro rojo. El puerto tiene 12 kilómetros y medio y un desnivel de 1.300 metros, con una pendiente media del 10% y una máxima del 18%. Burke lo completó en apenas 43 minutos y 45 segundos, pegando un mordisco de más de un minuto a la marca de Nibali.

Y lo publicó en Strava, la red social en la que deportistas de distintas disciplinas y nivel difunden sus entrenamientos y competiciones, convirtiéndose en noticia a escala mundial, figurando como ‘aficionado’ o ‘amateur’ en los titulares.

Pues lo ha vuelto a hacer, ahora en Alpe d’Huez, ahora rebasando a un estadounidense, Sepp Kuss, vencedor de la Vuelta a España en 2023. Según su registro en Strava, 12,02 kilómetros en 35 minutos y 56 segundos, a una media de 20,1 kilómetros por hora. Nueve segundos mejor que Kuss en el Tour de Francia de 2022. “Hice todo lo que pude y puedo estar orgulloso. Aún sigo intentando perseguir mi sueño”, comentó tras esta gesta, que para él es solo un medio y no una meta.

Este sueño no es otro que “una oportunidad con un WorldTeam”. “No importa qué equipo, en cualquier lugar. Haré todo lo posible solo quiero competir contra los mejores ciclistas del mundo”, desea el canadiense, quien ha elegido esta particular puerta de entrada a la élite, a una edad además en la que algunos ya enfilan los últimos años de su carrera en el pelotón.

Conviene matizar, lo que no le resta mérito, que él se ha limitado a las escaladas, mientras que sus históricos oponentes hicieron esos tiempos en etapas más largas dentro de competiciones de más días y hasta semanas. Asimismo, ellos debieron medirse con rivales o seguir estrategias de equipo o bien pasar por estrictos controles antidopaje, entre otros condicionantes.

Dada la repercusión de sus logros, si no el ingreso en un World Team, Burke se está procurando ingresos en patrocinios e invitaciones a carreras, en las que es principal reclamo cuando no se puede contar con los grandes nombres propios. Pero a él no le basta. En un deporte que, como el resto, tanto depende de esas marcas que quieren verse reflejadas en figuras relacionadas con el éxito, no se puede descartar nada. Por lo pronto, seguirle la pista en Strava es ya todo un espectáculo.