El puntazo de Casper Ruud en su partido ante Alcaraz en las ATP Finals: dejada a la red y globo imposible

Carlos Alcaraz es incapaz de remontar. El tenista español llegaba a las ATP Finals con intención de redimirse tras el traspiés en París ante un viejo conocido: Ugo Humbert, donde además, perdió el segundo puesto en el ranking de la ATP y Alexander Zverev le pasó por la derecha. Desde el tercer puesto aterrizaba en Turín para afrontar el torneo de fin de temporada, la Copa de Maestros, ante un rival que no se le había dado mal en el pasado: Casper Ruud. Pero esta vez, la sintonía favoreció al noruego, que cerró el partido con un 0-2 (1-6 y 5-7) en el marcador.

Por mucho que a algunos les cueste aceptarlo, lo cierto es que Casper Ruud fue superior. Carlitos fue todo el partido a remolque, cabizbajo, sin llegar a encontrarse cómodo en ningún momento del duelo. Ni por su rival ni por la pista (dura e indoor, el peor enemigo del español). Y ese malestar acabó por traducirse en una pérdida constante de puntos, que el noruego aprovechó para poner de cara el partido y tratar de cerrarlo cuanto antes. Y así fue. Tras un primer set impecable para Ruud, donde no dio pie a la réplica a Carlitos, llegó el segundo.

El segundo asalto comenzó de cara para Alcaraz, que incluso consiguió poner por delante con un 5-2. Las subidas a la red y las bolas altas se convirtieron en sus mejores aliados para tratar de encontrar fisuras en el juego del noruego. Pero la ilusión duró poco. El español volvía a desplomarse para acabar perdiendo juego tras juego hasta que Ruud se puso 5-5. Y ahí, con Carlitos donde quería, no tuvo piedad y cerró el partido en dos juegos más. 0-2 en el marcador (1-6 y 5-7) y las esperanzas de Alcaraz de seguir sumando puntos para recuperar ese puesto número dos.

Sin embargo, el partido dejó grandes puntos por parte de ambos tenistas, pero, en especial, por parte de Casper Ruud, que fue quien más brilló en la pista de Turín, a pesar de no ser el favorito para llevarse la victoria. Ya en el segundo set, con el español por delante con un 5-3, Ruud dejó prueba de su calidad, ante la que incluso se rindió Carlitos. El español sacaba y rápidamente subía a la red para tratar de devolver la bola corta que le había dejado el noruego y para buscar alguna fisura en el tenis de su oponente. Poco le duraron las intenciones, dado que Ruud contestó con un globo casi a la línea, imposible de devolver. Puño apretado y buenas sensaciones, sin grandes aspavientos, eso fue todo lo que mostró el tenista tras ese impecable golpe.

Carlitos volvía a tropezar con la misma piedra y a hundirse en la recta final de la temporada. El español volvía a desplomarse en la segunda mitad del año, a pesar del buen inicio que había registrado, donde había levantado su primer Roland Garros y su segundo Wimbledon. Ahora solo le queda la Copa Davis, el último baile de Rafa Nadal, para poner punto y final a la temporada.