Tres hombres niegan en la Audiencia haber patroneado una patera hasta Mallorca en julio con 22 personas a bordo

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Tres hombres han negado este miércoles en la Audiencia Provincial haber patroneado una patera que llegó a Mallorca en julio del año pasado con 22 personas a bordo, aunque uno de ellos ha admitido que se puso a los mandos de la barca en algún momento de la última parte de la travesía.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma juzga este miércoles a estos tres, que se enfrentan a penas de seis años de prisión.

Los dos primeros acusados en declarar, asistidos por intérprete, han asegurado que en ningún momento del trayecto guiaron la embarcación y que pagaron en moneda argelina el equivalente a unos 2.000 euros.

El tercer procesado, por su parte, sí que ha admitido que condujo la embarcación en algún momento de la última parte del trayecto, pero que pagó por el viaje, aproximadamente, lo mismo que los otros.

SE ALTERNABAN ENTRE ELLOS

Según señala la Fiscalía en su escrito de acusación, los procesados dirigieron en todo momento, alternándose entre ellos, la patera que salió de las costas de Argelia el 9 de julio del año pasado y desembarcó tres días después en Ses Salines.

Por todo ello, cree el Ministerio Público, recibieron una remuneración económica de unas personas que no han sido identificadas pero que en todo caso se dedicarían a la organización de este tipo de viaje irregulares.

El periplo, por el que supuestamente los migrantes pagaron 800 euros cada uno, fue "especialmente largo" y estuvo acompañado por malas condiciones meteorológicas, lo que provocó que algunos de ellos se plantearan "llamar a sus familias para despedirse de ellos ante el temor de fallecer".

La embarcación, ahonda el Ministerio Público, tenía una capacidad máxima para siete personas y carecía de permisos o licencias que le permitieran realizar el trayecto entre Argelia y Mallorca.

Tampoco cumplía con los estándares de seguridad marítima internacional, no disponía de suficientes chalecos salvavidas --solo había cinco, y ninguno de los tripulantes sabía nadar-- y contaban únicamente con un teléfono móvil y una brújula para orientarse.

De comida, añade el fiscal, únicamente disponían de unos cuantos dátiles y un poco de leche que compartieron entre la veintena de viajeros y que se acabaron el primer día de travesía.

Todo lo anterior, concluye, podría haber derivado en la desaparición de la embarcación en alta mar o en que los migrantes pudieran haberse ahogado o sufrir hipotermia, deshidratación u "otras funestas consecuencias".

Estos hechos, de acuerdo con la Fiscalía, son constitutivos de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros por el que los tres acusados --de 35, 33 y 29 años, todos argelinos-- deberían ser condenados a una pena de seis años de prisión.