Fernando Pérez Soto
León, 24 feb (EFE).- El alero catalán de tan solo 20 años, Jordi Rodríguez Stegemeijer, asume con convencimiento el reto y la presión que supone ser uno de los jóvenes jugadores en los que el seleccionador nacional de baloncesto, Sergio Scariolo, tiene puesto el foco de cara a proyectos de futuro que incorporar a "La Familia".
"Más que presión, supone una ilusión el que la gente confíe en ti, que te ponga ese peso en la espalda porque, al menos en mi caso, me gusta jugar con presión y eso me impulsa a querer seguir creciendo y ser mejor jugador", señala en entrevista concedida a EFE, uno de los jugadores invitados en la última convocatoria de España, que despidió en León el Preeuropeo con la victoria ante Bélgica (59-52).
Fernández, otro de los muchos productos de la prolífica cantera del Joventut de Badalona, viene siendo una de la referencias en categorías inferiores de la selección española, formando parte de una generación en la que se tienen puestas muchas esperanzas después del oro en el Eurobásket U18 de 2022 y, sobre todo, el oro mundialista de 2023 en Turquía.
En esta icónica cita de categoría Sub-19, donde los nuevos talentos cogían el relevo de los "Júnior de oro de Lisboa" del 99, el alero catalán aportó 13,6 puntos de promedio, con un acierto superior al 39 por ciento de acierto desde el triple, siendo además el máximo anotador español en la final ante Francia (73-69), con 18 puntos.
De hecho, varios de sus compañeros en este campeonato, casos del pívot Izan Almansa y el base Rafa Villar, ya han tenido protagonismo en esta última convocatoria ante Letonia y Bélgica, Lucas Langarita, también ha acudido, como el jugador del Tizona, como invitado, mientras que Sergio De Larrea, que también cuenta con la confianza de Scariolo, se perdió la cita por lesión.
Al talentoso alero no le importa haberse quedado, como en la anterior ventana, en la rampa de salida de su debut con la selección absoluta, porque aprovecha estos entrenamientos para exponer todas sus características y seguir creciendo dentro de un grupo cada vez más amplio.
"Siempre se tiene la ilusión de que en algún momento pueda surgir, como ahora, la oportunidad de compartir estos momentos con jugadores que estén en la órbita del seleccionador y estar ya en dinámica es un lujo", asegura.
De hecho, durante esta semana preparatoria con los compromisos en Letonia y ante Bélgica en la capital leonesa se ha visto al técnico italiano, al igual que con otros jóvenes jugadores, conversando con todos ellos para transmitirles su apoyo y darles los correspondientes consejos para su crecimiento individual.
"Me ha comentado que está contento con la evolución que ha visto entre ésta convocatoria y la pasada, sobre todo en el plano defensivo que es uno de los aspectos en los que más he de ir corrigiendo conceptos", apunta.
Jordi Fernández decidió seguir los pasos de uno de sus compañeros en esta ventana, el base malagueño Mario Saint-Supery y recalar, como cedido, en Burgos con el Grupo Ureta Tizona, sin importarle bajar un escalón y militar en una Primera FEB más que igualada entre los candidatos al ascenso a la Liga ACB donde ya debutó con Joventut en 2022 y donde ha disputado 21 encuentros.
"No pensamos que fuera dar un paso atrás, sino que valoramos que era una buena oportunidad en un club que siempre apuesta por la juventud para ganar en confianza, en minutos y, en suma, en protagonismo, para mejorar como jugador y poder tener más opciones de contar con más oportunidades en el Joventut", recalca.
Su punto de mira sigue estando en convertirse, afirma sin complejos, en un jugador con peso específico en la "Penya" donde se ha criado y en la que espera emular a otros grandes nombres de la canasta gestados en una de las mejores canteras como el excapitán de la selección española, Rudy Fernández o su ahora compañero en "La Familia", el alerao barcelonista Joel Parra. EFE
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