Sanidad aconseja a los médicos recetar los inhaladores menos contaminantes si es posible

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Madrid, 17 feb (EFE).- El Ministerio de Sanidad aconseja, siempre que sea posible, la prescripción de inhaladores de polvo seco y niebla fina frente a los de cartucho presurizado, que tienen un impacto medioambiental mucho mayor y que continúa incluso después de su uso, de ahí la importancia de llevar los gastados o caducados a las farmacias.

La producción y uso de medicamentos representa el 30 % del impacto medioambiental del sistema sanitario, una de las contribuciones mayores junto a los anestésicos; y dentro de esa huella que dejan los fármacos, el 10 % procede de los inhaladores presurizados.

Por ello, Sanidad, junto a once sociedades científicas, ha elaborado la guía "Prescripción sostenible de inhaladores", que han presentado este lunes el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, y el director del Observatorio de Salud y Cambio Climático, Héctor Tejero.

La guía pretende así materializar "una transición ecológica del sistema sanitario" pero que esté centrada en el paciente. "No hay nada mejor para el impacto medioambiental del sistema sanitario que tener pacientes que estén sanos. Lo mejor clínicamente es lo mejor medioambientalmente", ha destacado Padilla.

No se trata de una recomendación generalizada de los inhaladores más sostenibles, pues no son adecuados para todos los pacientes, por eso la decisión tienen que estar basada siempre en criterios clínicos y consensuada con el usuario.

Pero sí que aboga por prescribir los que menos huella dejan especialmente en el momento del diagnóstico o de cambio de inhalador siempre de forma "individualizada y consensuada", ha abundado Tejero.

De manera general, no se debe cambiar el inhalador por motivos exclusivamente medioambientales cuando el paciente esté clínicamente controlado, porque en ese momento "siempre existe un cierto riesgo de que no se adapte bien y eso pueda provocar una reagudización" de la patología.

Si el cambio es por motivos clínicos, por el contrario, sí que deberá priorizarse el más sostenible. En aquellos casos en los que el usuario lo pida por criterios mediambientales, la decisión tendrá que tomarla con el profesional sanitario, "con una información adecuada de los beneficios y riesgos tanto clínicos como ambientales".

Por último, Tejero ha apelado a la necesidad de concienciar a pacientes y profesionales, que deben saber que "una parte muy importante del impacto ambiental de estos inhaladores, hasta un 30 %, según algunos estudios, ocurren después de su uso, incluso cuando ya no queda medicamento activo en el dispositivo".

Solo el 40% de los inhaladores se reciclan, que es una cifra "bastante mejorable" que Sanidad confía incrementar y apela a la necesidad de que los dispositivos gastados, caducados o los que ya no se usen, se depositen en los puntos Sigre de las oficinas de farmacia. EFE