El uno por uno de los campeones olímpicos

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Óscar Maya Belchí

París, 10 ago (EFE).- De los goles de Fermín López al doblete del héroe inesperado Sergio Camello en la final. Las paradas de Arnau Tenas y la aparición de Juanlu Sánchez. Y 'los piratas': Abel Ruiz, Sergio Gómez y Juan Miranda, liderados por Santi Denia desde el banquillo. 22 futbolistas y un cuerpo técnico que lograron el oro en París 2024 y que pasarán a la historia del fútbol español.

El portero titular de la campeona olímpica. Sin dudas para Sati Denia. Confió en él a pesar de llegar tras jugar solo seis partidos en su primer año en el París Saint-Germain. Y en la que es su casa, el Parque de los Príncipes, fue clave para que España se colgase el oro al cuello.

Arrancó mal el partido, con un error en el gol de Francia, y lo acabó con dos paradas que salvaron a los suyos y con la asistencia del gol definitivo a Camello. Con la mano, desde su portería. Se entendieron con la mirada. La demostración de que la fuerza del grupo es que se conocen como hermanos. Un grupo que se preocupó por hacer con los que siguieron el itinerante camino por Francia de España hacia el oro.

El único futbolista de los 22 de la convocatoria que no han jugado ni un minuto. Unas molestias en la espalda se lo impidieron en la última jornada de la fase de grupos. Aún así, se siente “igual de partícipe que los que han jugado todos los minutos”, aseguró a EFE 24 horas antes de la gran final.

1,91 metros de altura, ágil y seguro con los pies. El prototipo del portero moderno que defenderá la portería del Espanyol en su retorno a Primera División. Sus actuaciones serán -y han sido- muy seguidas por grandes clubes de Europa.

Del filial del Atlético de Madrid, en Primera RFEF, a ser campeón olímpico. Llegó como el portero reserva a París 2024, pero las molestias de Joan García le hicieron jugar 90 minutos en el último partido de la fase de grupos. Encajó dos goles.

La única convocatoria en la que entró, y se lleva su medalla de oro de vuelta a casa. Volverá tras renovar a 2027, para ponerse a las órdenes de Fernando Torres.

El lateral derecho titular. Marcó el primer gol de los Juegos Olímpicos de París 2024 y brilló por su capacidad a la hora de ganar duelos defensivos. Fundamental también en el balón parado, en el que España sufrió durante el torneo.

Antes de disputar la final, la Atalanta, que disputará la Supercopa de Europa contra el Real Madrid, avanzó en su fichaje procedente de un Almería que hace un año invirtió 5 millones de euros por el 75% de los derechos del jugador, ex del Levante. Con el oro al cuello, dará un paso más en su carrera deportiva.

El héroe contra Marruecos. El salvador antes de que apareciera Camello. Y ambos, partiendo como los cuatro reservas con los que acudió a España a los Juegos Olímpicos. Unas molestias de Marc Pubill en el segundo encuentro le dieron la oportunidad de mostrarse, y creció día a día.

Fue revulsivo desde el banquillo, como lateral derecho. Pura energía y ataque, por dentro y por fuera. Importancia que también verá aumentada en su vuelta a Sevilla, cuando cumpla su misión de sustituir a su ídolo, Jesús Navas, quien se retirará en diciembre.

Gran temporada en su cesión en el Girona. Recuperando la confianza tras meses difíciles en el Barcelona. Y Santi Denia, quien le conoce a la perfección, no lo dudó: quería que fuera su líder en defensa.

Líder dentro y fuera del campo. Un central curtido ante la crítica que pudo tomarse la reválida tras la plata de Tokio 2020 y, tres años después, tiene su oro. Con un tatuaje en camino, como recordó con EFE minutos después de colgarse la medalla al cuello en el Parque de los Príncipes. Además, confirmó que volverá a formar parte de la plantilla del Barça.

No eran sus Juegos Olímpicos, pero su irrupción en la élite es imparable. Internacional con la absoluta, se quedó a las puertas de hacer doblete, como Fermín y Baena. Tuvo en Eric a su lado el mejor ejemplo de cómo gestionar las críticas y seguir adelante.

Sus errores contra Uzbekistán le señalaron. Santi Denia y sus compañeros no dudaron en defenderle y mostrarle su confianza. Y respondió. En sus duelos más difíciles contra Mateta y Lacazette, Cubarsí salió victorioso. 17 años, paciencia para un futbolista que debería estar en juveniles y que el viernes fue campeó olímpico

Su rol fue el de tercer central. Sustituyó a Cubarsí en su momento de dudas inicial y cuando cumplió un partido de sanción, contra Egipto, en el que un error suyo costó el 2-0. Pero la confianza de Santi Denia fue plena, se la ganó en el Europeo sub-21 del pasado verano.

Entró con 2-3 en la final en busca de mantener el resultado, pero tras el empate, acabó siendo un lateral izquierdo improvisado y capaz de frenar a Olise, una de las grandes armas de Francia. Ahora, tras 41 días concentrado con España, volverá a una Real Sociedad en la que espera ocupar el hueco que deja la marcha de Robin LeNormand.

Pudo dar el salto directamente a la absoluta de Colombia, país de nacimiento de sus padres, pero él siempre lo tuvo claro: quería jugar con España. Su oportunidad de vivir unos Juegos Olímpicos apuntaba a llegar en París 2028, pero su gran nivel como titular en el Valencia le hizo ganarse el rol de cuarto central.

Llegó como reserva, jugó 90 minutos contra Egipto y trabajó cada día por si le llegaba otra oportunidad. Ya con el oro, le toca cumplir una promesa que hizo a EFE en una entrevista en Las Rozas: teñirse de rubio.

De un municipio de Sevilla que no llega a 10.000 habitantes ha salido un subcampeón y campeón olímpico. Como Eric, tuvo su revancha de Tokio 2020. Y lo hizo como titular y uno de los tres capitanes de la selección española de fútbol olímpico.

Un oro que vio peligrar de primera mano al cometer el penalti sobre Kalimuendo que acabó en el empate de Francia en el añadido del tiempo añadido de la segunda parte. Error que no empaña un gran torneo, durante el que se hizo oficial su marcha del club de su vida, el Betis, para recalar en un Bolonia que será equipo ‘Champions’ en la temporada que empieza en una semana.

Para LaLiga, el mejor lateral izquierdo de la competición. En París 2024 le tocó vivir el papel de segundo de Miranda, fue el único jugador sin minutos en el primer partido, pero acabó ganándose protagonismo en los encuentros para un Santi Denia que apreció las alternativas que ofrece el madrileño, jugando por dentro y por fuera.

En el Girona se asentó en la élite. El Real Madrid guarda una opción de recompra de 8 millones de euros, y grandes de Europa se interesan en hacerse con sus servicios. Oro olímpico al cuello, su crecimiento sigue su curso.

El ‘5’ que vio Simeone y por el que Santi Denia apostó desde el primer momento. Rompió la pareja que hacía en la sub-21 con Beñat Turrientes y le dio al del Atlético de Madrid plenos poderes a Pablo Barrios en el centro del campo. Y no se achantó.

Es más, su mejor partido llegó en toda una final. En la que impuso su inteligencia táctica al físico galo. Ganó 9/14 duelos, tres entradas buenas, dos despejes, un tiro bloqueado, 89% en el pase con 66 intentos… Y un tanque de gasolina inacabable. Ahora le toca liderar el centro del campo de un Atlético de Madrid reforzado en la delantera.

La estrella del torneo. MVP. Sus seis goles le convirtieron en el máximo goleador español en unos Juegos Olímpicos, superando los cinco de Kiko, al que emuló con un doblete en la final y con el oro.

El centrocampista del Barcelona hizo doblete de Eurocopa y Juegos Olímpicos. Y en París 2024 estuvo tocado por una varita. Goles con la izquierda y con la derecha, siendo el verso libre del centro del campo. Si el balón llegaba a sus pies a 30 metros de la portería, disparo, y casi siempre gol. Unos Juegos Olímpicos que hicieron crecer su estatus en el fútbol español.

El otro que hizo doblete Eurocopa-Juegos Olímpicos. Y se reservó su mejor partido para la final. Reconoció no estar al 100% físicamente, pero la calidad del máximo asistente de las cinco grandes ligas la pasada temporada tenía que aparecer, y lo hizo contra Francia.

Un partido en el que empezó con un error en un pase dentro del área que acabó en el 1-0 de Francia. Se repuso con asistencia a Fermín y gol de falta directa. Lo que le duró el físico, el juego de España mejoró con el balón en sus pies, justificando por qué eligió el ‘10’.

Su rendimiento en el Europeo del pasado verano y en un Parma que lideró hasta ascender a la Serie A le hizo ganarse la llamada de un Santi Denia que estuvo muy pendiente de él toda la temporada. Un cariño que Bernabé agradeció y devolvió en París 2024 con algo que nunca le falta: entrega.

El centrocampista participó en todos los partidos. Presión, entradas y energía. Puro corazón, ese que le dio un susto al llegar al Parma y que ya está completamente olvidado.

Para dar equilibrio al centro del campo, aparecía Beñat Turrientes. Santi Denia eligió a Pablo Barrios de ‘5’, pero con la tranquilidad de que en el banquillo tenía al de la Real Sociedad para reforzar el centro del campo si el partido iba de cara.

Un rol de suplente que en la Real Sociedad podría cambiar en las próximas semanas. Mikel Merino y Martín Zubimendi podrían salir, lo que se traduciría en galones para otro futbolista exquisito criado en Zubieta.

No fue el futbolista más vistoso en el juego de España, pero siempre aportó. Uno contra uno, apoyos en defensa, refuerzo en el centro del campo… Aimar Oroz estuvo muy presente.

Aunque Santi Denia le sacó de su zona de confort y le uso de extremo derecho, alternando el otro costado con Sergio Gómez, Aimar Oroz se adaptó para cumplir con su rol. Tras el verano con la selección española, le tocará resolver su futuro, como dijo que haría cuando en plena concentración olímpica salió su nombre vinculado al Athletic Club.

Uno de los tres ‘piratas’, junto a Miranda y Abel Ruiz. Recuperando su posición de extremo, y no la de lateral izquierdo en la que destacó en el Anderlecht y le llevó al Manchester City, demostró haber crecido, sobre todo, en el físico. La final, con 120 minutos de tensión en sus piernas, la acabó exhausto.

Gol, dos minutos después de fallar el penalti ante Uzbekistán, y asistencia. Su bagaje numérico en un torneo en el que fue un creador de juego más desde los extremos. Siendo campeón olímpico, empezará desde el domingo su nueva aventura en la Real Sociedad.

Sus amigos, sobre todo los que le acompañaron desde el primer día, viajando por Francia con camisetas del Valencia y banderas de Asturias, estarán aún más orgullosos de él. Un futbolista que ha llegado a la élite con el conjunto ‘che’ tras pasar por las canteras de Sporting de Gijón, Real Madrid y Barcelona.

Santi Denia le tenía como su revulsivo de oro desde el banquillo, pero un golpe en cuartos contra Japón le hizo perderse las semifinales y la final.

El capitán de una generación del 2000 y un equipo olímpico que pasarán a la historia del fútbol español. Solo un gol durante el torneo, contra Japón en el 0-4 de semifinales, pero un trabajo fuera del área que era oro para Santi Denia.

Y también dentro del vestuario. Su altavoz y sus listas de reproducción dieron alegría a una selección española que pasó 41 días concentrada en busca de un solo objetivo: el oro. Cumplido ya, vuelve a España para jugar en el Girona de ‘Champions’.

Hace un año estaba a punto de debutar en Primera División con el Granada. Lo hizo en el Metropolitano y se ganó su fichaje por el Atlético de Madrid. Tras un año cedido en el Alavés, el Chelsea le va a arreglar la vida. Contrato millonario por siete temporadas. No es oficial, pero en el vestuario antes de la final ya lo celebraron.

La figura de Abel Ruiz le hizo jugar pocos minutos, pero todos su compañeros le destacaron como uno de esos bromistas que hacían más amena la concentración. En la final no jugó, y dejó sitio a un Camello que es historia de España.

El héroe inesperado. Cuatro goles en toda la pasada temporada. Fuera de la convocatoria en todos los partidos, menos en el último de fase de grupos y la final. En la que marcó dos goles en la prórroga para vestirse de Kiko, calcar el gol de Fernando Torres, su ídolo, en la Eurocopa del 2008 y firmar la noche de su vida.

Trabajó en la sombra. Loco por la música, le hizo competencia a Abel como DJ en el vestuario. Pendientes, gorra e incluso una cámara de vídeo, sus compañeros de concentración, como un Álex Baena de habitación que no pudo contener la risa al recordar los momentos juntos. El delantero del Rayo Vallecano vuelve a su club con la confianza por las nubes.

El capitán del barco de ‘los piratas’. Dice que trabaja “en el paraíso del entrenador”, pero él es culpable en gran parte de que sea así. Seis finales, tres títulos. Europeo sub-17, sub-19 y oro olímpico. Se ha pasado el juego de las categorías inferiores. Junto a Luis de la Fuente han armado a una España que se olvida de lo que pasa en los despachos y hace algo que parece sencillo y no lo es: ganar, ganar y volver a ganar.

Junto a él, David Gordo como asistente, Carlos Rivera de preparador físico, Rubén Martínez como preparador de porteros y Alberto de la Fuente como analista. Los cuatro, junto a Francis Hernández, coordinador de las categorías inferiores de España, han guiado a los futbolistas a lograr otro oro 32 años después. EFE

omb/jap

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