Las empresas que solicitan ayudas públicas son las menos productivas y las que más tiempo invierten en buscar subsidios

Las compañías con mayor productividad evitan postularse a ayudas públicas, mientras que las de productividad media destinan solo una parte de sus esfuerzos a la búsqueda de subvenciones, según un estudio

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Las empresas que solicitan ayudas públicas son las menos productivas y las que más tiempo invierten en buscar subsidios.

Existen multitud de ayudas para empresas en Europa. Algunas son directas y otras son fondos otorgados por la Unión Europea o gobiernos nacionales, especialmente para fomentar la innovación, la digitalización, la sostenibilidad y el crecimiento empresarial. Y aunque está bien recibir subvenciones -que te den más financiación nunca viene mal-, un estudio publicado en la revista Journal of Industry, Competition & Trade revela que las compañías con menor productividad son las que más recurren a la búsqueda de ayudas públicas.

La investigación, que se ha llevado a cabo en Suecia y ha analizado miles de firmas, determina que aquellas compañías con baja productividad destinan una proporción significativa de sus recursos a la obtención de subvenciones gubernamentales en lugar de enfocarse en su actividad productiva. “En lugar de invertir en innovación y crecimiento, estas firmas se especializan en la captación de fondos públicos”, advierte el estudio. Por el contrario, los autores del estudio, Anders Gustafsson, Patrik Gustavsson Tingvall y Daniel Halvarsson, concluyeron que las empresas con mayor productividad evitan postularse a ayudas públicas, mientras que las de productividad media destinan solo una parte de sus esfuerzos a la búsqueda de subvenciones.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron el impacto de los subsidios otorgados por las tres principales agencias de distribución de ayudas en Suecia entre 1997 y 2013. Descubrieron que existe una relación negativa entre la productividad de una empresa y la probabilidad de que reciba un subsidio. Además, esta correlación se intensifica en aquellas empresas que han recibido múltiples ayudas.

El estudio se basa en un modelo de competencia en el que las empresas deben decidir cómo distribuir su esfuerzo entre la producción y la búsqueda de subsidios. “Las empresas altamente productivas consideran que es más rentable enfocarse en su producción, mientras que las menos productivas ven en los subsidios una estrategia de supervivencia”, explican los autores.

Así son las empresas que redujeron la jornada laboral a cuatro días: “Funciona tanto la productividad como la conciliación, vivimos mejor”.

Otro hallazgo relevante es que las empresas que reciben subsidios suelen tener un alto porcentaje de empleados con educación superior. Esto podría indicar que la búsqueda de subvenciones requiere habilidades administrativas avanzadas para navegar por los procesos burocráticos y elaborar propuestas convincentes.

Los investigadores también analizaron la relación entre la recepción de ayudas y el crecimiento de las empresas. Si bien muchas políticas públicas justifican los subsidios como una forma de fomentar la innovación y la competitividad, el estudio sugiere que este tipo de apoyo puede incentivar a ciertas empresas a depender de las ayudas en lugar de buscar mejoras en su eficiencia. “El riesgo es que, en lugar de estimular el crecimiento económico, los subsidios terminen sosteniendo empresas que no son viables sin apoyo estatal”, señalan los autores.

A más subsidios, más salario

En términos salariales, el estudio encontró que las empresas que reciben múltiples subsidios tienden a pagar sueldos más altos. Sin embargo, este aumento salarial no se traduce en una mayor productividad. Esto podría explicarse por el hecho de que las ayudas se usen para mejorar las condiciones laborales sin necesariamente incrementar la eficiencia de la empresa.

El informe concluye que, si bien las ayudas públicas pueden ser una herramienta útil para fomentar el desarrollo de ciertas industrias, también pueden generar incentivos perversos que llevan a algunas empresas a especializarse en la obtención de subvenciones en lugar de mejorar su competitividad. “Las políticas públicas deben diseñarse con precaución para evitar que se conviertan en una fuente de dependencia para las empresas menos productivas”, advierte el estudio.

Las conclusiones de este análisis podrían tener implicaciones más allá de Suecia, ya que muchos países implementan programas similares para apoyar a las pequeñas y medianas empresas. “Es crucial evaluar cómo se asignan los subsidios y asegurarse de que realmente impulsen el crecimiento económico en lugar de perpetuar modelos de negocio ineficientes”, concluyen los autores.