Un profesor de batería se enfrenta a 43 años de cárcel por agresión sexual a cinco alumnos

La Audiencia de Girona ha empezado a juzgar este martes a un profesor de batería de Quart (Girona), Jordi B., acusado de agredir sexualmente a cinco alumnos de entre diez y 22 años. Los hechos se habrían producido entre 2009 y 2020, por lo que la Fiscalía pide para él una pena de 43 años de cárcel.

El ministerio público pide que se le condene por cinco presuntos delitos de agresión sexual, cuatro de ellos con acceso carnal y todos con prevalimiento de relación de superioridad. La acusación particular, ejercida por el letrado Benet Salellas, ha elevado la petición de pena hasta los 48 años de cárcel al contemplar también tres delitos de exhibicionismo y provocación sexual, mientras que la defensa, de la mano del despacho Monguilod Advocats, reclama la absolución.

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El procesado, de 68 años, tenía 52 cuando empezaron los hechos enjuiciados. Jordi B. está acusado de utilizar la relación de confianza y la admiración de sus alumnos para agredirlos sexualmente en el sótano de su casa en Quart, donde daba clases de batería. Tras presentarse la primera denuncia el 13 de marzo de 2019 y conocerse públicamente el caso, aparecieron otras víctimas y el fiscal reclama para cada una de ellas una indemnización de 10.000 euros.

Otras cinco personas han descrito que fueron objeto de agresiones por parte del profesor de música, pero en estos casos los hechos han prescrito. En la vista celebrada este martes en la sección tercera de la Audiencia de Girona han declarado tres denunciantes, que han descrito el patrón que seguía el acusado, cómo se ganaba la confianza de alumnos y familias y cómo les agredía sexualmente.

Los tres han apuntado que le veían como “un referente”, “un ídolo”, que sentían “admiración y respeto” por él, que era un gran músico con “mucho carisma” y que, en sus clases, se mostraba “muy amigable y cercano”, como “un refugio”. Además, les obligaba al llegar a darle dos besos en la mejilla o uno en la boca. Con el paso del tiempo, el profesor aumentaba ese contacto con masajes en los que tocaba los genitales de las víctimas para acabar en masturbaciones en los tres casos, junto a felaciones en dos de ellos.

El primero en declarar ha sido uno de los jóvenes, que empezó las clases de batería cuando tenía 18 años, en 2006, y continuó hasta 2012. Ha explicado que le decía que estaba “enamorado” de él, que le veía como cuando él era joven, que tenía mucho potencial como músico y que “llegaría muy lejos”. Todos ellos han relatado que les hacía sentir “especiales”, diciéndoles que serían muy buenos si continuaban dando clase con él y que les hacía chantaje emocional o material en forma de venta de instrumentos si se dejaban masajear.

El tercer denunciante tenía ocho años cuando empezó las clases en 2010, siguió con ellas hasta 2020 y ha confirmado masturbaciones y felaciones. “La sensación que tenía yo, que era pequeño, era que no podía decir que no, era una persona respetada en la comunidad de músicos, mayor, sabía mucho. Yo creía que era algo normal, pero no me gustaba y pensaba que a los alumnos más grandes también les pasaba, estaba tan confundido que aquello era la normalidad de las clases”, ha detallado.

Los denunciantes han explicado que no supieron que lo que habían sufrido eran agresiones sexuales hasta tiempo después y, en algunos casos, lo negaron por “vergüenza” y sentimiento de “culpa”, pero finalmente se animaron a declarar, dado que los alumnos se organizaron en una red de apoyo. En el Palacio de Justicia se han concentrado a las 9.00 de esta mañana unas 70 personas para mostrar su respaldo a las víctimas y sus familias. El juicio está previsto que siga este miércoles con la declaración de más víctimas y de sus familiares.

Texto elaborado por EFE