Los rostros de la batalla contra la basura marina

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Lucía Ruiz Simón

Baiona (Pontevedra), 4 jun. Después de décadas de mirar hacia otro lado, la guerra contra la basura marina va ganando batallas gracias al esfuerzo y el trabajo coordinado de todo un ejército de organizaciones no gubernamentales, instituciones, pescadores y empresas.

A escasas jornadas del Día de los Océanos, es tan importante llamar la atención sobre el estado en el que se encuentra este recurso clave para el sector pesquero como reconocer el esfuerzo de muchas personas que a diario se ponen el reto de devolver los residuos a tierra y, a ser posible, darle una segunda vida para convertir el mito de la economía circular en una realidad.

Según Sagrario Pérez Castellanos, de la Xunta de Galicia, "el sector pesquero es consciente del impacto de los residuos en su actividad".

Desde su despacho como directora general de Calidad Ambiental, Sostenibilidad y Cambio Climático de la Xunta de Galicia, Pérez Castellanos recuerda -mirando las fotos de sus nietos- que el trabajo de toda su vida en este sector es por ellos, para que puedan seguir disfrutando de su océano.

Tiene como guía la estrategia gallega de economía circular, un región que vive "por, para y con el mar", y con un sector pesquero que necesita el mantenimiento de este recurso para poder seguir haciendo su actividad y es consciente de su impacto negativo en su actividad.

"Es esencial la colaboración de todos", enfatiza, con el deseo de que cada vez los voluntarios del proyecto recojan menos basura, pues supondría el síntoma de que no están llegando tantos residuos a los mares.

José Manuel Rosas, presidente de la Cofradía de Pescadores de Bueu, señala que "mientras tengamos recurso, tenemos sector"

En el puerto de Bueu cuatro barcos colaboran en la limpieza de los fondos marinos; seleccionan la basura que encuentran durante su labor diaria y la depositan en los contenedores habilitados para recuperarla y categorizarla.

La supervivencia de la pesca, aquejada de la falta de relevo generacional y de otros problemas sectoriales, pasa también por cuidar el estado de salud de su principal recurso, el mar.

Así lo reconoce Rosas, que tras décadas enrolado en el sector al que llegó "ilusionado", espera no tener que abandonarlo "llorando".

"Nos cuesta ver las cosas hasta que están en funcionamiento", señala por su parte Rubén Rodríguez, de Vertidos Cero.

La organización Vertidos Cero es una de las 1.200 colaboradoras del programa Mares Circulares, que lleva cinco años intentando poner coto al problema de la basura marina y darle una "utilidad".

Rodríguez, uno de sus técnicos en Galicia, realiza dos visitas mensuales a los puertos colaboradores para recuperar y clasificar los residuos que los marineros recogen, algo que no siempre es fácil porque aparecen muy dañados y mezclados con sedimentos.

Después de un lustro, reconoce que aunque a veces el sector se puede mostrar escéptico y cuesta ver la cosas hasta que están en funcionamiento, la concienciación y la colaboración de los trabajadores es cada vez más generalizada.

Carmen Gómez-Acebo, de Coca-Cola Europacific Partners, dice que están "muy orgullosos de sumar 1.200 colaboradores a nuestro proyecto de Mares Circulares".

El proyecto es el paraguas con el que la empresa trabaja en este objetivo dentro de su estrategia de sostenibilidad, y Gómez-Acebo, su directora, afirma sentirse especialmente orgullosa de haber logrado sumar 1.200 entidades a una iniciativa que sigue creciendo en ambiciones.

Y es que, además de seguir por la senda de la recogida de residuos -más de 1.800 toneladas en un lustro-, ahora se trata de facilitar los datos acumulados estos cinco años a la comunidad científica para trabajar conjuntamente y avanzar en dar una segunda vida a estos residuos.

"La formación y la sensibilización es esencial", señala el presidente de la Asociación Chelonia, Manuel Merchán, quien desde hace cinco años coordina los estudios científicos que se desarrollan en Mares Circulares.

Trabajar en educación y concienciación es una de las claves para evitar que los residuos lleguen al mar, especialmente entre los más jóvenes.

La iniciativa, que aúna recogida de residuos en playas y en entornos marinos y talleres de sensibilización, ha arrojado ya datos muy útiles para ayudar a tomar decisiones sobre cómo atajar este problema; su programa de sensibilización ha alcanzado ya a 73.000 personas.

Manuel, Carmen, Sagrario, José Manuel o Rubén son sólo cinco nombres propios de todo el ejército que lucha a diario para favorecer el buen estado de los océanos y combatir un enemigo reconocido por todos y al que sólo podrá vencerse desde el trabajo en equipo. EFE

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