Las familias de los fallecidos en Súria atribuyen "graves deficiencias" a Iberpotash

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Barcelona, 3 jun. Las familias de dos de los tres geólogos muertos el 9 de marzo en un desprendimiento en la mina de Súria (Barcelona) atribuyen "graves negligencias" a Iberpotash, ya que se abrió una galería secundaria que no estaba planeada y no se les comunicó que había caído una gran roca, por lo que iban "a ciegas".

El informe de los Mossos d'Esquadra sobre el accidente del pasado 9 de marzo, en el que tres geólogos murieron atrapados a 900 metros de profundidad por un desprendimiento en la mina de potasa de Ibrepotash en Súria, señala varias negligencias y una cadena de errores, según El País, mientras que la Generalitat y la empresa admiten fallos.

En los informes remitidos al juzgado de Manresa que investiga las causas del accidente mortal se detalla que el equipo del "minador 30" finalizó antes de tiempo sus labores para abrir una galería planificada, por lo que acordó, con sus supervisores, excavar un área en la pared, una labor que no estaba planificada, y que en una esquina cayó una roca de 20 kilos a las 6.15 horas del 9 de marzo, ante lo que decidieron parar y dieron la alerta, aunque no llegó a los trabajadores fallecidos.

En declaraciones a EFE, la abogada Nereida Crespo, que ejerce la acusación particular en nombre de las familias de dos de los tres geólogos muertos, ha indicado que de las primeras diligencias judiciales se extrae que el accidente apunta a unas "graves negligencias" por parte de la empresa.

La abogada ha resaltado que el día del accidente, el turno de noche abrió una galería secundaria que no estaba planeada en el "plan minero", que precisamente tiene como objetivo asegurar el sostenimiento de la galería, por lo que operar fuera de los límites de este plan "comporta necesariamente poner en riesgo la sostenibilidad" del entorno.

Según la abogada, es "obvio" que, una vez se ha acreditado que se redujo el "factor de seguridad" excavando fuera de los límites marcados por el plan minero, se modificó la sostenibilidad del techo.

En el argot minero, la apertura de una galería secundaria se denomina "bocado" o "pinchado", y supone un último intento antes de abandonar la galería para extraer el máximo material posible, teniendo en cuenta que los mineros perciben una retribución variable en función de las toneladas extraídas.

Además, según la abogada, los tres geólogos fueron "a ciegas" al "mirador 30", donde murieron atrapados por un desprendimiento hacia las 7.35 horas de la mañana, después de que nadie les dio la información de "gran relevancia" que suponía la caída, poco antes, de la roca del techo.

La acusación particular está ahora a la espera de que el juzgado decida si acuerda las diligencias que han propuesto para seguir investigando este caso y determinar las causas del desprendimiento que acabó con la vida de un geólogo y dos estudiantes de máster de ingeniería de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).

Por su parte, fuentes de Iberpotash han explicado a EFE que la empresa se remite al informe que presentaron hace unos meses y mantiene que el accidente fue "imprevisible".

En aquel informe, la empresa ya reconocía errores en la comunicación y que el pilar donde se hizo el emboquille la noche anterior al accidente tenía unas dimensiones diferentes a las habituales, pero concluía que estos dos hechos no fueron causa del siniestro.

Un minero del turno de noche había lanzado la advertencia de "ojo techo" en el parte, ya que había caído una roca a unos seis metros de donde posteriormente se produjo el accidente.

Sin embargo, este aviso no llegó a los geólogos, que ya habían empezado a bajar, como hacen cada día, para evaluar cómo están los túneles.

Según la empresa, aunque los geólogos hubieran recibido este aviso, habrían bajado al túnel para evaluar la situación, por lo que ello no habría evitado el fatal desenlace, que, además, no ocurrió en el mismo lugar donde se desprendió la piedra el día anterior.

La empresa también menciona la experiencia de los geólogos y supone que no debieron detectar problemas en el techo, ya que se pararon a hablar justo debajo del lugar donde se desprendió la roca.

Sobre la existencia en la zona de minado de un pilar un poco más estrecho de lo que suelen ser habitual, el informe interno de la compañía considera que no tiene relación con la caída de la piedra. EFE

ao-jf/mg/cc