El gran desembarco de Juana Viale en Madrid

Juana Viale sabe lo que son los retos. En su país natal, Argentina, es una auténtica estrella y pertenece a la última generación de una saga de artistas que ha recorrido la historia del cine y otras disciplinas creativas y que continúa manteniendo el mismo espíritu de entrega y pasión por su trabajo. Es nieta de la mítica Mirtha Legrand e hija de Marcela Tinayre y posee una dilatada trayectoria en todos los ámbitos. Sin embargo, se ha atrevido a traer un espectáculo a nuestro país, Traición, en la que ella sola se enfrenta al escenario a través de un monólogo desgarrador en la que es la única protagonista y que se convierte en toda una oda a la mujer, algo que entronca con su ya demostrado activismo feminista a través de una constante reivindicación en los medios.

Traición parte de un texto del dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco, uno de los grandes estandartes del teatro actual latinoamericano, y del que ya se había visto su obra en el Teatro Nacional de Cataluña, con la representación de Tebas Land. Escribió Tráfico en 2018 y ahora ha tenido lugar su gran estreno en nuestro país bajo la dirección de Christian Morales.

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Durante dos semanas, Juana Viale se ha dejado la piel en el pequeño Teatro Gran Vía, en lo que supone uno de los mayores retos interpretativos de su carrera. En Tráfico, interpreta a una mujer que ejerce la prostitución, cuyo cuerpo ha sido su valedor y también su condena, y que lucha para salir adelante como puede y que nos adentra en su turbulenta vida.

Pregunta: ¿Cómo ha sido su desembarco en Madrid?

Respuesta: Era la primera vez que actuaba en España y ha sido una experiencia estupenda, vertiginosa y muy positiva en todos los sentidos. Y arrancar en la Gran Vía, con todo el prestigio que tiene, fue un gran desafío que me ha satisfecho mucho.

P: En Traición te enfrentas tú sola al escenario. Tremendo reto.

R: Es un texto muy complejo que habla de la historia de una mujer que ejerce la prostitución a través de todos los avatares por los que tiene que pasar. Una mujer que se encuentra en los márgenes, en la marginalidad y que pone de manifiesto esa lucha cotidiana. Pero había una cosa que me interesaba, y es que al fin y al cabo no importa la profesión que ejerzas, porque todas estamos un poco desprotegidas, y hay luchas que reivindicar, pero las personas en riesgo de exclusión son más vulnerables y necesitan que también se les de voz. Al fin y al cabo, se habla de una mujer rota, y eso es algo con lo que todas nos podemos sentir identificadas.

P: ¿Es la primera vez que hacías un monólogo de estas características?

R: Sí. Y claro, era un reto, porque se trata de una hora, hay mucho texto y muy complicado, porque además abarca el pasado, el presente de esta mujer.

P: ¿Y qué ha supuesto para ti dentro de tu larga trayectoria hacer frente a este reto?

R: Yo me siento muy feliz, porque es un premio poder traer a España una obra que ha nacido en Argentina y que se lanza de manera internacional. Así que ha sido una forma de concretar un sueño y poder materializarlo como uno desea y poder sacarlo adelante. Ahora esperamos trazar un mapa que nos lleve a otros sitios.

P: ¿Y cuáles serían esos planes futuros?

R: Todavía no lo sabemos, pero nos gustaría seguir rodando aquí en España por otros lugares de su geografía. Al ser una obra que narra la historia de una mujer, creo que es bastante universal, al igual que el lenguaje a través del que se cuenta. Por supuesto, pasar por Argentina y Uruguay pasa por nuestros planes.

P: ¿Cómo ves España a la hora de seguir avanzando en tu carrera?

R: No lo hice para eso, pero sí que es cierto que en estos momentos hay una rica vinculación entre España y Latinoamérica gracias a las coproducciones. Por eso tengo ganas de abrirme a otros horizontes, estoy en el momento adecuado para ello.

P: ¿Crees que este es un punto de inflexión para ti?

R: No lo pienso, siento que forma parte de un todo. Siento que suma, que me enriquece. Creo que, como dice un gran director, tú no eliges el texto, sino que el texto te elige a ti. Originalmente Traición estaba escrito para que lo representara un hombre, pero como me gustó tanto, lo modificamos. Y por eso fue un proceso tan interesante.

P: Supongo que aportaste cosas a la hora de configurar el personaje

R: Estuvimos trabajando durante varios meses y lo más bonito fue abrazarlo, sacarle todas las posibilidades al personaje y empezar a sentirlo en la propia piel, adentrarme en sus interioridades, en su vulnerabilidad, en sus flaquezas y en sus fortalezas. Ha sido un trabajo muy físico y muy emocional, al mismo tiempo.

P: ¿Qué ha supuesto para ti pertenecer a una gran familia de artistas?

R: Es cierto que toda mi familia ha pertenecido al ámbito artístico, por eso para mí era algo natural dedicarme a lo mismo, forma parte de mi vida, como que nada de eso me es ajeno. Es algo único y hermoso, pero también es difícil por momentos, tiene sus sinsabores, pero es bonito trabajar de lo que a una le gusta. Pero nunca me he sentido presionada por mi familia, siempre me ha apoyado, somos una unidad muy fuerte y sólida en todos los aspectos. De hecho para este estreno en Madrid me ha acompañado mi mamá, mi hija, mis amigos, que han venido para apoyarme y eso siempre es un regalo.

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