La surrealista moción de censura en España: la ultraderecha presenta a un excomunista para intentar echar a la izquierda

El Congreso ha vivido este martes la primera jornada de la moción de Vox que no saldrá adelante. La intervención del candidato Ramón Tamames ha quedado en segundo plano tras los reproches entre Santiago Abascal y Pedro Sánchez.

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El economista Ramon Tamames y el líder de Vox, Santiago Abascal, a su llegada al Congreso de los Diputados. (Susana Vera / Reuters)
El economista Ramon Tamames y el líder de Vox, Santiago Abascal, a su llegada al Congreso de los Diputados. (Susana Vera / Reuters)

El Parlamento español ha vivido este martes su particular vodevil. Los 52 diputados de Vox, la formación de ultraderecha de Santiago Abascal, han presentado los argumentos de su moción de censura para intentar desalojar del Gobierno a la coalición de izquierdas que preside Pedro Sánchez. El candidato para sustituir a Sánchez no era Abascal, sino un político ya retirado de 90 años, Ramón Tamames, que en sus orígenes formó parte del Partido Comunista, estuvo en la cárcel durante el franquismo y fundó Izquierda Unida.

Lo vivido este martes en el Congreso de los Diputados es solo un trámite. La oposición ya calificó la moción de “esperpento”, “disparate”, “circo”, “chirigota” o “patochada”, y para el único partido que podría haberla apoyado, el PP, se trata de un “show” del que no iban a formar parte. La moción, por tanto, que se vota este miércoles, no saldrá adelante porque solo cuenta con la minoría de los 52 votos de Vox, pero ha servido para iniciar una larga precampaña electoral que culmina a finales de año con las elecciones generales.

La jornada comenzó con la intervención del líder de Vox, Santiago Abascal, que defendió su moción porque “nadie nos va a arrebatar la esperanza de que un puñado de españoles escuchen lo que van a escuchar, sin atender a traducciones torticeras (...) No era nuestra intención degradar la huella histórica de esta legislatura. No podemos degradarla más de lo que ustedes lo han hecho. No se puede rebajar más la dignidad de esta legislatura”. Abascal ponía en marcha la sexta moción de censura de la democracia.

Abascal afeó al líder del PP, que no es diputado, que no estuviera presente en el Congreso. “Señor Feijóo, para liderar la oposición hay que estar aquí (...) Digan cuál es la alternativa de España ante el saqueo de la nación. Les pido que votemos juntos hoy y entendámonos mañana”. Vox sabe que el PP le puede necesitar tras los resultados de las próximas elecciones generales. Mientras, Alberto Nuñez Feijóo ninguneaba la moción con un acto en la embajada de Suecia.

“Sobran los motivos para esta moción de censura”, señaló Abascal, que empezó entonces a enumerar un resumen de su doctrinario ideológico para criticar al Gobierno. El líder del Vox culpó a Sánchez de todos los crímenes que cometen los inmigrantes irregulares, a los que también culpó del aumento de las violaciones. También tuvo palabras contra la ‘ley del solo sí es sí', que ha permitido la reducción de penas para condenados por violación: “cuando uno de esos monstruos que han salido a la calle por el ‘sí es sí' ataque a otra mujer, ustedes serán los responsables porque han aprobado estas leyes. Lo que aquí se vota tiene consecuencias directas para la vida de las gentes”.

Abascal también atacó al ministerio de Igualdad: “Vamos a derogar todas las leyes que borran a la mujer, negándole su singularidad y su propia naturaleza. Ustedes han destruido la verdadera igualdad”.

Ramón Tamames escuchó con atención el discurso de Abascal sin aplaudirle ni una sola vez

En cuanto a la agenda económica, Abascal acusó al Gobierno de “robar” y “mentir” y planteó un escenario apocalíptico: “Con la única intención de hacer daño a empresas y familias han prohibido la explotación de nuestros propios recursos naturales... ha quemado campos de trigo mientras el pueblo pasa hambre. Han facilitado la voladura de nuestras fuentes de energía”. Su candidato en la moción, Ramón Tamames, le escuchaba atento sin aplaudirle ni una sola vez.

El líder de Vox también habló de política internacional, brevemente, pero sin mencionar la invasión rusa de Ucrania. Abascal criticó el cambio de postura del Gobierno con respecto al Sáhara, que ha costado la represalia de Argelia, principal suministrador de gas natural. Y cómo no, de la memoria histórica. “No ha dejado usted a un solo español vivo tranquilo, pese a su empeño de profanar tumbas”, dijo sobre la exhumación de Francisco Franco.

Para finalizar, Abascal aseguró que no iba a estar de acuerdo con muchas de las cosas que dirá Ramón Tamames (políticamente hoy indefinible), pero que coincidir en lo esencial “es mucho más que suficiente” para “echar al peor Gobierno de la historia”. Apeló entonces de nuevo al PP. “¿Cuál es la excusa para no apoyar la censura y la convocatoria de elecciones? Al final solo hay dos opciones, consentir que siga Sánchez o apoyar esta moción para que nuevas elecciones pongan fin a esta legislatura del odio, la división y la ruina”.

El turno del presidente

Tras el turno de Abascal, llegó la réplica del presidente del Gobierno. Pedro Sánchez lo tenía claro: usar la moción para confrontar con la extrema derecha, pero sobre todo para asociar al PP con Vox. Y, sobre todo, para reivindicar la gestión de su Gobierno de coalición y para que los votantes progresistas se movilicen frente al escenario de un posible gobierno PP-Vox.

“Vox es a la política como la comida ultraprocesada a la dieta mediterránea: una propuesta sin contenido sustancial, con un discurso lleno de palabras saturadas y con mensajes perjudiciales. Vox es el glutamato de la derecha, un simple potenciador del sabor extremo. Vox por si solo no va a conquistar nunca el poder, no va a ganar unas elecciones, lo que quieren es imponer su hegemonía de la derecha”, señaló Sánchez.

Porque tras unos inicios en su discurso para criticar a Vox -”mencionen alguien algo sustantivo que hayan hecho en las cortes, una, en favor de la convivencia. Una sola”-, el presidente usó la mayoría de su turno de palabra para enumerar los logros sociales y económicos conseguidos por su Ejecutivo: “Quieren acabar con un gobierno progresista, que está llevando al BOE medidas radicalmente distintas al atropello que hizo el PP en la anterior crisis... nosotros hemos avanzado, y con paz social. Y ustedes y el PP votan en contra”.

Sánchez ha atacado con dureza a Vox, al que califica de “glutamano de la derecha, un simple potenciador del sabor extremo”

“Están en contra de que haya 90.000 sanitarios más, de que se ha aumentado el SMI, del que son beneficiarias sobre todos las mujeres, de la reforma laboral, del ingreso mínimo vital... de todo eso están en contra”, le reprochó el presidente. “¿Y si hubiera triunfado su primera moción de censura, cómo estaría hoy España?”.

Para Sánchez, Vox “fiscaliza y extorsiona a las mujeres que tienen embarazos no deseados, anhela una sociedad homófoba, niega la violencia machista, que son el único partido que no ha firmado el pacto de Estado contra la violencia de género, que quiere educación segregada, de pin parental, sin comunidades autónomas, que prohíbe las lenguas cooficiales, un país desigual, injusto, con un solo modelo de familia, un país que reniega de su memoria democrática y admira los mausoleos erigidos a mayor gloria del tirano...”.

Sánchez acabó con un mensaje velado a PP, ya que si en la primera moción que presentó Vox durante la pandemia el PP votó claramente no, ahora ha anunciado su abstención. “Y esos que mañana se van a abstener son tan culpables como usted... porque el señor Feijóo ha decidido abstenerse ante este delirio, y el manifiesto ultraderechista con el que justificaron su moción de censura ni le va ni le viene. Lo que hace el PP es pasar un anticipo de caja... Pero ya le exigirán un segundo pago en diferido para saldar las deudas. Cuando llegue ese día acuérdense de este debate”, concluyó Sánchez dirigiéndose a los populares.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes durante el debate de la moción de censura en el Congreso. (Susana Vera / Reuters)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes durante el debate de la moción de censura en el Congreso. (Susana Vera / Reuters)

El discurso de Tamames

Y tras el intercambio de golpes entre Abascal y Sánchez (que duró dos horas y media) llegó la intervención del candidato de la moción, el economista, escritor y político Ramón Tamames. La expectación era menor, ya que el grueso de su discurso ya había sido filtrado días antes.

El discurso de Tamames ha sido un popurrí de conceptos e ideas. Tras una breve presentación de su pasado político y laboral, defendió la Constitución de 1978 y exigió que se garantice en Cataluña el 25% de enseñanza en castellano. También criticó la memoria democrática que se defiende en la actualidad, ya que durante la Guerra Civil se “cometieron atrocidades en los dos bandos”.

Acusó además al actual Gobierno de coalición de estar representado en el Congreso gracias al separatismo, ya que “los gobiernos españoles en minoría intercambian apoyos de todo tipo. La autodeterminación no existe”. También criticó la ausencia de división de poderes, con un poder judicial dominado por el Ejecutivo.

“Todo el Gobierno está apoyado por quienes hasta hace poco apoyaban la violencia y hoy quieren acabar con la monarquía, la figura de Felipe VI y la unidad de España (...) Usted ha utilizado la gracia personal para suprimir el delito de sedición y el de malversación y el resultado ha conducido a 700 agresores sexuales fueran del control de sus penas”, señaló Tamames en un discurso que ha entremezclado todo tipo de ideas a veces sin una secuencia lógica.

Tamames ha propuesto la creación de una figura parecida a la que existe en EEUU, un fiscal independiente que pueda investigar a un presidente del Gobierno. Luego ha centrado su intervención en uno de los temas que más controla, la economía. Ha criticado abiertamente la subida del salario mínimo interprofesional porque “ha destruido 105.000 empleos y ha evitado la creación de 150.000″.

Tamames ha propuesto la creación de la figura de un fiscal independiente que investigue al presidente del Gobierno

También ha demonizado el concepto de “inseguridad jurídica”, lo que ha propiciado “la huida de Ferrovial a Países Bajos; y el “invento” de los fijos discontinuos. “Son auténticos parados”. Para Tamames, “el Gobierno tiene aversión a los empresarios, busque en la prensa extranjera críticas como las que tenemos en España a Juan Roig o Amancio Ortega... que parece que ven al Ibex como un índice oscuro del maligno capitalismo”.

Tamames no se ha dejado ningún tema en el tintero. Sobre la inmigración irregular, “hay que abordar el problema demorado de la inmigración, con los miles de víctimas mortales que se derivan de una falta de regulación comunitaria cada año en el Atlántico peninsular y todo el Mediterráneo, con una cifra estimada de 26.000 seres humanos muertos en los naufragios de pateras”. El candidato también ha defendido el papel de la sanidad privada y ha lamentado “un aumento de la criminalidad. “No dejan de crecer las agresiones sexuales a mujeres en España”.

En política exterior, ha hablado de la guerra en Ucrania: “Ha tenido que venir Estados Unidos a traernos una guerra y va a tener que venir China a sacarnos”. También ha expuesto un asunto que no salía desde hace tiempo en el Congreso: “Hay que acabar con la situación de Gibraltar (...) la única colonia europea que queda, es intolerable, que se blanquean capitales, se hacen contrabandos ilegales”.

Su discurso ha tenido incluso espacio para afrontar los problemas medioambientales del país: “Tenemos el problema de unos incendios que se llevaron 250.000 hectáreas”, aseguró Tamames antes de proponer un “cuerpo de voluntarios ecológicos” para cuidar mejor de los boques. Si intervención ha terminado con lo esperado: “Un cambio radical” para España que pasa por unas elecciones generales el próximo 28 de mayo. Ninguna de sus palabras mereció un simple aplauso de la bancada del PP.

La réplica de Sánchez

Sánchez arrancó su réplica acusando a Tamames de “blanquear con su candidatura a un partido que rechaza la igualdad entre hombres y mujeres y niega la evidencia del cambio climático. Un partido que criminaliza a los inmigrantes y ha pedido la ilegalización de partidos políticos por defender ideas que no coinciden con las suyas. No creo que esta sea la mejor idea que ha tenido en su vida”.

Para prosperar este miércoles, la moción de Vox necesita recabar 176 votos y, salvo sorpresa mayúscula, solo va a recibir el apoyo de los 52 diputados de la ultraderecha. La de hoy es la sexta moción de censura de la democracia, la segunda que propone Vox en esta legislatura y la primera en la historia encabezada por un candidato independiente, sin vinculación orgánica con el partido que le presenta.