Yael Crupnicoff y el activismo ambiental: por qué cada vez más jóvenes levantan la voz ante la crisis climática

Yael tiene frente a su cara, a través de una videollamada, a Millie Bobby Brown, protagonista de Stranger Things y embajadora de UNICEF. Le hace una pregunta acerca de la brecha generacional y las acciones colectivas que pueden realizar los jóvenes para ser escuchados. La actriz no solo la responde, sino que elogia su participación en La lección más grande del mundo, evento que impulsa UNICEF con el fin de reflexionar sobre salud, educación y activismo. También recibe el visto bueno de Henrietta Fore, Directora Ejecutiva del organismo.

Corría el año 2020, momento de pleno encierro por la pandemia, y la joven argentina experimentaba ser la portavoz de los jóvenes de América Latina, una vivencia que le dio visibilidad, reconocimiento y responsabilidad. “Fue una experiencia hermosa. A mi UNICEF me dio la posibilidad de hablar y de trabajar con gente grande que está haciendo cosas increíbles”, recuerda, sin dejar de mencionar la importancia de ocupar un lugar real: “Tuve la posibilidad de hablar con esas personas y de trabajar con UNICEF, armar algo interesante con ellos y no simplemente estar sonriendo en el fondo”.

A casi dos años de aquel evento, Yael no se detiene. Como militante, activista y artista, se dispone a volcar toda su experiencia en una idea grande, integradora y que busca soluciones concretas. Tekohá se define como una incubadora vivencial de proyectos, y es el espacio donde la joven estuvo trabajando durante los últimos años. El 1 de junio abre su primera convocatoria para que todos los jóvenes de Argentina y Uruguay que se encuentran cursando los dos últimos años de la escuela secundaria, puedan postularse y presentar sus ideas, siempre atravesadas por el objetivo de generar un desarrollo sustentable.

La pregunta que realizó en la cita de UNICEF no es casualidad. Crupnicoff dispone su energía para que las y los adolescentes se adueñen de espacios reales, eleven su propia voz y tengan peso en las decisiones importantes. “A eso viene Tekohá, que lo construimos entre un montón de jóvenes que tuvimos la posibilidad de participar de experiencias increíbles, de capacitarnos y de estar en foros a nivel internacional en donde se escucharon nuestras voces”, afirma y remata: “queremos generar eso para más personas, sobre todo para aquellas que hoy en día sabemos que no están siendo representadas”.

La construcción

Yael Crupnicoff se describe como estudiante, artista y activista. Mientras cursaba la escuela secundaria, egresó de los clubes TED-ed, un programa de TEDx Río de la Plata orientado a que los jóvenes desarrollen sus ideas, sus capacidades oratorias y su potencial de liderazgo. “En 2019, justo antes de que empezara la pandemia, hablé en Tecnópolis durante el último evento presencial que tuvo TEDx Río de la Plata”, cuenta y reflexiona: “fue como el principio de esta cuestión, yo tenía 17, era muy chica y no esperaba para nada todo lo que desató”.

Paralelamente, encontró su espacio en Jóvenes por el clima, organización internacional que impulsa acciones contra el cambio climático. Crupnicoff sostiene que todas las injusticias sociales se encuentran agravadas por esta realidad, por lo que decide enfocar su militancia y su trabajo actual en proyectos que generen cambios concretos, dada la urgencia que tiene modificar la conducta humana para reducir los niveles de contaminación ambiental.

Con 19 años y un amplio recorrido, Yael prepara un proyecto nombrado Tekohá, cuyo significado en guaraní es “el lugar donde somos lo que somos”. Allí puede volcar toda su experiencia como comunicadora y referente. Representar a los jóvenes es también darles voz y participación, ideas que forman la columna vertebral del proyecto. La joven y sus compañeros del equipo organizador establecieron la fecha de octubre del 2022 para desarrollar el primer encuentro vivencial, que ocurrirá en la ciudad uruguaya de Colonia del Sacramento. Allí se brindarán diferentes talleres, capacitaciones y debates sobre cómo generar cambios que mejoren la realidad de un fenómeno que ya afecta gravemente a las generaciones actuales, pero que, si no se tuerce el timón, tendrá aún peores consecuencias para las futuras.

Un proyecto para ampliar voces

Entre el 6 y el 10 de octubre, las y los participantes tendrán la posibilidad de acceder a un seminario con debates, capacitaciones, talleres y actividades al aire libre. La idea es interiorizarse y pensar acciones colectivas que aporten a frenar el cambio climático, por lo que el contacto con la naturaleza se vuelve fundamental. De esta manera, las jornadas se desarrollarán en un campamento frente al Río de la Plata, con el objetivo de estar atravesados por el entorno. “La idea es aprender de la naturaleza de forma vivencial, teniendo actividades en el predio, aprovechando el río y los bosques para entender cómo funcionan y cuál es su importancia para el ecosistema”, relata.

Los requisitos de la inscripción son muy simples: estar cursando el secundario en Argentina o en Uruguay y estar interesado en la justicia climática. La experiencia es gratuita, una decisión orientada a ampliar la diversidad de voces para un problema que atraviesa todos los estratos sociales. “Cualquier tipo de desigualdad en el mundo, ya sea el machismo, el racismo o la brecha económica, está siendo amplificada por la crisis climática. Y eso es algo que muchas veces la gente no sabe”, comenta y agrega: “Tekohá una experiencia gratuita para todos aquellos que participan, así que estamos con muchas ganas de que la convocatoria sea lo más abierta posible y que llegue a un montón de personas que quizás de otra manera no podrían acceder a esta clase de actividades”.

Pero la posibilidad más importante que ofrece Tekohá es que los jóvenes pueden presentar sus propios proyectos, recibir orientación y apoyo de diferentes actores que estarán presentes. Quienes tengan una idea, la podrán desarrollar a través de las jornadas en grupos de 5 personas, para mostrar, al final, el Mínimo Producto Viable (MPV), es decir, la misión, la visión y los objetivos del mismo. Diferentes colaboradores, instituciones y potenciales financiadores escucharán las propuestas y brindarán orientación al respecto. “Queremos que, después del campamento, estos proyectos sigan creciendo, que cada equipo adquiera un mentor y que los chicos sigan formando parte de una red que les permita relacionarse”, explica Yael, y concluye: “La idea es que el campamento no sea el final de nada, sino el principio de toda una experiencia”.

Por una educación ambiental

Crupnicoff es consciente de las deudas que los líderes mundiales mantienen en cuestiones medioambientales. Los compromisos asumidos en la COP26, última Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, no parecen suficientes para afrontar el objetivo de que la temperatura media global no supere los 2º centígrados con respecto a los niveles preindustriales. “Las metas que se terminan estableciendo no llegan a representar los grandes saltos que se requieren para alcanzar el punto de no retorno, y eso a los jóvenes siempre nos hizo ruido”, comenta.

Por otro lado, en Argentina existen dos leyes orientadas a generar mayor capacitación sobre materia ambiental. La Ley Yolanda, sancionada en noviembre del 2020, tiene por objetivo formar de manera integral al personal del sector público, mientras que la Ley de Educación Ambiental Integral, sancionada hace poco más de un año, plantea incorporar el tema como política pública en los diferentes ámbitos educativos, tanto formales como informales. “Me parece que hay un avance entre lo que pasaba en 2017 y lo que pasa hoy, pero también creo que falta mucho”, expresa Yael, y aclara: “pienso que la educación ambiental debe empezar mucho más temprano, y que debe estar ligada a lo conocido, a lo cercano, no a datos abstractos”.

En este sentido, el aporte de Tekohá se expresa en la búsqueda de soluciones concretas a escala regional o local, que puedan generar un conjunto de cambios significativos impulsados por la urgencia que requiere frenar el cambio climático. “El verdadero activismo no se basa solamente en pensar que todo está mal, sino en tratar de buscar soluciones, incorporar herramientas del ámbito de la comunicación, de la tecnología, de la educación, del emprendedurismo”, opina y agrega: “Desde Tekohá lo que buscamos es una manera de educar sobre la crisis climática que tome aspectos de todas estas disciplinas, y darte la posibilidad de que vos puedas generar en tu ciudad, en tu barrio o en tu comunidad, un cambio pequeño pero concreto”.

--¿Cuál es tu sueño para Tekohá en los próximos años?

--Que los proyectos que hayan armado los jóvenes cobren vigencia y aprovechen lo que nosotros le podemos dar, es decir, capacitación, mentoría, alianzas y, sobre todo, redes de personas interesadas en generar soluciones innovadoras”.

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