Disciplina Positiva, un modelo de crianza y educación que impulsa relaciones mutuamente respetuosas

En un encuentro organizado por Ticmas, la Lic. Vanesa Gómez habló ante padres y educadores de un modelo de relaciones que requiere el desarrollo de habilidades y estrategias de conexión, liderazgo y una comunicación diferente

Compartir
Compartir articulo
Vanesa Gómez
Vanesa Gómez

Entre los paradigmas educativos marcados por el autoritarismo o por la permisividad total, ¿existe un camino equilibrado, un camino que se mueva con solvencia lejos de los extremos? ¿Es posible plantear un ambiente familiar y escolar que se sostenga en valores compartidos y el respeto mutuo?

En un encuentro organizado por la solución educativa Ticmas, la Lic. Vanesa Gómez habló ante padres y educadores de la Disciplina Positiva, un modelo que aboga por el establecimiento de relaciones mutuamente respetuosas en la familia, en la escuela y en la comunidad, que requiere el desarrollo de habilidades y estrategias de conexión, liderazgo y una comunicación diferente.

“La Disciplina Positiva”, señaló Gómez, “se apoya en una filosofía humanista; tiene una forma de entender a las personas, de comprender las necesidades para crecer y prosperar. Nos marca un camino, una forma de vincularnos. Si nos remontamos a los años 60, 70, 80, nos encontramos que tanto en la familia como en la escuela, los adultos queríamos niños obedientes y sumisos que cumplieran todas nuestras expectativas. Los recursos de ese paradigma eran premios y castigos como una forma de manipular las conductas. Había mucha crítica y estaba la idea de que tenías que sentirte un poco mal para aprender”.

Con el tiempo, la mirada sobre los niños fue cambiando y ya no se espera que los chicos digan a todo que sí. La expectativa es por lograr ciertas habilidades, responsabilidades, que sean emprendedores y que puedan vivir con otros, pero no por miedo sino por un entendimiento de la vida en común. “Esto que deseamos”, siguió Gómez, “implica un cambio a nivel de paradigma educativo y de crianza”. Pero esa búsqueda puede terminar por caer en el otro extremo. “A veces, los padres y educadores se vuelven permisivos, porque quieren que los chicos tengan una infancia feliz y una adolescencia feliz y que tengan todo lo que nosotros no tuvimos, y en este deseo genuino a veces hacemos que feliz sea sinónimo de fácil, cómodo y divertido”.

Lejos de pensar el sufrimiento como una forma de obtener el aprendizaje, la Disciplina Positiva considera, sin embargo, que es importante no negarlo. “El sufrimiento y la decepción forman parte de la vida”, dice Gómez. “Es algo que tenemos que transitar. No se trata de allanar el camino para que no haya piedras, si no justamente de acompañarlos en el crecimiento y hacer que puedan aprender de los errores, los fracasos y que se nutran de herramientas para que como adultos puedan llegar a desarrollar una vida plena y vivir en sociedad”.

Ver la entrevista completa en el canal de YouTube de Ticmas.