Funes de Rioja: empresarios "garrochistas", dólar, reforma laboral y su opinión sobre Alberto Fernández y Lacunza

El presidente de Copal y CICyP y vice de la UIA habló con Infobae sobre la actualidad económica de la Argentina

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Daniel Funes de la Rioja
Daniel Funes de la Rioja

Como a buena parte del establishment local, a Daniel Funes de Rioja lo sorprendió el resultado de las PASO. "Se sabía quién iba a ganar, pero la diferencia…", dice este abogado laboralista, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) y del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), y vice de Unión Industrial Argentina (UIA).

Funes de Rioja habló con Infobae sobre el contexto económico, el cimbronazo de los mercados post PASO, su opinión de Alberto Fernández y del nuevo ministro Hernán Lacunza. Además, de cómo cree que tendría que ser una eventual reforma laboral y de las posibilidades de que se lleve adelante con la fórmula Fernández-Kirchner en el gobierno.

— ¿Cómo evalúa lo que pasó después de las PASO?

El dato de que el viernes anterior hubiera una reacción de los mercados muy positiva, muy favorable para la Argentina, también fue sorprendente. La sorpresa para arriba se convirtió en una sorpresa para abajo. Aparecieron los temores porque somos defaulteadores seriales, y esa fue la primera hipótesis. Segundo, no tenemos estabilidad macroeconómica. Por eso la reacción de las primeras horas.

Se ha hablado de “garrochistas”, pero esos son los que simplemente saltan para ubicarse en el Gobierno, no los que dialogan para ver cómo se convive y para desarrollar mejor su actividad

— ¿Cree que hubo una sobrerreacción del mercado?

— Puede ser. En todo caso, hay que dejar pasar un poco de tiempo para ver si los mercados se estabilizan. Quizás hubo una anticipación de consecuencias.

— ¿Lo conoce a Alberto Fernández?

— Lo conozco desde hace muchos años. Me ha tocado dialogar mucho con él. Como funcionario siempre fue dialoguista, responsable y tuvo siempre autonomía de pensamiento, eso lo demostró en su carrera política y en su relacionamiento con otros líderes.

— ¿Si resulta electo realmente va a gobernar él?

— Yo no hago política partidista. Parto de la base que tenemos un sistema institucional donde el presidente tiene una responsabilidad. En la mayoría de los países que han elegido un sistema de división de poderes basado en el presidencialismo, el mandatario cumple un rol muy fuerte, muy claro.

Funes de Rioja, es vicepresidente de la UIAFunes de Rioja, es vicepresidente de la UIA

— ¿Y al ministro Hernán Lacunza, lo conoce?

— Lo he visto alguna vez y lo traté. Le tengo respeto. El 60% de la industria alimenticia de Argentina está en la provincia de Buenos Aires. Es un funcionario muy responsable, muy serio. No tengo ninguna duda de que es un hombre con condiciones para enfrentar esta situación tan compleja como la que toca, de tanta fragilidad.

— Después de las PASO hubo empresarios que fueron a ver a  Alberto Fernández y recibieron algunas críticas. ¿Qué opina?

— Hay que tener cuidado con las sátiras que pueden ser duras. Lamentablemente yo he vivido la Argentina de la conspiración y vi como el que no estaba de acuerdo iba a la vereda de enfrente. Lo lógico es dialogar con quien podría ser gobierno y buscar consensos. El empresario no está para hacer política partidista, más allá de que el ciudadano empresario tenga sus preferencias. Se ha hablado de "garrochistas", pero esos son los que simplemente saltan para ubicarse en el Gobierno, no los que dialogan para ver cómo se convive y para desarrollar mejor su actividad.

Hay que dejar pasar un poco de tiempo para ver si los mercados se estabilizan

— ¿Algunas de las instituciones empresariales en las que está involucrado pidieron o van a pedir reuniones con Fernández?

— Desde ya. Antes de las PASO, CICyP convocó al presidente Mauricio Macri, a Alberto Fernández y a Roberto Lavagna. UIA y Copal van a tener contacto con los candidatos y sus equipos, pero con las agendas propias; también con quienes tendrán fuerzas políticas parlamentarias de peso. La Argentina tiene que tener una agenda pública de políticas de Estado transversales que sobrepasen los mandatos. Estas turbulencias económicas y políticas no se presentan cuando hay ejes consagrados y acordados. Hoy, por ejemplo, aparecen dudas sobre qué va a pasar con el Mercosur y eso no puede pasar.

La medida del IVA cero es buena, la decisión de instrumentación también. Pero para ser efectiva tiene que llegar al consumidor

— ¿Cree que en un eventual gobierno de Alberto Fernández se va a poder avanzar con el acuerdo con la Unión Europea?

Argentina tiene que celebrar la negociación y que entre multilateralismo y unilateralismo estemos en el multilateralismo. Una negociación de bloques es algo inteligente. Después, los contenidos, las transiciones, la sensibilidad de cada sector y los tiempos, son cuestiones que deben estar en una mesa. El marco está fijado. Mercosur y Unión Europea sí, pero teniendo en cuenta las circunstancias. Copal celebró la firma del tratado porque llegamos a exportar USD 30.000 millones en alimentos industrializados en 2011 y ahora estamos, dentro del panorama de contracción, en USD 25.000 millones, e importamos USD 1.500 millones. La integración nos conviene, pero hay que mirar qué, cómo, cuándo y que sea una negociación siempre de doble vía.

El año pasado, el empresario presidió el B20 (Nicolás Stulberg)
El año pasado, el empresario presidió el B20 (Nicolás Stulberg)

— ¿Cuál cree que es la mejor forma que transcurran las semanas hasta las elecciones?

— No me gustaría que pase lo que pasó en las primeras 48 horas luego de votar. Quiero lo que he visto en los últimos días, donde el presidente habla con Alberto Fernández, donde los equipos técnicos se reúnen. La política no es guerra.

— ¿Coincide con el Gobierno en que la prioridad es controlar el dólar?

— Argentina no va a conseguir una estabilidad de la noche a la mañana que elimine ese riesgo de encadenamiento entre dólar, inflación y tarifas. En este paso a paso que implica superar la coyuntura y estabilizarse cambiariamente –y si se puede inflacionariamente–, necesitamos previsibilidad para inversiones, crecimiento, empleo y conseguir una reducción clara y definitiva de la pobreza. Los economistas de la oposición que se reunieron con el Gobierno, también coinciden en las urgencias. Desde el sentido común el dólar es un tema central. La implementación de la moratoria de la AFIP es una medida importante para las Pymes y las economías regionales.

Junto a Adrián Werthein, el anterior presidente del Cicyp (Maximiliano Luna)
Junto a Adrián Werthein, el anterior presidente del Cicyp (Maximiliano Luna)

— ¿Cómo evalúa la medida de quita del IVA a los alimentos básicos?

— La pedimos en 2015. En ese momento hablábamos de bancarización de ese crédito, pero el objetivo final es que llegue al consumidor. Argentina es un país con altísimos índices de informalidad y no queremos que la quita del IVA se diluya en esas informalidades. Hay 40% de impuestos sobre los alimentos –entre Nación, provincias y municipios– y 50% sobre las bebidas. Los argentinos tenemos presión fiscal por el lado de Ganancias, pero además otra fenomenal por el lado de los consumos. Ahora se están ajustando cuestiones de implementación en lo que hace a monotributistas porque el problema de la dilución puede aparecer ahí. En las grandes cadenas, autoservicios, además de los supermercados, no existe ese tema. La medida es buena, la decisión de instrumentación también.

— ¿Cómo se hace para que llegue al consumidor?

— Las cadenas formales le venden al consumidor, hacen el descuento del IVA y tienen un crédito fiscal contra el Estado. Ahora, en monotributistas la cosa no es tan neta, y hay cuestiones técnicas que se están discutiendo entre la AFIP y la Secretaría de Comercio.

Quiero lo que he visto en los últimos días donde el presidente habla con Alberto Fernández, donde los equipos técnicos se reúnen. La política no es guerra

— Antes de las PASO habló de reforma laboral y usó el concepto de "descontratar empleados".

— Yo no hablo de reforma sino de una nueva visión con varios ejes. Hay nuevos trabajos basados en plataformas y no se les puede dar las mismas respuestas de la primera y segunda revolución industrial porque estamos en la cuarta. Argentina tiene que hacer una revolución educativa para implementar la transformación tecnológica.

— ¿En concreto, cuando habla de reforma laboral, qué cambios tendría que incorporar?

— Estas nuevas formas de organización del trabajo suelen ser temporarias y circunstanciales. ¿Es una relación de dependencia o no? Discutámoslo en cada caso. ¿Va a tener la misma protección que la Ley de Contrato de Trabajo?  Y, no generalizamos. Tiene que estar la posibilidad de contratar y descontratar de la misma manera que se hace en la construcción. Y eso no es despedir, está más cerca de una locación de servicios. Además, las micro y pequeñas empresa en Argentina tienen algunas normas que generan una fortísima litigiosidad. Uno lo ve en el NEA y en el NOA, con trabajos de baja calificación con altos impuestos que terminan en la economía informal. También hay que prestarle atención a temas de encuadramiento: hay actividades nuevas con lucha entre sindicatos que a veces se resuelven no por la ley sino en la esquina, por bloqueos o acciones de esa naturaleza. Hay empresas de 20 empleados, sobre todo en el interior, que tienen más delegados que trabajadores.

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