Crecen los plazos fijos del sector privado en los bancos: ¿un brote verde financiero?

Por Nicolás Hernán Zeolla, Economista del CESO/CCC

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La recesión económica puso un freno a la dolarización de carteras. (Adrián Escandar)

Además de la tranquilidad del dólar, enero de 2019 trae consigo otras novedades en términos financieros. En este caso es aparece la recuperación de los plazos fijos en pesos del sector privado en los bancos.

Fuente: elaboración propia en base a BCRA

Como se observa en el gráfico, hacía un par de meses atrás se había registrado una tendencia similar, aunque en este caso existía un transitorio derivado de la desaparición de las LEBAC.

Para tener una idea, entre el 18 de septiembre y el 16 de noviembre de 2018, un lapso de dos meses, vencieron $364.000 millones de LEBAC en manos del sector privado no financiero, de los cuales se constituyeron más de $150.000 millones de depósitos a plazo fijo en pesos. Unos $117.000 millones (USD 3.100 millones) se fueron en la compra de dólar billete y el resto ($96.000 millones) se fueron a la compra de otros títulos más sofisticados como LECAP.

Para muchos de estos inversores la alternativa de invertir en un plazo fijo (muchas veces vía el mismo banco) parecía un sustituto fácil para una inversión en pesos, aunque la tasa fuera menor a la de LELIQ.

Sin embargo, y junto con la calma del dólar, enero de 2019 parece traer consigo un nuevo repunte de los plazos fijos. Según información del BCRA sobre depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado, en los 25 días hábiles que van el 6 de diciembre de 2018 al 9 de enero de 2019 (último dato disponible) los plazos fijos crecieron desde los $944.648 millones a los $1.007.067 millones, el equivalente a $62.383 millones (USD 1.600 millones). En la comparación mensual esto significa un crecimiento del 8% mensual y un 65% anual.

Junto con la calma del dólar, el primer mes de 2019 parece traer consigo un nuevo repunte de los plazos fijos

Durante este periodo la tasa de plazo fijo en entidades públicas llego a ser del 45% anual para depósitos a 30 días durante el mes de diciembre. Es decir, un crecimiento de los depósitos a plazo fijo además de su propia capitalización, que entusiasma a muchos oficialistas y podría dar lugar a un brote verde financiero.

Sin embargo, hay tres cuestiones a atender. En primer lugar, la fuerte caída de la dolarización, es decir la demanda de dólares por parte de ahorristas, obedece fundamentalmente al efecto recesivo sobre los ingresos de la población.

En segundo lugar, está el costo de la retención de estos pesos en el mismo circuito financiero, en especial la presión hacia la baja en la actividad económica real que produce las altas tasas de interés sobre crédito productivo.

En tercer lugar está la tendencia subyacente de los ahorristas argentinos hacia la dolarización, en especial en un contexto de incertidumbre electoral. Y aunque el Estado nacional es superavitario en divisas en 2019 a partir del adelantamiento de los fondos del FMI, el sector privado no lo es. Hacia adelante, la dinámica electoral podría presionar hacia una mayor demanda de dólares, haciendo peligrar el cumplimiento de las metas sobre el piso mínimo de reservas en el BCRA.