En todas las charlas sobre el futuro del trabajo siempre se dice que los empleos que van a perpetuarse, cuando robots y algoritmos se adueñen de los cajeros de supermercados y transporte público, van a ser aquellos en que las personas tengan un valor agregado irremplazable por la tecnología. Ese "toque humano" es la mayor ventaja que alguien que busca mantener su puesto de trabajo puede tener.
El rubro de los denominados roboadvisors busca automatizar las decisiones de inversión, ya sea a través de la aplicación automática de estrategias de inversión o del armado de las mismas a través del uso de algoritmos y big data. Este tipo de existencias son cada vez más recurrentes y más grandes como jugadores del mundo financiero.
El roboadvisor más grande del mundo, Betterment, tiene cerca de USD 10.000 millones bajo manejo. Cobrando una comisión a sus clientes de 0,25% para todas las cuentas de menos de USD 100.000, la primera introducción al cliente es a través de un cuestionario en su sitio web o su app (disponible para Android y iOS) en el que se definen los objetivos de inversión de uno y su tolerancia al riesgo. Betterment no tiene un mínimo necesario para abrir una cuenta.
Dos asesores digitales dentro de este universo que mueve miles de millones de dólares tienen una tonada argentina. La primera es iBillionaire, desarrollada por el argentino Alejandro Estrada y el ecuatoriano Raúl Moreno. La otra es Quiena, creada por Nicolás Galarza. Ambas operan con acciones de los mercados bursátiles estadounidenses, aunque su desembarco a nivel internacional es "inminente", de acuerdo a lo expresado por los ejecutivos de las dos empresas.
iBillionaire se destaca por su oferta de llevar a cabo la apertura, manejo, y cierre de una cuenta 100% desde su aplicación móvil. El proceso empieza con un cuestionario al usuario sobre su historial de inversión y preferencias personales, y a partir de las respuestas la plataforma le ofrece al usuario algunos de los 36 portfolios pre-armados por iBillionaire.
El armado de esos portfolios es en iguales partes producto del análisis del equipo de iBillionaire, uso de datos y automatización. Los portfolios pueden ser tan simples como los temáticos (por ejemplo, el Unicornios Latam, compuesta por inversiones en Mercado Libre, Globant y Despegar) o complicados como los que siguen las estrategias de inversión de megajugadores financieros como Warren Buffett o Carl Icahn (producto de un algoritmo que identifica las inversiones y las copia).
“El ser humano como trader en las finanzas va a desaparecer”, proyecta Raúl Moreno, CEO de iBillionaire
La empresa luego recurre a un equipo de brokers, quienes ejecutan las estrategias de inversión de cada portfolio. Pero también este rol no parece tener mucha expectativa de vida, de acuerdo a Moreno. "Estoy seguro que en 10 años el ser humano no va a 'tradear'. El broker como persona desaparece totalmente", explica el CEO.
El usuario luego tiene como opción elegir períodos semanales o mensuales para que se saquen automáticamente de su cuenta montos definidos y se reinviertan en los portfolios.
El mínimo necesario para poder abrir una cuenta es USD 5, que son depositados en cuentas vinculadas a bancos de Estados Unidos (por ahora) que cumplan con regulaciones de cada país. Además se deben completar las autorizaciones que corresponden para hacer pagos y recibir fondos del exterior. Las cuentas entre USD 5 y USD 3.000 pagan a modo de comisión USD 1 por mes. Para cuentas mayores de USD 3.000 la tasa cobrada por iBillionaire es 0,65% anual.
Ajuste sobre la marcha
La ejecución del portfolio es un rubro en el que Galarza cree que la automatización provee el mayor beneficio. En Quiena, además de una serie de portfolios temáticos en sectores que van desde lo energético a incluso la marihuana medicinal, la automatización está presente en todo momento.
El proceso de inicio en Quiena no es demasiado distinto al proceso en otros roboadvisors. Un cuestionario es el que define el nivel de retorno deseado por un portfolio y el tipo de inversión que toman preferencia. La diferencia aparece cuando Quiena le muestra al usuario el nivel de riesgo que ese portfolio conlleva. En definitiva, el usuario sabe qué tanto puede variar la ganancia de ese portfolio teórico. Y decide si está dispuesto a aceptar ese balance.
"A partir de ahí, nuestros programas hacen un análisis continuo de cómo el portfolio en la vida real está desarrollándose respecto de ese primer portfolio 'ideal' que el cliente eligió. Si en cualquier momento el real se desvía del teórico, automáticamente se hacen los ajustes en inversiones para que se vuelva a los parámetros de riesgo-retorno elegidos", dice Galarza, quien fundó Quiena hace apenas unos años y con 25 años es uno de los jugadores más jóvenes del sistema.
Si bien en Quiena no hay un monto mínimo para abrir una cuenta, se pide un pago único de USD 50 y se cobra una comisión equivalente a 0,1% mensual del valor del portfolio. Quiena por ahora cuenta con su versión web y no tiene una aplicación móvil, aunque al sitio puede accederse también desde el celular.
Los números que se vienen
Los casos de Quiena e iBillionaire muestran que el sector de la consejería robotizada crece con una velocidad que no afloja. En la empresa manejada por Moreno calculan que al día de hoy tienen 6.000 cuentas (por un monto total de USD 11 milliones) que invierten en algunos de los activos ofrecidos, mientras que desde Quiena tienen 1.200 cuentas bajo administración, por un monto total de USD 2,6 millones. "Desde hace un año que venimos creciendo a una tasa de 8% semanal", asegura Galarza.
Seguí leyendo: