Sequía: la Argentina tuvo que triplicar sus importaciones de soja y se espera un récord histórico de compras

Así lo indican informes privados y analistas de mercado. Se espera que durante el año, el sector importe 10 millones de toneladas para suplir las mermas producidas por la sequía

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La sequía derivó en un fuerte aumento de las importaciones de soja. REUTERS/Paulo Whitaker
La sequía derivó en un fuerte aumento de las importaciones de soja. REUTERS/Paulo Whitaker

La sequía que vivió Argentina durante tres años consecutivos, pero que se profundizó de manera extrema en la última mitad de 2022 y principios de este año, no solamente tuvo como resultado un desastre productivo en lo cultivos centrales para el país casi inédito en nuestra historia, sino que también puso en jaque el principal complejo industrial y exportador: el sojero.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se espera una producción de soja para la presente campaña de 23 millones de toneladas, volumen casi 60% inferior a lo obtenido durante el ciclo 2021/22, lo que implica no solamente una fuerte caída en las exportaciones, sino que también un serio riesgo de provisión de materia prima para la industria procesadora. Es por eso que Argentina lleva importadas 1,8 millones de toneladas de soja solo en el primer trimestre del año, un volumen que multiplica por tres los registros anteriores para la misma época del año y que perfila al país para “romper todos los récord” en este sentido.

De este total, 1,4 millones de toneladas provinieron desde Paraguay, que llegan principalmente a través de la hidrovía Paraguay-Paraná, y unas 0,4 millones de toneladas provenientes de Brasil, que entran principalmente por buque este año. “Si bien es una práctica habitual para la industria local la importación de soja desde Paraguay para moler y exportar como aceite y subproductos, que siempre es bien recibida dado que ingresa antes que la cosecha nacional y por poseer buenos niveles de proteína, el volumen ingresado este año prácticamente triplica al 2022″, dijeron desde a entidad bursátil.

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Según explicó el ex subsecretario de Mercados Agropecuarios y analista Javier Preciado Patiño, con este panorama productivo, “la oferta de materia prima para la industria aceitera se limita severamente” y consideró que “la disponibilidad de la cosecha argentina apenas garantizaría seis meses de molienda, además de que la calidad de la materia está siendo mala, con alta proporción de granos verdes y granos dañados lo cual afecta la calidad del aceite”.

“Ambas razones llevan a la necesidad de importar soja de los países limítrofes. En este sentido se estima que la industria aceitera argentina necesitaría no menos de 10 millones de toneladas para sostener una base de actividad, sostener los empleos y seguir generando divisas para el país”, dijo Preciado Patiño, que puntualizó en marzo se alcanzó un récord de importaciones de soja para un único mes, con 1,39 millón de toneladas, de las cuales 1,17 millones de toneladas provino de Paraguay y 220.000 de Brasil. Este volumen representó el 66% de la molienda durante el mes de marzo, que fue de 2,11 millones de toneladas.

Es tal la magnitud de la sequía y el desastre productivo que generó en el cultivo de soja, que la cuestión de que Brasil espere una cosecha récord funciona como una suerte de alivio para nuestra industria. “Resulta una noticia positiva en tanto que puede abastecer a la industria local de materia prima. Algunas estimaciones prevén que el 50% de la soja importada venga de Paraguay y otro tanto de Brasil. En los próximos meses deberíamos ver una aceleración de las importaciones, en función de las necesidades de la industria y de las relaciones de precios. Deberían ser unas 10 millones de toneladas, mínimo”, culminó el ex funcionario.

Tsunami

Si bien la cosecha de la oleaginosa se encuentra en pleno proceso, a medida que avanzan las máquinas, los rendimientos continúan bajando, por lo cual los ajustes sobre las estimaciones de producción se vuelven crónicos. En base a esto, al flamante presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (ACSOJA), Rodolfo Rossi, consideró que al sector “le toca pilotear un tsunami. Yo no creo que tenga otra calificación lo que está pasando, la situación de este año es dramática”.

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Pero más allá de este panorama, los objetivos de ACSOJA son los mismos que tenían antes de la sequía y que se pueden resumir a que la producción de soja detenga su disminución y emprenda un camino que le permita sumar más toneladas y así hacer crecer al complejo. Por eso, aportan a “poder revertir la curva de descenso del principal sector de la economía argentina, que es la agroindustria sojera”.

“El primer objetivo de los cuatro más importantes que tenemos es ver de qué manera presionamos y se entiende dentro de la política, que la asfixia actual del sistema impositivo sobre la cadena sojera y el resto del sector si no cambia vamos a seguir cayendo. Esa es la conclusión principal, por eso que hay que trabajar con esto muy fuerte y convencer a las futuras nuevas autoridades”, dijo Rossi en diálogo con este medio.

El segundo punto central es poder “aumentar la producción, el área y la agroindustria, que está en una capacidad ociosa tremendamente baja, casi récord. Las exportaciones son las que generan la divisa que el país necesita y todo lo que sea promocionarlas es fundamental. Otro ítem es dar margen al productor para poder incorporar tecnología. Por supuesto que hay que sanear todo el tema de la cartera, la falta de capital con la que vamos a estar, si bien los productores han cancelado o han pagado algunos insumos y lo último, es tratar de seguir trabajando para cambiar algunos temas que afectan la competitividad de la cadena”.

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