Los complejos de maíz y soja aportarán más de USD 40.000 millones a la economía local en medio de la escasez de dólares

Son estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. El aporte de ambas cadenas sería récord este año gracias a los precios internacionales que se mantienen en niveles históricamente altos. Preocupación por un estancamiento en el aspecto productivo

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Una vez el campo y la agroindustria serán determinantes al momento de aportar dólares a la economía. (REUTERS/Bryan Woolston/Archivo)
Una vez el campo y la agroindustria serán determinantes al momento de aportar dólares a la economía. (REUTERS/Bryan Woolston/Archivo)

Argentina atraviesa hace ya varios años una crisis económica que no para de agudizarse y que pone en jaque a las diferentes actividades productivas y al bolsillo de los ciudadanos, que ven como la inestabilidad macroeconómica y la inflación socavan su poder adquisitivo y destruyen puestos de trabajo. No obstante esta difícil situación, el país sigue contando con un sector estratégico, responsable de que la economía todavía siga en pie y que aporta la dinámica y las divisas necesarias para todavía tener una suerte de horizonte.

Ese sector es el agro, que gracias a su eficiencia productiva, sus ventajas comparativas y los buenos precios internacionales, se erige como la espina dorsal de la economía argentina. Tal es así que se espera que este año la cadena del maíz aporte el récord de USD 20.397 millones, según adelantó el economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), Agustín Tejeda Rodríguez, durante una presentación realizada en el XVI Congreso Maizar 2022.

De esta manera, el producto bruto de la cadena del grano amarillo (cálculo en el que se tienen en cuenta la suma del valor que realiza cada uno de los eslabones del complejo) en la campaña 2021/22 escalará 14% respecto al ciclo productivo anterior y alcanzará a aportar el 3,6% del PBI del país. Así, desde la campaña 2015/16, el crecimiento del producto bruto del cereal creció 145% al pasar de USD 8.326 millones a los casi USD 20.400 millones previstos para este ciclo.

Para Tejeda Rodríguez, este crecimiento exponencial se vuelve mucho más destacable si se tiene en cuenta que en ese mismo período “la economía argentina estuvo básicamente estancada”. Por eso, subrayó que “la cadena fue la de mayor crecimiento durante las últimas campañas y es una de las que hace los mayores aportes al agro y a la economía en su conjunto, pero que tiene un potencial mucho mayor por transitar, en especial a lo que refiere la transformación del grano y la exportación de productos de mayor valor unitario o crecer hacia las carnes o lácteos, ya que la cadena ofrece muchas oportunidades”.

No obstante, señaló el economista de la BCBA, en las últimas campañas “se encendieron algunas señales de alarma en vista del estancamiento de las cantidades, ya que el crecimiento de los últimos dos ciclos se dieron por precio”. De hecho, el gran salto productivo se dio en el ciclo 2018/19 cuando se alcanzó las 52,3 millones de toneladas, volumen que en adelante no se pudo superar.

Detalles del aporte de la cadena del maíz. (Bolsa de Cereales de Buenos Aires)
Detalles del aporte de la cadena del maíz. (Bolsa de Cereales de Buenos Aires)

En ese sentido, el especialista posó sus ojos sobre la campaña venidera 2022/23, “donde hay mucha incertidumbre y todo el aporte está en juego”. Para Tejeda Rodríguez, el próximo ciclo “va a tener desafíos grandes por aumentos de costos, volatilidad, incertidumbre, acceso a financiamiento, el clima y la expectativa de mayores restricciones, lo que marca desafíos para mantener a la cadena en el camino del crecimiento. Por eso se plantea pensar en un marco de políticas necesario para que la cadena se mantenga en la senda de crecimiento, exponga todo su potencial y el productor y el resto de los actores de la cadena más herramientas para poder gestionar riesgos tan altos”.

Soja

Por su parte, la soja también hará un aporte récord, pero a diferencia del maíz, la cosecha de la oleaginosa ya finalizó. Según la Bolsa porteña, la campaña finalizó con una producción de 43,3 millones de toneladas, 200.000 toneladas por encima de lo obtenido en el ciclo 2020/21, pero 700.000 por debajo del escenario inicial planteado al comienzo de la siembra.

La merma se explica por las “altas temperaturas junto a lluvias por debajo a la media sobre el centro del área agrícola afectaron los cuadros de primera, mientras que heladas tempranas sobre el oeste y sur del área implantada generaron mermas en cuadros de soja de segunda mientras se encontraban en pleno período crítico”, marcó la entidad bursátil.

Si bien la soja atravesó una campaña afectada por la sequía, el aporte a la economía será importante por el buen escenario de precios internacionales.
Si bien la soja atravesó una campaña afectada por la sequía, el aporte a la economía será importante por el buen escenario de precios internacionales.

Más allá de esta situación, el rinde promedio nacional fue de 27,9 quintales por hectárea (qq/ha), un aumento de 4,1% en comparación al ciclo previo. Esto permitió que la caída interanual 600.000 hectáreas con respecto a la campaña anterior no fuera determinante en lo productivo, sobre todo si se tiene en cuenta que se obtuvo un mayor volumen que en el ciclo 2020/21.

Teniendo en cuenta estos números, la cadena de la soja aportará a la economía argentina USD 23.972 millones en el 2022 en valor agregado, lo que, de concretarse, significará un salto del 17,1% por encima del valor del año pasado, gracias a “la suba en los precios del cultivo, que superan los máximos de las últimas cinco campañas”, explicó la BCBA. Adicionalmente, generará exportaciones por USD 25.443 millones, lo que reportará un crecimiento interanual del 10% y aportará USD 10.489 millones en recaudación fiscal, superando en un 14,4% a lo tributado durante la campaña anterior.

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