El Gobierno asegura que la relación bilateral con EEUU es “muy buena” y que no hay tensiones por Rusia y Venezuela

La semana pasada hubo una serie de reuniones estratégicas en Washington. Energía, la región, la guerra en Ucrania y la agenda productiva

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Juan González, Gustavo Beliz,Jack Sullivan.y el embajador Jorge Argüello
Juan González, Gustavo Beliz,Jack Sullivan.y el embajador Jorge Argüello

Desde Washington, EEUU - Los funcionarios argentinos que visitaron esta capital la semana pasada no solo se abocaron a cuestiones económicas Si bien la atención la concentró la reunión del ministro de Economía Martín Guzmán con Kristalina Georgieva, la titular del FMI, y las reuniones técnicas para recalibrar el programa que se firmó hace apenas un mes, hubo otros encuentros, de perfil político, con altos funcionarios de la administración de Joe Biden.

El secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Beliz, por caso, se reunió con Jack Sullivan, principal asesor de la Casa blanca en temas de Seguridad Nacional y máxima autoridad del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Guzmán fue al Tesoro y el gobernador de Chaco, y Jorge Capitanich, al Banco Mundial, entre otras visitas en los alrededores de la Casa Blanca.

“Vínculo muy bueno”

“Tema totalmente superado del que no se habló estos días”, dicen en el Gobierno cuando se les consulta por cómo cayeron en EEUU los dichos del presidente Alberto Fernández, días antes de la invasión de Rusia a Ucrania, cuando en Moscú le ofreció a Vladimir Putin que Argentina sea la puerta de entrada a la región.

Guzmán y Georgieva en la reunión del viernes en el FMI
Guzmán y Georgieva en la reunión del viernes en el FMI

La relación bilateral con EEUU está muy bien, el vínculo es muy bueno. Es la continuidad de lo que venimos trabajando. Sullivan ayudó mucho en el proceso de normalización financiera y la relación con Juan González (director Principal del Consejo para el Hemisferio Occidental) y siempre es positiva y constructiva, fluye normalmente”, destacaron fuentes oficiales.

Las fuentes aseguran también que no hay roces por Venezuela y que si bien está cruzada por la guerra, “hoy, la agenda es productiva”. También restaron importancia a que Guzmán no se sumara al boicot de algunos países del G7 que se levantaron del plenario de G20 cuando hablaron los delegados rusos.

Con el acuerdo ya cerrado, el FMI no centralizó las conversaciones que mantuvieron los funcionarios del ala política del Gobierno en Washington. No se habló tampoco de las revisiones y los números finos, donde está el eje de las discusiones que tiene Guzmán por estas horas con el Fondo: en el organismo que preside Georgieva hablan de “recalibraciones” mientras que en el palacio de Hacienda prefieren usar el concepto de “repriorización”. Una batalla semántica que no parece importar mucho en el edificio de la calle 19, a pocas cuadras de la Casa Blanca, donde funciona el FMI.

Parte de esa agenda estratégica productiva bilateral se trató en la última visita de Sullivan a la Argentina, meses atrás, con foco en la economía del conocimiento, el litio, satélites y, claro, la energía. También hay otra pata de la relación que tiene que ver con el rol de EEUU en el contexto multilateral del organismo de crédito. Allí, los temas son inteligencia artificial, pymes 4.0, reconversión laboral, nuevas tecnologías, educación y cambio climático. De este último punto hablaron Beliz y John Kerry, exvicepresidente de Barack Obama, y responsable de los temas de cambio climático en el gobierno de Biden. La agenda se completa con dos pilares: seguridad energética y seguridad alimentaria.

El Gobierno hace hincapié en el cambio radical que hubo con la llegada de Biden a la Casa Blanca. Los funcionarios señalan que el vínculo es mucho más fluido que con Trump. En ese punto, fuentes consultadas por Infobae, celebraron que el vínculo entre EEUU y Venezuela, que generó la crisis energética y de precios del petróleo en medio de la guerra, avance y que, además, sea México el “intermediario” y no la Argentina.

Alberto Fernández y Vladimir Putin, en el Kremlin, en Moscú, en febrero de 2022
Alberto Fernández y Vladimir Putin, en el Kremlin, en Moscú, en febrero de 2022

“No hay presiones de ningún tipo en ese sentido. México está haciendo algún tipo de mediación y eso nos alivia bastante. Antes había un nivel de intensidad con el vínculo con Venezuela que hoy no existe”, destacaron.

Tampoco se habló por estas horas con los funcionarios de Biden del anuncio de Fernández de restablecer las relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro.

Energía

La energía es central para el mundo y también para el país. En medio de internas entre funcionarios y con la amenaza de un invierno complicado, el Gobierno también trabaja en una agenda a más largo plazo. En ese contexto, aseguran que para la energía “hay un paraguas”, más allá de las preferencias ideológicas y políticas de la Casa Rosada. En ese combo suman a Brasil, con quien trabajan en una suerte de unión energética sudamericana con la que sueña Guzmán, y condiciones cambiarías especiales. Básicamente, sacar el cepo y garantizar el acceso a dólares a quienes inviertan en el sector. El ministro ya trabaja en ese esquema.

Fernández y Joe Biden
Fernández y Joe Biden

Según los funcionarios con los que habló este medio, EEUU tampoco pone barreras a las inversiones energéticas chinas, y otras, en el país. El Gobierno está convencido de que la Casa Blanca tiene que reforzar el vínculo con la región, ser creativo, canalizar más financiamiento y “no quejarse tanto de la influencia China”.

Finalmente, Argentina presentó en DC el concepto de Ecotoken. La idea es hacer tokens de servicios ecosistémicos para canalizar recursos a la preservación de pulmones verdes para la humanidad, como el Impenetrable, en Chaco, usando blockchain y contactos inteligentes que registren esas contribuciones ambientales y que canalicen los fondos a esos servicios. “Es asociar de manera virtuosa el mundo cripto a la naturaleza. Podemos hacer un cambio gigantesco”, se entusiasman en el Gobierno.

La Cumbre de las Américas, que se hará en Los Ángeles a comienzos de junio y estará cruzada por la guerra, será otro termómetro de la relación bilateral de Argentina y EEUU.

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