Argentina está atravesando un duro momento tanto económico como social. La segunda ola de coronavirus se erige como una amenaza mucho más grave que el año pasado, con más 25.000 casos diarios y nuevas restricciones impuestas por el Gobierno, al mismo tiempo que la inflación se dispara, la pobreza se ubicó en el 42% a fin del año pasado y superó el 50% en el Gran Buenos Aires y las negociaciones con el FMI parecen estancadas. Sin embargo, hay un motor que sigue funcionando, alimentado con el combustible de los precios y el ímpetu de los productores del campo.
La cotización internacional de los granos se mantiene a niveles altos como hace muchos años no se veía. El valor de la soja en el mercado de Chicago se ubica en torno a los USD 520 la tonelada, mientras que hace un año rondaba los USD 315 la tonelada. El fuerte aumento, que también se dio en los cereales hizo que el impacto de la sequía en los granos gruesos no tuviera un efecto fue tan grave como en episodios anteriores (aunque fue muy heterogéneo), puede generar un ingreso récord de divisas que ayude a que el país, por lo menos, a que no caiga en un abismo.
Según un informe de la Fundación Mediterránea, las exportaciones de los principales granos y sus subproductos durante este año podrían alcanzar el monto récord de USD 34.400 millones, lo que supondría un salto de USD 8.100 millones respecto a lo ingresado en la campaña anterior. Claro que esta estimación está atada a que se logre producir cerca de 120 millones de toneladas entre cultivos de verano e invernales, como proyectó la institución, y a que se mantengan firmes los precios internacionales.
Para el especialista y autor del trabajo, Juan Manuel Garzón, “este año la economía argentina necesita en forma imperiosa cortar la racha de tres años consecutivos recesivos, iniciar un proceso de recuperación de los niveles de producción, empleo privado e ingresos, si se desea mejorar el bienestar social y contener la angustia de millones de personas que no tienen garantizado o tienen miedo de perder el sustento material para ellas y sus familias”.
“En este contexto tan difícil, una buena noticia es que el sector agropecuario aportará una cuota no menor para contribuir a la deseada recuperación económica, de la mano de una producción de granos que será interesante y un contexto internacional muy favorable en materia de precios internacionales. La suba de precios de las materias primas, es fuerte y será determinante para el sector y la economía como un todo”, remarcó Garzón.
Respecto a este último punto, el especialista señaló que “los valores de los granos se mantienen altos, y reina en el mercado una calma tensa, con actores expectantes y reactivos de información que sugiera profundizar la señal de escasez o bien iniciar el retorno hacia niveles de precios más cercanos a los que se observaran en los últimos años”.
Retenciones
Este panorama no solo trae cierta calma al Banco Central y al mercado de cambios que verá un considerable ingreso de dólares que podrían morigerar la falta constante de dólares del país, sino que también resultaría muy beneficioso para las arcas del Estado, sobre todo si se considera que las exportaciones de granos y sus subproductos son la base imponible más gravada por retenciones, “por lo que el aporte en concepto de recaudación de los impuestos a las exportaciones también apunta a crecer mucho este año”.
Este fenómeno ya se está dando en el primer trimestre del año, con un recaudación vía retenciones (teniendo en cuenta la recaudación total de todos los productos que están atados a este impuesto, no solo agrícolas) que alcanzó los USD 2.341 millones, monto que duplica la recaudación del año pasado respecto al mismo período y que, medida en pesos, representa un incremento del 190% ($215.000 millones).
En este sentido, Garzón aclaró que “si bien resulta difícil discriminar cuánto de este aumento de recaudación corresponde efectivamente a las mayores exportaciones de materias primas agrícolas, al ser los productos que pagan las tasas más altas y los únicos que están creciendo en exportaciones en lo que va del año, no es descabellado pensar que al menos el 75% de la recaudación total y del incremento se atribuyen al sector”.
Así, teniendo en cuenta esta tendencia y el flujo récord de exportaciones que se esperan para esta campaña, el Tesoro nacional podría recibir a partir los derechos de exportación que pesan sobre la exportación de los granos y los subproductos, unos USD 7.800 millones o 780.000 millones de pesos a cambio oficial. De concretarse este guarismo, el incremento respecto a la campaña anterior sería de USD 2.000 millones.
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