Martín Guzmán, desde París: “Como no logramos una coordinación voluntaria con las empresas, el Estado tuvo que actuar y se reforzaron los controles”

El ministro de Economía recibió a Infobae en París, antes de emprender su viaje a Moscú. Hizo un balance positivo de la gira europea y aseguró que los ministros con los que se reunió vieron la buena fe en la que quieren establecer el marco de negociación

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Martín Guzmán en París
Martín Guzmán en París

Desde París, Francia - Antes del último tramo de la gira europea que desarrollará en Moscú, Martín Guzmán, destacó las reuniones que mantuvo en búsqueda de “consensos y entendimientos” con países accionistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre las negociaciones para refinanciar la deuda de USD 45.000 millones con el organismo crediticio.

El funcionario recibió a Infobae en la residencia del Embajador argentino en Francia, ubicada sobre la Avenida Foch, en la capital francesa, mientras el Gobierno mira con preocupación una fecha clave: el 31 de mayo. Ese día el país debe cumplir con el pago de los USD 2.400 millones al Club de París.

En una breve entrevista con este medio, Guzmán hizo un balance de la gira por el Viejo Continente, habló de las negociaciones, de la inflación y negó que haya habido reclamos de los funcionarios europeos sobre la situación de sus compañías en la Argentina, en especial aquellas empresas de consumo masivo señaladas por el gobierno como responsables de la suba de precios. Guzmán realizó un balance positivo de la gira europea y aseguró que los ministros con los que se reunió vieron la buena fe en la que quieren establecer el marco de negociación.

“Cualquier país de ingresos medios que pida acceso a préstamos del Fondo va a solicitar acceso excepcional. O sea, no hay nada de excepcional en el acceso excepcional”

Frente a las urgencias por sellar un acuerdo y evitar un default con el Club de Paris, el equipo económico considera que la fecha es relevante, pero al mismo tiempo simbólica y que las señales de “buena fe” con las que se encaró la negociación son suficientes para lograr una extensión de plazos.

- ¿Cuál es el mundo que encontró, aún atravesado por la pandemia y un resurgimiento del multilateralismo para abordar los desafíos mundiales?

- Lo que estamos viendo con respecto al multilateralismo es un cambio tanto en la valoración que se hace de él, como de los contenidos o la profundidad de la agenda. Por primera vez en mucho tiempo hay acciones concretas para lidiar con algunos de los problemas más grandes que enfrenta la globalización. No es suficiente, pero son avances.

- ¿Cuáles son esos avances, en concreto?

- Se está dando la posibilidad no sólo de que las voces sean escuchadas, sino que se ven cambios en las políticas globales que implican un mundo que vaya en una senda más concreta. Uno de los avances en los que Argentina participó activamente fue tener una nueva asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG, la “moneda de cuenta” del FMI) por un monto de USD 650.000 millones, de los cuales al país le corresponde unos USD 4450 millones, que mejorarán nuestra situación externa.

Segundo, se ha avanzado en iniciativas como el alivio de deuda a los países que en un contexto de pandemia lo necesitan, aunque la solución es insuficiente en vista a la magnitud de los problemas que se enfrentan.

El ministro visitó Alemania, Italia y España, además de Francia, donde dialogó con Infobae. Cerrará su gira europea en Moscú, Rusia.
El ministro visitó Alemania, Italia y España, además de Francia, donde dialogó con Infobae. Cerrará su gira europea en Moscú, Rusia.

Tercero, la Secretaría del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, presentó una propuesta para que exista un impuesto mínimo global a las corporaciones multinacionales. Es un paso muy importante para que se logre avanzar en esta dirección porque la elusión impositiva por parte de las corporaciones multinacionales es uno de los problemas más tóxicos de la globalización que limita a los Estados-Nación. Limita los recursos que son necesarios para implementar políticas públicas para un desarrollo virtuoso.

También se están discutiendo cuestiones que afectan a los países de ingresos medios, por ejemplo el tema de los sobrecargos en las tasas de interés en los programas del FMI para los países que tienen acceso excepcional, por encima del 185% de su cuota. Estamos en una situación donde cualquier país de ingresos medios que pida acceso a préstamos del Fondo va a solicitar acceso excepcional. O sea, no hay nada de excepcional en el acceso excepcional. Esta política es procíclica, daña en especial a los países de ingresos medios que están en situaciones más adversas y enfrentan situaciones asimétricas en cuanto a los instrumentos para lidiar con la pandemia con respecto a los países avanzados.

- ¿Cuál es la receptividad para creer nuevamente en los pedidos de Argentina, considerada reincidente en materia de incumplimientos?

- Con respecto al caso de la Argentina, lo que estamos resolviendo es una cuestión que tiene una dimensión geopolítica incluida. Es básicamente que la Argentina, durante el gobierno de Juntos por el Cambio, tomó el préstamo más grande en la historia del Fondo, de USD 57.000 millones, de los cuales se desembolsaron 45.000 millones entre 2018 y 2019. Un crédito que no se utilizó para nada en incrementar la capacidad productiva exportable del país, algo que hubiera permitido contar con las divisas para afrontar esos compromisos. Acá hay una responsabilidad de dos partes. Una de la parte deudora, conducida por el gobierno de Juntos por el Cambio, y una responsabilidad de la parte acreedora. Y así como es responsabilidad compartida lo que se están dando son negociaciones de buena fe, sobre la base de un diálogo franco, reflexivo, que involucra a esta relación con los accionistas del FMI. Y hemos tenido la chance en esta gira europea de ir construyendo entendimientos con algunos de los accionistas más importantes del Fondo que van a jugar un rol significativo en el directorio.

El ministro Guzmán con su par francés, Bruno Le Maire
El ministro Guzmán con su par francés, Bruno Le Maire

- Usted dijo en su momento que el presupuesto es su hoja de ruta. Lo hizo sobre dos pilares que hoy parecen muy complicados, la reducción de la emisión monetaria y la colocación de deuda en pesos, que esta semana tuvo un revés con una licitación que no fue exitosa. ¿No está deteriorada esa hoja de ruta?

- Primero, el Presupuesto se basó sobre pautas muy prudentes, que tenían que ver con una situación de pandemia y por eso fuimos cautelosos con las proyecciones. El Presupuesto se basó en la proyección de crecimiento del PBI de 5,5 por ciento. Hemos actualizado esas proyecciones, porque si la economía se estanca en los niveles de actividad económica de enero pasado, el crecimiento sería superior al 5,5%, y esa apreciación también ha sido conservadora y prudente. Del lado de los recursos fiscales hemos contado –por la filosofía en la que se basó el presupuesto– con un margen de flexibilidad importante, que era necesario precisamente por la situación de la pandemia. Y en el presupuesto, además, guardamos cierto margen de flexibilidad para las políticas sociales, para las políticas públicas para lidiar con eventuales situaciones que se podrían presentar en la pandemia. No es correcto decir que el presupuesto fue hecho con un criterio que no tuviese en cuenta la incertidumbre que subyace a una pandemia.

“Guardamos cierto margen de flexibilidad para las políticas públicas para lidiar con eventuales situaciones que se podrían presentar. No es correcto decir que el presupuesto fue hecho sin tener en cuenta la incertidumbre”

- ¿Qué reflexión hace del 4,8 por ciento de inflación para marzo y de la fuerte suba en alimentos, otra vez?

- El Gobierno presentó un programa económico consistente. El primer trimestre lo cumplió al pie de la letra, incluyendo la política financiera, sobre la cual los resultados son a veces algo más positivos y otras algo menos. Pero no hay que mirar cada episodio en particular, sino hay que mirar el conjunto. En el conjunto se cumplió con las pautas macroeconómicas del presupuesto: la política fiscal, la política monetaria y financiera del primer trimestre.

- ¿Y qué ocurrió para tener este dato de inflación?

- Lo que ocurrió con la inflación fue un desvío de dos puntos porcentuales respecto a la que nosotros proyectamos para el primer trimestre del año. ¿Cuáles son los orígenes de esos desvíos? Básicamente, dos. Por un lado, la evolución de los precios internacionales mostró un crecimiento mayor al que se proyectaba. Hoy la inflación de alimentos interanualizada en el mundo, es del 25% y esto le pegó a los precios locales. Para nuestro país esto tiene dos efectos. Por un lado mejora los términos del intercambio y permite que crezca el valor de las exportaciones, se fortalezca el frente externo y también se robustezca la situación fiscal, que en los últimos 7 meses tuvo un crecimiento sólido de la recaudación en términos reales. Pero esta situación, por otro lado, nos pone presión sobre los precios.

El segundo factor tiene que ver con conductas en la formación de precios que se han distanciado de una pauta de expectativas que se corresponden a la discusión del presupuesto. Aquí lo que hicimos en febrero fue traer a dos lados a la mesa. Por un lado a la representación de los trabajadores y las trabajadoras, los sindicatos, y por el otro lado a las empresas. Los sindicatos actuaron de forma responsable y consistente con las pautas macroeconómicas del presupuesto, buscando sumarse a una tarea colectiva de estabilidad de precios que es factible. Pero del otro lado observamos comportamientos en los cuales se da una fijación de precios, en cuanto a prácticas de cada cuánto y de qué manera se actualizan con una expectativa que difiere del presupuesto. Por eso el Estado toma acciones.

-El hecho es que hubo un aumento de más de 5% en los precios de los alimentos en un sólo mes.

- Repito la necesidad de construcción de acuerdos en consenso. Pero como no logramos una coordinación voluntaria con las empresas el Estado tuvo que actuar y se reforzaron los controles. Desde el Estado no vamos a permitir condiciones que impidan un incremento del salario real.

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