Tras una jornada casi sin operaciones de dólar ahorro, el mercado votará las nuevas medidas económicas

Con sus decisiones, los inversores y los ahorristas darán o no su aprobación al plan oficial, en un clima enrarecido por las prohibiciones sobre el dólar ahorro

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El dólar ahorro tiene un cepo más grande del imaginado. Miles de cuentas que cumplían con todos los requisitos para comprar el cupo de USD 200 mensuales, fueron rebotadas sin motivo por el Banco Central. El cartel del banco que aparecía en la pantalla del celular o la computadora no dejaba espacio siquiera para comprar un porcentaje menor si el cliente tenía suscripciones a Spotify, Netflix o alguna otra aplicación que se debitara en dólares en las tarjetas de crédito.

Las quejas de los clientes invadieron a los oficiales de cuenta que no sabían que contestar. Solo atinaban a decir que el banco se iba a preocupar de preguntarle al Central porqué invalidaba a sus clientes.

De esta manera, el Gobierno guardó las formas, pero el cepo al dólar ahorro pasó a ser casi absoluto por eso el monto de divisas que se vendió fue ínfimo. Calculan que salieron menos de USD 20 millones de los bancos, una cifra irrisoria para el primer día del mes cuando se inaugura el nuevo cupo mensual.

Pero para el gobierno era fundamental guardar la apariencia de que el dólar ahorro sigue en pie por eso permitieron un puñado de operaciones. Lo más razonable es que asumieron públicamente la crisis de las reservas que cayeron USD 102 millones a USD 41.370 millones.

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Por eso anunciaron medidas que “no alcanzan ni guardan proporción con la magnitud de la crisis”, según la opinión de Federico Sidi de Compass Group. Y razón no le faltó porque el tipo de cambio para los exportadores de soja mejora apenas $ 2 en octubre, beneficio que se irá perdiendo mes a mes hasta llegar a la retención actual de 33%. Por eso el campo recibió con indiferencia los anuncios. Lo que más le interesó al sector agropecuario es el párrafo del comunicado del Banco Central donde menciona una adecuación de la devaluación diaria. El Central asumió que el dólar estaba atrasado, al indicar que abandonará el mecanismo de devaluación uniforme y que el “ritmo de devaluación diaria se adecuará en forma gradual a las necesidades de la coyuntura”.

Inmediatamente, se anunció el lanzamiento para el martes de un bono “dólar linked” (atados a la cotización del dólar oficial) que seguramente entusiasmará a los que quieran cobertura en operaciones de comercio exterior porque su tasa puede resultar más alta que la inflación. De hecho, la devaluación del peso en el mercado mayorista ya no será uniforme de entre 6 y 7 centavos diarios. Según Miguel Pesce, el titular del Banco Central, una prueba del cambio de rumbo será elevar hoy el dólar mayorista en 90 centavos a $ 76,95.

El jueves en el mercado mayorista debió vender USD 50 millones para satisfacer la demanda de importadores y empresas porque los exportadores siguieron sin liquidar las divisas esperando que mejore el tipo de cambio. El dólar subió a $ 76,25 con negocios por USD 317 millones, 50% por encima de los días anteriores porque los importadores se hicieron presentes, temiendo que estos sean los últimos días de dólar barato.

En bancos y casas de cambio, la divisa aumentó 12 centavos a $ 80,80 y elevó el precio del dólar solidario a $132, aunque estos valores parecen más estadísticos que prácticos porque el torniquete sobre el dólar ahorro prácticamente paralizó las operaciones que se hacen con esta divisa.

Las consecuencias de la devaluación no se verán en los precios porque las empresas ya descontaban estas medidas y la economía funciona en base a los valores del dólar alternativo. En este mercado la novedad fue que el Banco Central va a intervenir para controlar el dólar contado con liquidación y el dólar Bolsa o MEP. En realidad, blanqueó una situación que venía haciendo desde que negoció la deuda externa. Siempre fue vendedor de bonos para evitar la disparada de los dólares alternativos. El poder de fuego en este mercado es más importante que en las plazas donde se mueve efectivo.

Por eso el dólar Bolsa y el contado con liquidación tuvieron alzas de apenas 0,2%. El dólar Bolsa subió 25 centavos a $ 139,04 y el contado con liquidación, 24 centavos a $ 145,89. Los montos negociados en ambos mercados se redujeron a la mitad porque los inversores esperaban las nuevas medidas que se anunciaron después del cierre, a las 18.00. en estas circunstancias, el dólar Bolsa operó USD 25 millones y el contado con liquidación, 35 millones.

En el mercado libre, el dólar “blue” se mantuvo en $ 147 pero quedó firme para hoy.

Los bonos con legislación extranjera, los de más largo plazo, mostraron que la confianza en el gobierno no mejora, por el contrario, al bajar de precio (cedieron hasta 2%) elevaron el riesgo país 50 unidades (+3,58%) a 1.350 puntos básicos el nivel más elevado desde que se emitieron los nuevos bonos de la deuda que permitieron salir del default.

La Bolsa, operó con alguna esperanza de que mejore la realidad. Se negociaron $ 1.988 millones, el doble de lo que se operaba habitualmente. El S&P Meval cerró en el máximo del día, 4,01% pero esto no significa que se mantenga fortalecida en la última rueda de la semana. Los papeles más buscados fueron los de Cresud (+7,87%), Transportadora Gas del Sur (+7,25%) e YPF (+6,37%).

Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las bolsas de Nueva York- tuvieron una buena rueda porque había optimismo por lo que se iba a anunciar. Los que marcaron la diferencia fueron Despegar (+6,60%), IRSA (+5,69%) y Cresud (+5,34%).

Hoy el mercado se pronunciará por las medidas, pero no se espera que haya pulgares levantados como le gustaría al Gobierno. Salvo la devaluación oficial y una importante suba de las tasas de interés a los ahorristas, lo demás sigue igual. No habrá ingreso masivo de dólares y en el mejor de los escenarios lo único que se hará logrado es reducir parcialmente la velocidad de la salida de divisas. El objetivo del Gobierno de achicar la brecha entre el dólar oficial y los alternativos, padece del problema de la falta de credibilidad del mercado a un Gobierno que no muestra un plan económico. Las medidas saben a poco porque la desconfianza es grande.

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