Postergación de la oferta por la deuda: especialistas prevén que con nuevas mejoras se logrará evitar el default

El Gobierno extendió hasta el 19 de junio el vencimiento del plazo de la oferta de renegociación de USD 66.700 millones en títulos públicos. Tomó esa decisión para mejorar dicha oferta sobre la base de las últimas recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y volverá a realizar una ronda de intercambios con los acreedores.

De esta forma y salvo que se modifique la nueva fecha fijada, el anuncio de resultados será el 22 de junio de 2020 y la fecha de ejecución, la fecha de entrada en vigencia y la fecha de liquidación, tal como se define en el Suplemento del Prospecto, será el 25 de junio de 2020.

Aunque no hubo mayores especificaciones sobre las mejoras de oferta -que incluye dos años de gracia, una rebaja de intereses total de menos de 62% y una quita de capital promedio de 5%-, el presidente Alberto Fernández reconoció que habrá cambios que beneficiarán a los acreedores.

Asimismo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, adelantó que los acuerdos de confidencialidad firmados en el marco de las negociaciones para reestructurar la deuda emitida bajo ley extranjera se extenderán hasta el martes de la semana próxima.

En ese contexto, especialistas consultados por Infobae consideraron que la postergación de la oferta a los bonistas internacionales da lugar a que haya un mayor acercamiento entre las partes para lograr un acuerdo y evitar así un “hard default”, o una cesación de pagos en un porcentaje grande de la deuda.

“No están queriendo explicitar las mejoras que le están haciendo a la oferta. Sabemos que el Gobierno se está acercando cada vez más a los bonistas que, a su vez, bajaron un poco sus pretensiones. Para mí, por cómo se dio la negociación, hace rato hay un acuerdo posible para las partes”, sostuvo el economista Gabriel Caamaño.

Y agregó: “A pesar de esto el Ministerio de Economía le viene dando vueltas a la negociación y no quiere ceder. Están negociando y eso es positivo. Queda claro que a medida que pasan los días que el enfoque inicial no fue el adecuado. Esperemos que haya un acuerdo lógico y bueno, sin default. Hay un acuerdo posible y es uno bueno para Argentina. Pero el riesgo es político, no económico”.

Para el director de Eco Go, Federico Furiase, las puntas de la negociación se están acercando. “El Gobierno extiende la propuesta para seguir negociando y poder aumentar la masa crítica de acreedores y tener un efecto arrastre que permita arrimar el bochin a las CACs”, aseguró.

En ese sentido señaló que Argentina necesita que la tercera propuesta de Guzmán quede en la historia por las buenas razones. “Sería un riesgo económico no mejorar los dos o tres puntos que hoy marcan la diferencia del valor presente neto con los acreedores”, remarcó.

En otro orden, el operador financiero Christian Buteler puso en duda la posibilidad de que haya un acuerdo la semana pasada y cuestionó el tira y afloje entre las partes.

“Ya parece una historia repetida la de postergar los plazos. Todos sabíamos que se iba a volver a postergar. Tampoco creo que vayamos a tener un acuerdo la semana que viene. Pero lo que extrañó más es que no se haya presentado la oferta”, planteó.

Asimismo, sostuvo que en algún momento la negociación va a tener que definirse, dado que no se puede seguir postergando la oferta de forma indefinida.

“El mercado hasta ahora viene reaccionando bastante bien. En líneas generales se puede decir que este intento de acuerdo ha transitado con buenos precios de los bonos pero tampoco se pude seguir tirando de ese hilo porque en algún momento, si la expectativa del acuerdo no se cumple, la caída puede ser bastante grande”, aseveró.

Por su parte, el economista Gustavo Ber, del estudio homónimo, se manifestó en sintonía con sus colegas al afirmar que la postergación de la oferta extiende la posibilidad de seguir buscando acercar las posiciones con los principales grupos de bonistas. “Es por esto que tuvo una positiva reacción esta semana el mercado, tal como reflejaron tanto los bonos como los ADRs”, aseguró.

En esa línea, afirmó que resulta indispensable alcanzar consensos con los principales grupos de acreedores para arrastrar a otros bonistas institucionales y minoristas y así lograr activar las desafiantes CACs. “algo indispensable para evitar la existencia de holdouts ya que tendría asociados riesgos de derivar en litigios en Nueva York”.

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