Drones y coronavirus: Estado y sociedad de cara al cambio tecnológico

La pandemia aceleró el uso de tecnologías emergentes en muchos países

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El uso de drones para transportar mercaderías requerirá de un apropiado acompañamiento del Estado regulador y fiscalizador
El uso de drones para transportar mercaderías requerirá de un apropiado acompañamiento del Estado regulador y fiscalizador

“Florencia, estimado Jerry, mi país es una sombra de lo que fue. La gente está atrapada en esta vieja idea de la vida. Esto ya no tiene sentido. Pero no pueden concebir uno nuevo. Es cierto lo que dicen. Nunca puedes volver a casa”. Aquí, en Buenos Aires, el zapping de cuarentena por la catástrofe mundial de pandemia COVID-19, me sorprendió con ese fragmento de la película “El Maestro”, de Adam Cushman. Entre melodías de Bach, Mozart, Wagner y Chopin, tuve la misma sensación que el pianista Mario Castelnuovo-Todesco, de cuya vida entre Italia y Estados Unidos, luego de la Segunda Guerra Mundial, y hasta su muerte, se ocupa la trama.

Igual que después de la guerra, después del coronavirus, el país, la idea y el sentido de la vida, van a cambiar. Deberían cambiar. Son tres palabras lo engloban todo: vida, país y cambio.

Para Yuval Noah Harari, en el Siglo XX, desde 1918, la humanidad se volvió cada vez más vulnerable a las epidemias, debido a una combinación de poblaciones en crecimiento y un mejor transporte. Sin embargo, en el Siglo XXI, la incidencia y el impacto de las epidemias han disminuido a causa de la información, la ciencia y la tecnología.

Forzado por el COVID-19, muchos de los cambios que como sociedad esperábamos incorporar a nuestra vida cotidiana dentro de diez años, indefectiblemente, se van a adelantar

Entre la masiva información acerca de la guerra contra el COVID-19, advierto, se destaca la logística en materia de transporte y suministro de todo tipo de mercaderías, destacando los medicamentos, insumos y equipamiento adecuados para el combate.

Respecto de la ciencia y la tecnología al servicio de la lucha, en tareas prevención y mitigación de la propagación, en varios países del mundo han surgido iniciativas que aplican tecnologías emergentes y disruptivas. Forzado por el COVID-19, muchos de los cambios que como sociedad esperábamos incorporar a nuestra vida cotidiana dentro de diez años, indefectiblemente, se van a adelantar. Por ejemplo, en España, un Ayuntamiento de Valencia, en colaboración con hospitales, han dado comienzo a ensayos para la entrega con drones de equipamientos de emergencias, muestras sanitarias, productos farmacéuticos y otros de primera necesidad en zonas rurales. En China, se desplegaron todo tipo de drones para fumigar, equipados con cámaras térmicas y software para reconocimiento facial, y también para llevar medicinas y paquetes sin que haya contacto entre humanos.

Estas tecnologías emergentes y disruptivas en el ámbito del comercio electrónico, en especial para la entrega con drones, ya estaban, lentamente, disponibles en la sociedad. En Estados Unidos, UPS desarrolló un programa comercial con una flota de aviones no tripulados destinados a la entrega de paquetes, el cual fue aprobado en octubre de 2019 por la Administración Federal de Aviación (FAA).

Un drone dispersa desinfectante en un lugar público en Porto Alegre, Brasil (REUTERS/Diego Vara)
Un drone dispersa desinfectante en un lugar público en Porto Alegre, Brasil (REUTERS/Diego Vara)

La pandemia va acelerar el proceso de cambio en este rubro, en todos los países. Esta realidad va a requerir –una vez que la emergencia haya pasado– abordar seriamente la temática del uso de los drones. Ello significa, en primer lugar, promover en los ámbitos adecuados, en especial los académicos, los debates que conlleva, convocando a científicos, filósofos, sociólogos, juristas, ingenieros, politólogos y reguladores.

También requerirá de una práctica real de ensayos, de los cuales puedan recolectarse datos masivamente (big data) que sean analizados científicamente, utilizando inteligencia artificial, Internet de las cosas y otras tecnologías para comprobar el riesgo real y potencial del traslado aéreo de mercaderías con drones.

Y, finalmente, requerirá de un apropiado acompañamiento del Estado regulador y fiscalizador. Esto significa que, en una justa medida, faciliten y acompañen los desarrollos tecnológicos sin crear o validar barreras reglamentarias prescindibles y custodiando los adecuados estándares de seguridad.

El COVID-19, en perspectiva de futuro colectivo, emerge en la sociedad como una oportunidad para disponer de más tecnología al servicio de todos. El cambio técnico ya existe, pero nos queda definir su forma y la velocidad de adaptación. Pero el cambio es también social. Por ello, está pendiente la aceptación por parte de la sociedad de esta modalidad de logística y tecnología con drones, como algo útil y provechoso. Finalmente, el cambio también es político. “Tenemos que insertar a la Argentina en la agenda 4.0, en donde el mundo avanza a una velocidad enorme”, dijo el presidente Alberto Fernández al inaugurar el actual periodo de sesiones legislativas.

Esa directriz política es, sin duda, una importante referencia para todos aquellos que creemos que el cambio técnico, social y político es posible y necesario.

El autor es presidente de Asociación Mundial de Derecho Aeroportuario y Gerente de Legales de Aeropuertos Argentina 2000